Bulla romana en forma de pequeña joya para colgante, en latón y dos tamaños.
La bula, del latín bulla, que significa burbuja, era un pequeño contenedor que se colgaba del cuello de los niños cuando estos cumplían los 9 días de vida. Al parecer ya se conocen representaciones etrucas de niños con bulas, lo que permite suponer que los romanos heredaron esta práctica de los etruscos. Solo los niños la llevaban, para las niñas se utilizaban las lunulae.
El niño llevaría ese colgante hasta su mayoría de edad, cuando también cambiaba la toga praetexta por la toga viril. La bula tenía un sentido religioso, ya que en su interior, la madre introducía elementos protectores, que ahuyentaban las enfermedades, los accidentes. el mal de ojo, las envidias y los males humanos en general. Entre estos objetos, podían introducirse gemas, falos o sustancias naturales como hojas o semillas de plantas que fueran consideradas apropiadas para alejar el mal.
Las bulas podían estar hechas de cualquier material, aunque toda madre que pudiera permitírselo la haría de oro o plata, y la encargaría profusamente decorada. Pero, independientemente del material, siempre tenían forma circular o acorazonada.
Esta réplica de bula romana es una versión joya, para lucir como colgante y muy apta tanto para recreación como para regalo. Está fundida en latón para imitar, a un precio asequible, el oro (aurum en latín). Al ser pequeña no incluye apertura ni receptáculo interior.
Se suministra en su caja para presentación y conservación.
Características:
En la imagen bulla de oro original del Museo Arqueológico de Nápoles:
Características
Colgante y adorno femenino en forma de luna creciente, muy utilizado en las niñas romanas.
Bulla romana en forma de pequeña joya para colgante, en latón y dos tamaños.
