Sicilia y España compartieron una historia común entre los siglos XIII y XVIII con los periodos aragonés y, después, español. Sin embargo, lo que no es tan conocido es que, desde la Antigüedad, ya hubo una destacada presencia hispana en Sicilia, testimoniada por numerosas fuentes clásicas y hallazgos arqueológicos.
SICILIA EN EDAD ANTIGUA: UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
Habitada primeramente por elimios (Sicilia Occidental), sicanos (Sicilia Central) y sículos (Sicilia Oriental), desde el siglo IX a.C. Sicilia fue recibiendo a otros pueblos que llegaron a sus costas atraídos por sus recursos naturales y mineros de su territorio.
Los primeros en llegar fueron los fenicios que fundaron Ziz (la actual Palermo) así como otras factorías costeras.
Tiempo, después, en el siglo VII a.C, los griegos llegaron a las costas sicilianas fundando también sus propias colonias, tales como Agrigento, Gela, Selinunte, Siracusa o Catania, entre otras.
Los griegos, además, supieron explotar al máximo los recursos de la isla introduciendo el cultivo de la vid y el olivo y estableciendo una serie de prósperas rutas comerciales que unían Sicilia con todo el ámbito mediterráneo. Asimismo, florecieron en estas nuevas ciudades la lengua griega (koiné), las artes y las ciencias.
También, la religión griega se implantó masivamente en toda Sicilia relegando a un estatus minoritario los antiguos cultos locales y fenicios[1]
SIRACUSA, DE COLONIA A ‘POLIS’ Y EL CONFLICTO CON GELA Y CARTAGO
Una de las colonias más antiguas[2] de la Sicilia griega, Siracusa, enseguida destacó sobre las otras ciudades y emporia gracias a su poder político y económico y comenzó a su vez a fundar sus propias colonias en otras partes de la isla como Hímera[3] o Casmena[4].
Restos del Templo de la Victoria. Yacimiento Arqueologico de Himera (Sicilia, Italia). Fuente: Wikipedia/CC.
Con el tiempo, en el siglo V a.C., comenzaron a surgir dentro de Siracusa las primeras disensiones internas entre las familias de descendientes de los colonos de la ciudad (geomori).
También, la política expansionista de Siracusa entró en un conflicto de intereses con otras ciudades como Gela[5] Esta rivalidad acabó degenerando en una guerra civil entre ambas ciudades de la que resultó vencedora Gela.
Gela hizo de Siracusa su capital y dio paso a una serie de regímenes políticos que iban alternando entre una especie de república y el gobierno unipersonal de tipo autoritario.
Mientras tanto, una potencia del norte de África, Cartago, comenzó a ejercer una importante influencia en Sicilia occidental a través de la ocupación de nuevos territorios y el establecimiento de alianzas con la población local elimia y las ciudades griegas rivales de Siracusa como Regio[6] o Agrigento (Akragas).
Es en este periodo donde aparecen los gobernadores conocidos como “tiranos”[7] destacando en Siracusa: Gelón I (485-478 a. C.), Hierón I (478-467 a. C.) y Trasíbulo (467-465 a.C.).
Sicilia en época griega. Fuente: Pinterest
Bajo el gobierno de estos tiranos, Siracusa alcanzó un gran poder económico y político expandiéndose por el resto de la isla a costa de las otras ciudades griegas y de las poblaciones locales. En su expansión, los siracusanos llegaron sin problemas hasta el sur de Italia donde fundaron nuevas colonias, pero en la zona centro de Sicilia la situación fue diferente y el conflicto con Cartago era cada vez más patente.
LA BATALLA DE HIMERA (480 a.C.) Y LOS PRIMEROS MERCENARIOS HISPANOS
Representación historicista de la derrota del ejército ateniense en Sicilia durante la famosa expedición a la isla mediterránea. (Ward. The illustrated history of the world. 1884). Fuente: Wikipedia Commons/CC
Los distintos gobernantes siracusanos tuvieron que defender durante décadas sus intereses comerciales, políticos y territoriales contra Cartago tal como ocurrió con la Batalla de Himera (480 a.C.)[8] que enfrentó al invasor púnico Amílcar Magón contra las fuerzas griegas aliadas de Gelón (tirano de Siracusa) y Terón (tirano de Agrigento). De esta batalla tenemos constancia escrita por vez primera de la participación de mercenarios hispanos al servicio del bando cartaginés[9].
