Naumaho xisto (ναύμαχα ξυστά) es el nombre dado por Homero en la Iliada a un tipo de arma  enastada y similar a una lanza pero que en lugar de tener una sola punta tendría 2 puntas juntas en un extremo.

Estaba realizada en bronce, de una sola pieza.

Es descrita por el autor como usada en batalla dentro del campamento aqueo, junto a los barcos, en el contexto de la guerra de Troya, aproximadamente en el siglo XIII a.C. (Iliada Ο. 388 – 389, 676 – 678).

Reconstrucción panoplia de Dendra  por La Casa del Recreador con Naumaho xisto

Por otro lado se conocen al menos tres vestigios arqueológicos que se corresponden con esta descripción. Todos ellos han sido encontrados en Creta, concretamente en Festo o próximos a esta localización. Sin embargo, su datación es muy distante cronológicamente a la guerra de Troya, ya que estos tres casos se datarían del siglo XVI a.C., en el ámbito cultural minoico.

Esto podría significar bien que se trataran de elementos distintos, bien que su uso trascendiera a lo largo de siglos y se extendiera hasta la cultura micénica. Estos últimos se impregnaron notablemente de la cultura minoica desde sus orígenes en la Grecia continental, por lo cual esta hipótesis no sería descartable.

Actualmente, una de estas “lanzas de dos puntas”, está expuesta en el museo arqueológico de Festo (Creta) pero disponemos de información de otras dos distintas en el sitio web del arqueólogo Andrea Salimbeti, enlace aquí.

Museo Arqueológico de Heraclión (Creta)

 Observando su morfología, podemos apreciar que aparentemente cada punta tiene un doble filo.

Este ejemplar no tiene ni zócalo de enmarque, ni espiga. Tanto el zócalo de enmarque como la espiga son las formas contemporáneas mas comúnmente usadas para fijar una lanza de bronce a un asta.  Esta tienen un tamaño equiparable al de las lanzas de su época.

Aunque el ejemplar de la imagen anterior no tiene un sistema de fijación evidente, otro hallazgo, también encontrado cerca de Festo (Creta), sí tiene un hueco para encajar un asta.


Foto: Andrea Salimbeti

¿Ante qué objeto nos encontramos entonces? Pues oficialmente se los trata como utensilio de pesca, pero no sería descabellado arrojar otra posibilidad distinta a su misión.

La cabeza de dos puntas por si sola no sería muy útil como arma, pero añadiendo un asta, sus propiedades empiezan a cambiar.

Pero ¿Cómo montar esta arma?

Conscientes de que avanzamos en un ámbito especulativo y experimental, hemos realizado el intento de recrearla y probar su potencial.

Optamos por hacer una ranura en el extremo de un asta gruesa, donde insertar la pieza. Las estrías y nervios en este objeto facilitan la colocación y encaje con este método.

Ya tenemos este objeto montado funcionalmente como una pica, pero... ¿resistiría el uso en combate real? La respuesta es no.

Concluimos que era necesario algún tipo de refuerzo en la unión, para evitar que la presión que ejercerían los impactos de este objeto en el asta, terminaran por abrir la veta de la madera por la mitad.

Usamos una lamina de metal envolviendo el extremo del asta, lo que permitió reposar a la cabeza de dos puntas sobre esta. Esto aumentó la firmeza mecánica del conjunto y evitó que la madera quiebre por torsión de la punta. Al reposar directamente sobre el borde metálico, se protege a la madera del asta de ser abierta por la mitad tras repetidos impactos al estocar.

También protege el extremo de esta pica de los golpes realizados con las armas del adversario que irían debilitando la Naumaho xysto reconstruida.

¡Eureka, hemos obtenido una pica robusta!

Hablemos ahora del peso. Un arma debe ser ligera y ágil, dejemos a un lado el mito de los hombres de tiempos pasados que peleaban pertrechados con equipamiento de peso titánico.

El combate real requiere de velocidad y destreza, tanto para poder aguantar en buenas condiciones físicas su uso como por efectividad combativa. Esas cualidades se encuentran en una relación equilibrada de peso, robustez y equilibrio del arma.

La robustez se consigue con  una mezcla de grosores, geometrías, métodos de ensamblaje  y calidad de los materiales.

