Los trajes medievales, como los de cualquier época histórica incluida en La Casa del Recreador, están elaborados con los mismos materiales textiles utilizados históricamente. La recreación histórica conlleva tanto el respeto a los materiales y elementos utilizados como al diseño y proceso de elaboración de la reproducción. En el caso de los trajes medievales, La Casa del Recreador no hace una excepción.
Sin embargo, hablar de trajes medievales puede suponer una tarea tan vasta como imposible. Dado que la vestimenta medieval abarca el periodo comprendido entre la caída del Imperio Romano de Occidente en 476 y la del Imperio Romano de Oriente en 1453. Además, el concepto histórico de Edad Media no contiene delimitaciones espaciales, de modo que podríamos hablar de trajes medievales vikingos, árabes o bizantinos, sin mucha conexión entre ellos, pero con derecho a calificarse como trajes medievales tanto unos como otros.
En La Casa del Recreador, hemos comprendido la inmensidad de la inabarcable tarea de producir y comercializar, de forma fiable y rigurosa, trajes medievales en general. Se hace necesaria por tanto cierta especialización si se quiere alcanzar un nivel de fidelidad histórica excelente en la producción de trajes medievales.
Y la decisión inicial del equipo de La Casa del Recreador, de cara a la categoría de trajes medievales no fue muy distinta a la que inspira el proyecto completo. Nos centraríamos, por tanto, el establecimiento de nuestro perímetro de recreación en cuanto a trajes medievales ser refiere, estableciendo una hoja de ruta en el crecimiento de empresa en cuanto a vestimenta medieval. Delineando la Península Ibérica como el ámbito geográfico elegido y la Reconquista como ámbito temporal prioritario de la categoría medieval, daríamos comienzo a la investigación del proyecto con la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, la Orden del Temple.
Los caballeros templarios contaron con presencia en los reinos peninsulares desde principios del siglo XII, poco después de las primeras dataciones de la Regla, implicándose activamente en las guerras de reconquista de Aragón, Castilla y Portugal. Para determinar los trajes medievales de los templarios, nuestros historiadores y técnicos de recreación han recurrido a las traducciones disponibles de la Regla Primitiva, fuente original del gobierno de la orden tras su concilio de Troyes en 1129. También disponemos del retrais o Estatutos Jerárquicos, fechados alrededor de 1165. Otras fuentes, como la regla cisterciense y otros textos adicionales han sido utilizados para diseñar los trajes medievales que ponemos a disposición del recreador ibérico.
Independientemente, del armamento templario y de la vestimenta accesoria asociada al mismo, el cual será objeto de otro artículo del blog de La Casa del Recreador, el traje medieval o hábito del templario se componía de camisa, calzones, cinturón, túnica, botas y manto. Determinadas prendas podían presentar versiones de verano e invierno y también diferentes denominaciones según los textos. En particular, llamamos la atención sobre los guantes de cuero, que ningún hermano estaba autorizado a llevar, ni siquiera en combate, en señal de la pobreza de Cristo, salvo los capellanes, que por encargarse de la administración de los sacramentos, sí podían llevar protegidas sus manos.
Foto de cabecera: Valischka Fotografía.
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