EL DURO CAMINO DE LA FELICIDAD A LA LUCHA POR LA SUPERVIVENCIA

Han existido pocos personajes a lo largo de la historia tan deformados en su dimensión real como la figura de Cayo Julio César Germánico, conocido por todos nosotros como Calígula.

Nuestra visión sobre este emperador está marcada por la locura, el desenfreno sexual, y la crueldad más absoluta. De hacernos llegar este retrato se encargaron varios historiadores pro-senatoriales que tenían una opinión tremendamente negativa de su gobierno: Suetonio del siglo II; Dión Casio que escribió a comienzos del III o Séneca, que estuvo condenado a muerte por Calígula. Para agravar la falta de fuentes objetivas debemos señalar que la parte de la obra de Tácito que hablaba sobre este emperador se ha perdido. Para construir un retrato fiel debemos conformarnos con los testimonios de estos historiadores contrastándolos con las noticias que aparecen en las obras de Flavio Josefo, Filón de Alejandría que se entrevistó varias veces con él o con Plinio el Viejo, que era solo un adolescente cuando Calígula fue emperador. Más recientemente su imagen ha seguido distorsionándose en obras muy difundidas como la novela Yo Claudio, del novelista Robert Graves --que sirvió de base a la famosa serie de la BBC--, o en la película de 1979 de Malcolm McDowell en la que, de nuevo, se describe a un Calígula depravado e insaciable.

(Figura.1) Reconstrucción del aspecto real de calígula. Liebieghaus skulpturensammlung, Frankfurt am Main, Alemania. Wikimedia Commons

En la actualidad son varios los autores que han afrontado la tarea de ofrecernos una imagen más real de este emperador, tratando de profundizar en su vida, separando lo real de lo ficticio y buscando, a veces sin demasiado éxito, el sentido de algunas de sus acciones menos lógicas. Nosotros no aspiramos a tanto, vamos a tratar de acercarnos al verdadero Calígula conociendo lo mejor posible un momento clave de su etapa formativa como persona: su infancia y juventud. Tal vez así, comprenderemos mejor el porqué de algunas de sus acciones y podremos separar, al menos en parte, el mito de la realidad.

Según Suetonio, Calígula nació en Italia, la ciudad costera de Anzio en el año 12, en el seno de una familia “feliz”. Su padre era Germánico Julio Cesar, sobrino-nieto de Augusto, hijo de Antonia la Menor, la hija de Marco Antonio. Era a la vez sobrino e hijo adoptivo del actual emperador Tiberio. Por su carácter y méritos era uno de los hombres más admirados y queridos del Imperio. Se había casado con Agripina la Mayor, hija de la mano derecha de Augusto: Marco Vipsanio Agripa y Julia. Al nacimiento de Cayo Julio Cesar Germánico, el verdadero nombre de Calígula, la pareja ya había tenido otros dos hijos varones Nerón César y Druso César. Su matrimonio suponía la reconciliación de dos de las grandes familias romanas de su época, la estirpe de Marco Antonio y la de Augusto. Tal vez esa fuera la causa de la insistencia de Augusto en que Tiberio, que tenía un hijo propio, adoptara a su sobrino Germánico.

(Figura 2) Figura 2. Arbol genealogico Emperadores_julioclaudios. Wikimedia Commons

Tras la muerte de Augusto en el 14, Tiberio debe abandonar la frontera del Limes renano-danubiano para asumir el trono imperial. Germánico es enviado a sustituirlo al frente de las legiones del limes germano. La herida del desastre de Teutoburgo(9 d.C) seguía abierta. A Roma no le era fácil olvidar la desaparición, a manos de las tribus dirigidas por Arminio, de tres de sus legiones y la humillación que le había supuesto tener que replegarse a la nueva frontera de las orillas del Rin. Además siempre estaba la amenaza de una posible invasión de la Galia romana por parte de esas tribus germanas. Calígula, que ya tenía un par de años y Agripina de nuevo embarazada, siguieron a Germánico a los campamentos de las legiones. Agripina le confeccionaba al niño pequeños uniformes de legionario, con los que se paseaba entre los soldados que acabaron por considerar al pequeño como una especie de amuleto. Incluso los artesanos de la legión le elaboraron unas pequeñas caligae, a imitación de las que llevaban los legionarios, de dónde le viene a Cayo el apodo de Calígula (botitas) con el que tanto sus padres como los legionarios le llamaban. Siendo ya adulto rechazará que le llamen con ese apodo infantil, por considerarlo indigno de su condición imperial.