Estas fuerzas mercenarias hispanas arriba mencionadas estuvieron formadas sobre todo por íberos, celtiberos y lusitanos[10], que tuvieron que salir de la Península Ibérica por las escasas posibilidades económicas, sociales y de recursos que ofrecían sus tierras de origen[11]. También, les movió una curiosidad aventurera motivada por las noticias que les llegaban sobre la riqueza de las tierras del Mediterráneo central y oriental.
Autores clásicos como Diodoro Sículo, Heródoto o Tito Livio nos hablan de estos hispanos como pueblos de gran valor y espíritu belicoso que combatían al servicio de quien mejor les pagara, ya fuese griego, romano o cartaginés y los designan como mistóforos o ‘mistophoroi’[12].
Las llamadas esculturas de Porcuna que muestran a guerreros íberos de la primera mitad del siglo V a.C. con distintos elementos. A izquierda vemos una figura con yelmo, tahalí con un puñal en su vaina y protección pectoral en forma de placa redonda. A derecha un jinete íbero descabalgado con protección pectoral portando al cinto una espada corta y en la mano, un escudo redondo llamado caetra. Estas panoplias se complementaban con jabalinas y lanzas de tipo hispánico como la tráguna, la falárica o el soliferrum. Esta iconografía nos puede ayudar a reconstruir la panoplia de estos guerreros la cual según el investigador Raimon Graells y Fabregat también podría haberse modificado con algunas influencias púnicas y/o griegas en su estancia siciliana. Fuente fotos: Enlace[13]
En la Batalla de Himera (480 a.C.) Heródoto nos señala que eran íberos los mercenarios hispanos que llegaron junto con las tropas cartaginesas. De ellos, sabemos por las fuentes que fueron los únicos del bando cartaginés que resistieron ferozmente los ataques del ejército sículo-griego, esfuerzo que luego resultó en vano, ya que el conjunto del ejército púnico fue derrotado, viéndose los hispanos obligados a retroceder hasta la playa.
ATENAS CONTRA SICILIA
En las siguientes décadas Siracusa continuó con su poder expansionista y económico rivalizando con Cartago y las propias polis de Grecia, entre ellas, Atenas.
Hacia el 415 a.C. Siracusa estaba en su cénit, para contrarrestar este poder, Atenas envió la llamada Expedición a Sicilia[14], especialmente cuando Siracusa se alineó con Esparta en el marco de la Guerra del Peloponeso.
Durante dos años, un gran ejército ateniense intentó desde su ciudad aliada de Catania someter y atacar por tierra y mar a la ciudad de Siracusa para así conquistar Sicilia y rendir a Siracusa, principal aliado de Esparta. Tras varias contiendas terrestres y navales, Atenas y sus aliados fueron derrotados y su flota diezmada.
LAS GUERRAS SICILIANAS: EL CONFLICTO CON CARTAGO
Desaparecida la amenaza ateniense, los cartagineses arremetieron en sus ataques contra Siracusa y sus ciudades aliadas empleando de nuevo como mercenarios en ellos a miles de guerreros hispanos.
Guerreros íberos Turdetano y Oretano. El que está agachado es un jinete, aunque también podía combatir a pie. Va con mejores protecciones, caetra, espada corta y puñal, lo que indica también un cierto estatus quizás como oficial al mando. El que está de pie lleva venablos, falcata (ya presente en el siglo VI a.C. en Hispania), scutum o escudo grande y lanzas. Ilustrador: Johnny Shumate. Fuente: Arre caballo. Enlace[15]
Así los vemos combatiendo en varias campañas: En el año 409 a.C., entre 25.000 y 30.000 de ellos participan en el ataque y captura de las ciudades de Selinunte y Himera[16].
En los años siguientes, se suceden las batallas de Agrigento (o Akragas) (406 a.C), Gela y Camarina (405 a.C.) y los varios asedios que sufre Siracusa, destacando el del 397 a.C., bajo el reinado del tirano Dionisio I, quien era el gobernante con mayor poder en Sicilia. En todas estas batallas veremos también a mercenarios hispánicos luchando del lado del bando púnico, aunque también hubo ya por esta época contingentes que comenzaron a luchar al lado de las polis de Grecia[17] y de Sicilia.
