Moharra de alabarda de luna creciente 1580-1700
Moharra de alabarda de sargento de los Tercios. Finales s. XVI y s. XVII.
Arma enastada con hoja y ganchos. Siglo XIV.
Por bisarma, término castellano importado del francés guisarme, conocemos un tipo de arma que surge en el siglo XIV y que adopta diversas morfologías alrededor de un patrón común que incluye una hoja de hacha por un lado y un gancho por el otro. Algunas variantes incluían una punta superior o ganchos y puntas adicionales. Surge en occidente como un arma propia de las levas y los peones, que necesitaban un arma larga, a dos manos, con la que poder enganchar y desmontar a los jinetes acorazados de esta época. No obstante, también eran usados contra la infantería enemiga, suponiendo un arma terrible en manos bien entrenadas. Al igual que el voulge, se considera que la bisarma es una predecesora de las alabardas que surgirán en el siglo XV.
Hay constancia del uso de bisarmas en la guerra civil castellana (1366-1369) que enfrentó a los partidarios al trono Pedro I y Enrique II, con victoria final de este último. Es posible que los contigentes extranjeros, franceses e ingleses, que lucharon en ambos bandos introdujeran en Castilla armas semejantes a esta, para su desarrollo posterior por armeros hispánicos.
Estamos ante otra de esas armas poco apreciadas por la nobleza y considerada propia de vulgares, tanto por sus origenes agrícolas como por su efectividad y simpleza.
Características:
La bisarma está perfectamente afilada y es un producto 100% battle-ready, como todos los productos del prestigioso fabricante estadounidense Cold Steel.
Características
Moharra de alabarda de sargento de los Tercios. Finales s. XVI y s. XVII.
Admirable reproducción completamente funcional de alabarda, el arma del sargento de los Tercios, principalmente siglo XVII. Es un arma completa, incluye asta de fresno natural.
Moharra de alabarda de infante estilo alemán, principios del siglo XVI