Ese primer año en la frontera, se produjo un gran motín en protesta por las condiciones del servicio militar. Germánico sólo pudo sofocarlo cediendo en algunas de las peticiones de los soldados y amenazando con enviar a su esposa e hijo con la tribu gala de los tréveros. Alegaba no tener otro remedio debido a la deslealtad de sus soldados. Ante la amenaza y el deshonor que a los legionarios les suponía obligar a su comandante a mandar a su familia fuera del campamento por falta de confianza en ellos, cedieron en su rebelión, entregando a los cabecillas para que fueran juzgados sumariamente. A cambio los guiaría por Germania para vengar el desastre de Teutoburgo y la muerte de sus compañeros.

Al inicio del verano del 17 Germánico, tras sus victoriosas campañas contra los germanos, la captura de la mujer embarazada de su líder Arminio, y la recuperación de dos de las tres águilas perdidas por Varo en Teutoburgo es reclamado para celebrar un triunfo en Roma.

Figura 3. Campañas de Germánico en Germania( Wikimedia commons)

El día del desfile triunfal, será un recuerdo muy importante para Calígula, que a pesar de ser solo un niño de cinco años, siempre recordará esos momentos junto a sus padres y hermanos--todos ellos subidos en un solo carro-- desfilando juntos en medio de la admiración y de las aclamaciones del pueblo romano.

El descanso en Roma dura pocos meses. Tiberio encarga a Germánico una nueva labor: poner orden en las provincias orientales del Imperio. En este viaje lo acompañarán de nuevo el pequeño Cayo y su esposa Agripina, quedando sus otros cuatro hermanos en Roma. Germánico, además de un excelente militar, era un hombre con inquietudes culturales, que incluso había escrito alguna obra de teatro. El viaje a Oriente lo hacen sin prisa, visitando a su paso los lugares y monumentos más importantes y recibiendo en todos ellos el cariño de la población local. Llegaron al escenario de la batalla naval de Accio donde la flota de Cleopatra y Marco Antonio, abuelo de Germánico, fue derrotada por Octavio. Pasaron por Atenas, la isla de Eubea y por la de Lesbos donde Agripina dio a luz a Livilla, su nueva hija. Otras paradas de su largo viaje fueron Bizancio, el Mar Negro, o el Egeo. También visitaron las míticas ruinas de Troya, la isla de Rodas llegando por fin a Siria, donde tanto a él como a su familia se le rendirán los máximos honores. Tras una breve estancia de Gérmánico en Capadocia donde reorganizó la administración romana, la familia viaja a Alejandría para visitar los palacios en los que César, Marco Antonio, Cleopatra y los reyes ptolemaicos habían gobernado las tierras de Egipto que ahora, formaban una próspera provincia romana. Allí fueron de nuevo agasajados con múltiples fiestas y recibimientos y Germánico, viajero insaciable, decidió partir en una travesía por el Nilo con visita a Menfis y a las pirámides incluidas. Este largo e intenso viaje, la adoración popular que su padre y ,por extensión él, disfrutaban en todos los lugares a los que llegaban le servirán al niño que era Calígula para asentar en su mente un concepto muy elevado sobre sí mismo y sobre su dignidad.

Figura 4. Viajes-de-Germanico-por-Oriente-y-Egipto-17-19-dC-Mapa-CGEAE-J-I. Wikimedia

Tras el fin de la navegación por Egipto, la familia volvió a Siria para hacerse cargo de las tareas que se le habían encomendado a Germánico. Desgraciadamente, poco tiempo después de su llegada enfermó y el 10 de octubre del 19 falleció a la edad de 33 años. Tuvo tiempo, antes de morir, de denunciar al gobernador de Siria, Cneo Calpurnio Pisón, como al responsable del envenenamiento que había causado su muerte. Muchos veían la sombra de Tiberio, celoso de la popularidad de su hijo adoptivo, detrás de los actos de Pisón. La muerte de su padre debió ser un duro golpe para el joven Cayo, de apenas 7 años, que hasta ese momento había gozado de una familia feliz, rodeado del natural afecto de dos padres que se querían, cosa no tan frecuente en los matrimonios de la aristocracia romana. Ahora se encontraba de camino a Roma, junto a su madre y al cadáver de su padre. A la llegada de su barco a Brindisi fueron recibidos con todos los honores por parte de la Guardia Pretoriana y, ya cerca de Roma, le salió al encuentro una delegación compuesta entre otros por Druso el hijo de Tiberio, el futuro emperador Claudio, y sus cuatro hermanos. El pequeño Cayo, solo un niño despreocupado al que le encantaba cantar y bailar, pasará de ser reverenciado como hijo del gran Germánico a una etapa bien diferente al cuidado de su madre primero y de las ancianas Livia y Antonia después. Es un momento muy peligroso para su familia ahora en el punto de mira de Tiberio y de su prefecto del pretorio Sejano ya que tras la desaparición de Germánico, sus hijos Nerón, Druso y Cayo empezaron a ser vistos por el pueblo como los herederos al trono, sobre todo tras la muerte del hijo biológico de Tiberio, Druso envenenado por su esposa Claudia Livila y el propio Sejano y su amante.