MERCENARIOS HISPANOS BAJO LOS REINADOS DE DIONISIO I y DIONISIO II
En el año 396 a.C. el general cartaginés Himilcón, viéndose derrotado, abandonó a su suerte a los soldados mercenarios que combatían en su bando y entre ellos, a los de origen hispano. Los hispanos, lejos de huir, se juntaron en una gran confederación y, cambiando de bando, se presentaron ante Dionisio I ofreciéndole sus servicios. Éste, impresionado por la osadía y valentía de los guerreros ibéricos, los aceptó como parte de sus tropas.
Caudillo íbero. Siglos V al IV a.C. Su condición de oficial de mando se refleja por la rica indumentaria y piezas de protección que lleva (peto circular, casco con cimera, grebas…). Va armado con una falcata y en la izquierda porta una caetra con umbo. Vemos que al cinto lleva como botín las manos de sus enemigos. Ilustración de Joan Francesc Oliveras Pallerols (Fuente: Pinterest)
En las décadas siguientes vemos una sucesión de guerras con victorias desiguales para siracusanos y púnicos que se alternan conquistas de ciudades, efímeras alianzas entre griegos o con los cartagineses y treguas y tratados de paz muy frágiles que se rompían a la mínima.
Estas firmas de tratados de paz y treguas, aunque para Dionisio I suponen pérdidas territoriales, son un periodo que el tirano de Siracusa aprovecha para afianzar su poder: Consolida sus colonias en la Magna Grecia (Sur de Italia), construye nuevas murallas en Siracusa, crea nuevos ingenios militares[18], se rodea de una clase social de nuevos ciudadanos (neapolitai) formada por libertos y fieles mercenarios, mantiene el régimen de gobierno previo para no ser acusado de abuso de poder.
Siracusa bajo el reinado del tirano Dionisio I. Fuente del enlace.[19]
En el 368 a. C. de nuevo estalla el conflicto con Cartago. En Lilibea (hoy Marsalà) las dos flotas de Cartago y Siracusa se encontraron frente a frente ante sus costas. Los griegos sufrieron una gran derrota.
Un año después, Dionisio I murió tras participar en un banquete, muy posible envenenado. A su muerte, fue elevado a categoría de dios[20].
Le sucedió en ese año del 367 a.C. su hijo Dionisio II quien firmó la paz con Cartago. Posteriormente, el nuevo rey, durante la guerra tebano-espartana, envió desde Sicilia a tropas iberas y celtas (¿celtiberos?) para ayudar a los espartanos durante el asedio de Corinto, tal como afirma Jenofonte[21].
Dionisio II tuvo como consejero a su tío, el aristócrata y filósofo Dión de Siracusa y acogió en su palacio al filósofo Platón, quien nos dejó testimonio de algunas historias relacionadas con los mercenarios hispanos al servicio del tirano siracusano, por ejemplo, la costumbre de mezclar vino con agua en sus bebidas o la rebelión de la guardia palatina ante Dionisio II ante la inminente reducción de la soldada[22].
Aunque Platón y Dión intentaron con sus consejos que el tirano gobernase con la sabiduría, equidad y virtudes de un rey-filósofo, Dionisio II apenas les hizo caso y se dejó llevar por una vida de excesos y placeres acabando después por destituir y mandar al exilio a Dión (357 a.C.).
Sin la sabiduría y la experiencia política de sus consejeros, el gobierno del Dioniso II se hizo impopular entre los soldados y el pueblo, ya que además carecía del valor y del carisma que sí habían tenido su padre o Dión de Siracusa.
LA SUCESIÓN DE LOS CUATRO TIRANOS: DIÓN, CALIPO, HIPARINO Y NISEO
Dión, gracias a la ayuda de Esparta y otras ciudades griegas, levantó una coalición contra Dionisio II y logró acceder al poder gobernando como tirano por tres años (357-354 a.C.).
Sin embargo, fue depuesto y acabó siendo asesinado por Calipo, uno de sus antiguos partidarios.