Nuestra réplica tiene un peso total de 2.200 g. Es muy posible que la original fuera aun más ligera al optimizar aun más los grosores y el asta. No olvidemos que eran expertos artesanos comparados con un servidor que ha hecho su primer intento en construir esta réplica.

Podría ser un peso equiparable o incluso inferior al de las picas micénicas contemporáneas que se encuentran en el Museo Arqueológico de Tebas, que proceden de Tebas (s. XIII a.C.) y del cementerio de Tanagra (s XIV a.C.). También a las del Museo  Arqueológico Nacional de Atenas, procedentes de las tumbas de pozo de Micenas (s. XVII a.C. y XVI a.C).

Estas picas micénicas se usarían a ambas manos ya que hay ejemplares donde, unicamente su punta, supera los 50 cm de longitud. El tamaño de su asta, reflejado en el orificio para alojarlas, también es indicativo de su uso a dos manos. Por lo tanto, con estos precedentes, sería posible de su función como pica, en una cultura donde su uso era habitual, o como poco, conocido.


Imagen : Glykys Oneiros, Guerreros minoico y micénico siglo XVI a.C.

 ¿Y cómo se usaría?

Partiendo de que no hay constancia de su uso como arma, todo lo expuesto a continuación es una hipótesis basada en la experiencia, usando una reconstrucción funcional.

Necesariamente se usaría a dos manos y podría ser útil tanto para combatir como infantería como desde un carro.

¿Qué ventajas ofrece?

Es una pica robusta que difícilmente se trabará en el equipamiento del rival.

Tiene un resalte en su geometría tras la punta, con respecto al asta,  que puede permitir abrir guardias de escudo.


Imagen : Glykys Oneiros, Guerreros minoico y micénico siglo XVI a.C.

Las dos puntas atrapan lanzas y otras picas en combates frontales. Puede parecer algo que ocurriera rara vez, pero es frecuente que pase sin entrenar siquiera esta propiedad.

Esta propiedad puede reforzarse con entrenamiento y se pueden maximizar sus efectos arrojando el arma de asta del rival contra el suelo. Al estar el peso en la punta, el rival pierde el control momentáneamente e incluso puede partir su arma al hacerla chocar contra suelo rocoso. Esto ultimo ocurrió con mucha facilidad y rapidez durante la experimentación.

Las dos puntas reducen la penetración, cosa que en un arma como la pica, que sufren de sobre-penetración en el objetivo,  puede ser especialmente interesante, sobre todo usada desde carros.

Hicimos una prueba de perforación sobre un objetivo blando, para observar el tipo de heridas provocadas.

Estas heridas son algo muy característico y aterrador: mutilaciones.

Las dos puntas, están afiladas por ambos lados y en el interior forman una especie de V afilada.

Con la fuerza suficiente, mutilaría cualquier miembro o despedazaría otras partes. Esto igualmente sería beneficioso para evitar un arma trabada en un enemigo.

El terror que causaría semejante escena también sería positivo para el guerrero al afectar a la moral enemiga. 

Remontémonos a la cita de Homero en La Iliada. Aquí describe a una lanza de dos puntas siendo usada en batalla dentro del campamento aqueo junto a los barcos. Aquí nombrada como pica de abordaje (Naumaho xisto).

¿Podría ser útil en este contexto asumiendo que se tratara de un arma con las características descritas?

Igualmente, la historia nos ha mostrado el uso común de picas en contextos navales hasta épocas contemporáneas e incluso ya bajo el reinado tecnológico de las armas de fuego.

El Naumaho xisto incluso hipotéticamente, podría cortar amarres de navíos con su morfología en V afilada.

La guerra de Troya se fecha aproximadamente en el siglo XIII a.C., tres siglos posterior a los hallazgos que están en el Museo Arqueológico de Heraclión procedentes de Festo (Creta).

Podríamos hablar de un “arma” con un uso extendido en el tiempo o de dos armas distintas, lo cual ante su peculiaridad morfológica y contexto cultural, personalmente creo mas improbable.

Bibliografía consultada

THE EXOTIC WEAPONS AND PANOPLIES OF THE EAST MEDITERRANEAN BRONZE AGE WARRIORS Aliadis Antonis, Spyros Bakas.

BRONZE AGE GREEK WARRIORS 1600-1100 BC R.D´Amato & A. Salimbeti.

Agradecimiento Especial: Glykys Oneiros.

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