Moharra de alabarda de luna creciente 1580-1700
Moharra de alabarda de sargento de los Tercios. Finales s. XVI y s. XVII.
La alabarda era, con diferencia, la arma más característica de los tercios españoles, pese a que su uso se fue abandonando paulatinamente en beneficio de las armas de fuego. Este arma era formidable en las manos de los experimentados soldados de los tercios españoles. Esta moharra está compuesta por una punta con filo que hacia las veces de lanza, a un lado llevaba una hoja en forma de hacha y al otro un gancho, muy eficaz para derribar jinetes. Este tipo de moharra fueron muy populares en la Europa de finales del siglo XVI y durante el siglo XVII, incluso han llegado a nosotros como armas ceremoniales.
Los Tercios incluyeron desde muy temprano contigentes de alabarderos armados con este formidable arma enastada. Según Julio Albí de la Cuesta los alabarderos de las compañías de arcabuces, iban aderezados como los coseletes, pero usaban alabarda, recibiendo picas solo si entraban a formar con el grueso del escuadrón.
Además de un arma excepcional para la defensa (de ahí su uso por multitud de guardias de corps), la alabarda llegó a ser el arma distintiva de los sargentos en todas las naciones, especialmente en la española. Este modelo, con el hacha de luna creciente y menos contundente, está diseñado más como distintivo de rango de sargento que como arma de combate, pero aún es un arma mortífera sin ser tan contundente.
Medidas:
- Longitud (aprox.): 53 cm.
- Anchura (aprox.): 30 cm.
- Peso (aprox.): 1,2 Kg.
En la imagen, una moharra de alabarda de parada. Siglo XVII. Museo del Ejército, Madrid.
Características
- Material
- Acero
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