Tras su muerte le sucedieron el mismo Calipo y después, Hiparino y Niseo, este último hermano de Dioniso II, que gobernó hasta el 347 a.C.
EL SEGUNDO Y BREVE REINADO DE DINONISIO II Y EL ASCENSO DE TIMOLEÓN
En ese mismo año del 347 a.C., el depuesto Dionisio II reunió a un ejército y volvió a Siracusa para gobernar una segunda vez. Tras vencer a Niseo, el antiguo rey retomó su puesto en palacio.
El segundo reinado de Dionisio II se caracterizó por una política moderada que ayudó a que se conservase el poder en la isla, pero a costa de pérdidas territoriales y concesiones a Cartago, lo que favoreció una situación de descontento social que fue usada por los opositores para intrigar contra el tirano de Siracusa y aliarse con Corinto y Cartago.
Aquí entrará en escena Timoleón, un general corintio que expulsó a los cartagineses e instauró un nuevo régimen político basado en la eliminación de la tiranía y la creación de una democracia incipiente (pero oligárquica) que no cambió pero llevó a Siracusa a una nueva etapa de esplendor, como veremos en un futuro artículo en los decenios siguientes.
BIBLIOGRAFIA
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BLAZQUEZ MARTINEZ, José Mª - GARCIA-GELANERT PEREZ, Mª Paz (1987) “Mercenarios hispanos en las fuentes literarias y la arqueología” en Habis 1987-88. [Consultado el 13/10/2024]
BLÁZQUEZ MARTINEZ, José Mª, LÓPEZ MELERO, R., SAYAS, J. (1989), Historia de Grecia antigua, Editorial Cátedra, Madrid.
CHAVES TRISTÁN, F; (1992). Griegos en Occidente, Universidad de Sevilla. Secretariado de Publicaciones.
FARISELLI, A. C. (2011). “Cartagine e i mistophoroi: riflessione sulla gestione delle armate puniche dalle guerre di Sicilia all’età di Annibale”. En: J. C. Couvenhes, S. Crouzet, S. Péré-Noguès (éds.). Pratiques et identités culturelles des armées hellénistiques du monde méditerranéen. Hellenistic Warfare 3. Bordeaux: 129-146
FERNÁNDEZ NIETO, F. J. (1989); Grecia en la primera mitad del siglo IV a.C., Ed. Akal, Historia del Mundo Antiguo.
JENOFONTE (Ed.1994) Helénica. 7 pp. 21-22. Editorial Gredos. Disponible online en: Jenofonte, Hellenica (ES) BB (v. Guntinas Tunon. Gredos. 1994) (mercaba.es)
LOPEZ SANCHEZ, Fernando (2014). “The pro-Carthagian and pro-Roman Hispanorvm Coin Issues of Sicily” en POTESTAS, No 7 2014, pp. 51-75 Enlace: Vista de The pro-Carthaginian and pro-Roman Hispanorvm Coin Issues of Sicily (214-210 bc) (uji.es),
ESTARÁN TOLOSA, María José (2019). “La elección lingüística en la moneda, ¿un marcador de identidades? Casos de incoherencia entre las leyendas monetarias y el registro epigráfico”. Junio 2019. Archivo Español de Arqueología, pp. 92-173
GRAELLS Y FABREGAT, Raimon (2014). Mistophoroi ex Iberias. Una aproximación al mercenariado hispánico a partir de las evidencias arqueológicas (s.VI-IV a.C.). Osanna Edizioni.
[1] Un ejemplo de esta implantación masiva fue la construcción de templos como los que aún pueden verse en el llamado Valle de los Templos de Agrigento.
[2] Ciudad fundada por colonos corintios.
[3] Sus ruinas actualmente están entre Palermo y Cefalú, cerca de Termini Imerese. Será escenario de varias batallas como veremos en un futuro.
[4] Ciudad situada a pocos kilómetros de lo que hoy es Vittoria (provincia de Agrigento).
[5] Ciudad fundada por colonos de origen dorio.
[6] La actual Reggio Calabria, en la punta de la “bota” italiana.
