Ya que la recreación histórica no está exenta de este tipo de riesgo, en este artículo pretendemos mostrar sucintamente los efectos del estrés térmico, entendido como el trastorno corporal provocado por temperaturas que sobrepasan los límites de la tolerancia vital del ser humano. Realmente, el hombre ha colonizado ambientes de temperaturas muy extremas, pero lo ha hecho adaptando siempre su atuendo, de modo que la temperatura corporal se mantenga siempre en el orden de los 36,5 grados Celsius. Cuando la temperatura del cuerpo humano no puede mantenerse en unos límites razonables, se ponen en marcha mecanismos fisiológicos automáticos, que tratan de recuperar el equilibrio perdido. Si estos mecanismos se llevan al límite, nos encontramos ante situaciones de hipotermia o hipertermia.
No nos detendremos mucho en la hipotermia, ya que los riesgos de padecerla en la recreación histórica española son menores. En situaciones de frio, no nos faltan a los recreadores ropajes que vestir, de caliente lana o similar, que nos cubran lo suficiente para soportar temperaturas muy bajas. Aunque ya se comienza a aprovechar la época invernal para la recreación histórica, las situaciones de hipotermia son escasas o nulas, siendo un enfriamiento o resfriado, que se manifestará en los días siguientes, el mayor de nuestros riesgos.
Sin embargo, el enemigo number one del recreador moderno en España es el calor, convirtiéndose la hipertermia en un problema que podría llegar a ser grave si no se cuenta con las prevenciones necesarias. Nuestros veranos se están alargando cada vez más y sus temperaturas baten récords año tras año. En este entorno ambiental, se hace necesario contar con la información de cuáles pueden ser los síntomas que podríamos apreciar, en nosotros mismos o en los demás, para identificar posibles situaciones de riesgo por hipertermia.
Los síndromes por hipertermia son diferentes según la gravedad de la situación. A veces las señales son sutiles y otras veces los síntomas mas graves aparecen sin una aparente fase previa más leve.
Entre los principales síntomas que podremos observar en un recreador con hipertermia están:
- Sudoración abundante
- Incomodidad y fatiga general
- Debilidad muscular
- Falta de concentración e irritabilidad
- Angustia y disnea (sensación de falta de aire)
- Mareos
- Náuseas y dolores de cabeza (deshidratación cerebral)
- Calambres musculares
- Desmayos
Si identificamos estas señales en nosotros mismos o en algún otro, debemos proceder al enfriamiento del recreador, trasladándolo a una zona fresca o a la sombra, hacerle descansar tumbado, dejarle con ropa ligera, hidratarle abundantemente y refrescarlo con agua en la cabeza y torso. Si no se percibe mejoría, debe solicitarse tratamiento médico de inmediato.
Si la situación no se remedia, la hipertermia puede agravarse hasta lo que se denomina Golpe de Calor o forma severa de la hipertermia. No obstante, en ocasiones el Golpe de Calor se presenta súbitamente o con poco aviso, sin necesidad de observarse previamente todas las señales de la hipertermia leve. Debemos sospechar que estamos ante un Golpe de Calor si observamos, además, las siguientes señales:
- No existe sudoración, la piel está seca, el cuerpo ha dejado de refrigerar, ha fallado el sistema de regulación térmica
- Sofocación general y disnea
- Fiebre, aumento descontrolado de la temperatura por encima de 41º
- Piel enrojecida o amoratada
- Taquicardia y pulsaciones aceleradas
- Hipertensión
- Vértigos
- Si no se pone remedio clínico, el paciente puede entrar en la fase crítica, con síntomas como convulsiones, hipotensión, colapso orgánico, pérdida de conciencia y muerte.
El pronóstico siempre es grave en estas situaciones. Si sabemos o sospechamos que podemos estar ante un recreador con Golpe de Calor debemos reaccionar lo antes posible pues el tiempo es fundamental. Mientras alguien avisa a los servicios de emergencia, hay que enfriar su cuerpo cuanto antes, colocándolo en un ambiente fresco, a la sombra y bien ventilado intentando refrescarlo con bolsas de hielo en la cabeza, o con paños de agua fría. Es aconsejable envolver a la persona en toallas húmedas y colocarlo en posición lateral de seguridad (ver gráfico inferior) hasta que acudan los servicios médicos. Si la persona está consciente, se le debe dar a beber agua para corregir la deshidratación.
Con esta información el recreador histórico contará con más y mejores herramientas para reconocer situaciones y poder ayudar a los demás. Pero además, desde el equipo de La Casa del Recreador queremos añadir una serie de recomendaciones de seguridad que te serán de utilidad a la hora de desarrollar tu afición favorita.
- Conoce tu cuerpo y recrea dentro de tus límites. Factores como la edad, la forma física, la obesidad o el estado de salud, influyen en las posibilidades de sufrir un accidente por hipertermia. A veces no somos conscientes de que ya no tenemos treinta años. Otras veces, un simple resfriado nos vuelve más sensibles a la fatiga y la deshidratación. Conocer la propia fisiología corporal y utilizar el sentido común serán la mejor garantía de una recreación segura.
- Evitar en lo posible la recreación en épocas caniculares, que, en el entorno actual de veranos calurosos, vienen a coincidir con los meses de julio y agosto, al menos en toda la mitad meridional de España.
- Si esto no es posible, o nos encontramos en fechas donde las máximas pueden todavía elevarse hasta los 30 grados, evitar las actividades a las horas más calurosas del día. Desde luego evitar la exposición directa al sol, desarrollando las actividades de recreación a la sombra o en recintos acondicionados.
- No olvidar, añadir al equipo del recreador una crema protectora solar para el rostro y otras partes expuestas, además de un sombrero o gorro histórico para protegernos en las horas muertas entre actividades.
- Contar siempre con una fuente abundante y cercana de agua fresca. Tanto la organización como los líderes de grupos deberían animar continuamente a los recreadores a una hidratación constante. Debe beberse antes, durante y después de la recreación. El agua debe estar fresca, pero no muy fría, para no someter al sistema digestivo y órganos internos a un shock térmico y evitar la irritación de las mucosas. No sustituir el agua por alcohol ni bebidas azucaradas, que tendrán a largo plazo el efecto contrario al deseado, deshidratando nuestro cuerpo silenciosamente. Las bebidas hidratantes e isotónicas son una buena alternativa para los que suelen tener bajas las sales.
- Adaptar los esfuerzos y tiempos durante la recreación a la temperatura ambiente reinante. Aquí el juicio del recreador y los responsables deben prevalecer sobre otras consideraciones. No realizar ejercicios violentos o prolongados que agraven la deshidratación y la fatiga muscular. Las pausas y descansos deben ser los suficientes para garantizar la diversión y la seguridad.
- Contar en los eventos con personal cualificado para la atención de emergencias médicas y con un Plan de Contingencia que permita la reacción rápida y eficaz ante cualquier situación imprevista y desde luego indeseada.
Posición de seguridad en primeros auxilios
Conocer y manejar información básica, como la contenida en este artículo que, junto con el conocimiento del propio cuerpo, harán de nuestros eventos de recreación un episodio para recordar…. por felices y seguros.
Y no olvides la máxima: Recrea siempre dentro de tus límites.
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