[7] Esta palabra viene del griego antiguo τύραννος, tyrannos, que inicialmenteera un tipo de gobernante unipersonal y con poder absoluto en un concepto que no tiene nada que ver con el actual de ‘dictador’ o ‘gobernante abusivo’ o en una segunda acepción más moderna, el de una persona arrogante y autoritaria que impone su manera de pensar o hacer a otras personas.
Con el tiempo, debido a que algunos de estos gobiernos destacaron por su autoritarismo y represión, el concepto semántico fue cambiando hasta ser el actual.
[8] Esta batalla no tiene nada que ver con la llamada Segunda Batalla de Himera, del 409 a.C. habida entre fuerzas griegas y cartaginesas, esta vez comandadas por Aníbal Magón.
[9] A principios del año 2000 se descubrieron cerca de Himera (Sicilia) unas grebas de metal de filiación íbera asociadas a un botín de despojos de esta batalla, lo que apoyaría arqueológicamente esta presencia hispana temprana en Sicilia. Véase: GRAELLS Y FABREGAT, Raimon (2014). Mistophoroi ex Iberias. Una aproximación al mercenariado hispánico a partir de las evidencias arqueológicas (s.VI-IV a.C.). Osanna Edizioni, p. 10
[10] BLAZQUEZ MARTINEZ, José Mª - GARCIA-GELANERT PEREZ, Mª Paz (1987) “Mercenarios hispanos en las fuentes literarias y la arqueología” en Habis 1987-88. [Consultado el 13/10/2024
[11] Además de estar al servicio de estas potencias mediterráneas, también algunos de estos mercenarios prestaron sus armas en la propria Hispania a pueblos como los turdetanos, tartesios u oretanos, con un alto nivel económico y social. Posiblemente, también estos grupos íberos más enriquecidos pudieron posteriormente ofrecerse como mercenarios a los distintos pueblos del Mediterráneo.
[12] GRAELLS Y FABREGAT, Raimon (2014). Mistophoroi ex Iberias. Una aproximación al mercenariado hispánico a partir de las evidencias arqueológicas (s.VI-IV a.C.). Osanna Edizioni.
[13] LAS ESCULTURAS IBÉRICAS DE PORCUNA | ENSEÑ-ARTE (aprendersociales.blogspot.com)
[14] CERVERA, Francesc (2024). “La expedición de Sicilia: La peor derrota de Atenas en la Guerra del Peloponeso” en Historia National Geographic. Enlace directo: La expedición de Sicilia: la peor derrota de Atenas en la Guerra del Peloponeso (nationalgeographic.com.es) [Consultado el 15-8-2024]
[15] Los íberos - Arre caballo!
[16] En la llamada Segunda Batalla de Himera. Véase: BLAZQUEZ MARTINEZ, José Mª - GARCIA-GELANERT PEREZ, Mª Paz “Mercenarios hispanos en las fuentes literarias y la arqueología”. Habis. [Consultado el 13/10/2024]
[17] Alcibíades traerá varias unidades de mercenarios íberos a luchar en las Guerras del Peloponeso tras reclutarlos en Sicilia y Aristarco hará lo mismo en el 411 a.C., durante la crisis política que llevó al golpe de estado de los Cuatrocientos.
[18] Diodoro Sículo nos dice que bajo su gobierno se inventan armas de proyectiles como la ballesta griega o gastraphetes, el oxibeles (ballesta sobre un trípode que lanza grandes flechas) y el litóbalo (especie de catapulta lanzapiedras).
[19] LOS TIRANOS DE SIRACUSA | divulgar la helade (wordpress.com)
[20] Fue el primer gobernante en recibir tal reconocimiento. Posteriormente, este reconocimiento aparecería en el mundo helenístico y posteriormente, en Roma.
[21] JENOFONTE (Ed.1994) Helénica. 7 pp. 21-22. Editorial Gredos. Disponible online en: Jenofonte, Hellenica (ES) BB (v. Guntinas Tunon. Gredos. 1994) (mercaba.es) [Consultado el 13/10/2024]
[22] Se cuenta que los mercenarios íberos fueron por toda la ciudad de Siracusa cantando una composición ritual dedicada a Apolo y que se plantaron ante el palacio del rey. Al final, Dionisio II no sólo no les bajó el sueldo, sino que se los subió a todos.
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