Figura 5. Muerte de Germánico. Nicolás Poussin. Wikimedia commons

El ambicioso prefecto del Pretorio, no sabemos si a iniciativa propia o a indicación de Tiberio, comenzó a dejar aislada socialmente a Agripina. Algunos de sus clientes más notables fueron amenazados, otros como el general Cayo Silio o Ticio Sabino juzgados por falsos delitos. Incluso el círculo de las amigas de la viuda de Germánico fue presionado para dejarla totalmente sola y sin apoyos de ningún tipo. En el año 28 se sintió lo suficientemente seguro como para actuar contra Agripina y su hijo mayor Nerón Germánico de 22 años. Se decretó el aislamiento de la madre de Calígula en una de sus villas de Herculano. Al año siguiente, el segundo hijo de esta, Nerón fue acusado de homosexualidad y enviado a la isla de Pontia (Ponza), en la costa oeste de Italia. Al mismo tiempo Agripina era trasladada a la rocosa y árida isla de Pandataria, donde los golpes de un centurión le supusieron la pérdida de un ojo.

Calígula, tras la caída en desgracia de su madre quedó al cuidado de su bisabuela Livia que no sentía ninguna simpatía hacia la familia de Germánico y Agripina. No debieron ser años fáciles para el adolescente que en el año 29, con tan solo 14 años fue el elegido para pronunciar la elegía que por cierto encantó al público asistente, demostrando la capacidad oratoria del joven. Después de eso quedó al cargo de su abuela Antonia La Menor, junto a sus dos hermanas pequeñas. En aquella casa, propiedad de la hija de Marco Antonio, emparentada con varias casas reales de Oriente, conoció a algunos nobles de esa parte del Imperio con los que trabó conocimiento y amistad. La tranquilidad le duró poco a Calígula, Tiberio no se olvidaba de su familia y en el 29, decide casar a Agripina, la Menor, con un hombre mucho mayor, de su confianza: Lucio Domicio Enobarbo. Al joven se le notificó su traslado a Capri, junto al Emperador. Es difícil saber cuánto hay de verdad y de exageración malintencionada en las noticias que nos han llegado sobre las depravaciones sexuales y la crueldad que allí presenció Calígula y el impacto que sobre su personalidad pudieron tener. Lo que sí sabemos es que siguió atento a mostrar un temperamento dócil y obediente sin dejar nunca que sus emociones le traicionaran, sabedor de los mil ojos atentos a cualquier descuido para denunciarle ante el desconfiado Tiberio. A pesar del terror que debió sentir, no mostró ninguna reacción, ni siquiera cuando supo del encierro en una mazmorra de su hermano Druso, ni en el 31 cuando el ahora cónsul Sejano envió un centurión a Pontia para obligar a su hermano Nerón a suicidarse.

Figura.6. Reconstrucción Villa Jovis. Capri. Construida por Tiberio(Wikimedia Commons)

La caída y ejecución de Sejano, gracias a la intervención de Antonia, en octubre del 31, fue tan solo un respiro para Calígula que era consciente de que en ningún momento debía bajar la guardia. Ni siquiera la amistad del nuevo prefecto del pretorio, Nevio Cordo Sutorio Macrón, le garantizaba nada. Tiberio dio orden de dejar morir de hambre a su hermano Druso, contándole con detalle a su madre Agripina la Mayor, aún viva en Pandataria, la horrible muerte que tuvo su segundo hijo. Eso fue más de lo que Agripina podía soportar se derrumbó y, según Tácito, optó por el suicidio en el año 33. De nuevo ante estas dos nuevas muertes Calígula se mostró frío, sin mostrar emoción alguna.

Tiberio escogió esposa para Calígula: Junia Claudila, llevando a la pareja a Capri, para tenerlos bien controlados. A su hermana Agripina la Menor la casó con un senador mucho mayor que ella. Al viejo Emperador ya no le quedaba mucho de vida, tenía un nieto: Gemelo que podía heredar el Imperio y se planteó eliminar al último hijo varón de Germánico, aunque Macrón le disuadió de la idea convenciéndole de que el joven era de total confianza.

Tiberio murió en Miseno en el 37, a la edad de 77 años, parece que por causas naturales, aunque alguna fuente asegura que fue asfixiado con su ropa de cama. Dejó en su testamento el Imperio a Calígula y a Gemelo, aunque el primero, con el apoyo de Macrón, pronto acabará con Gemelo.

Figura.7. Muerte de Tiberio.

Calígula se coronó como emperador a los 24 años. Hasta los siete podemos decir que disfrutó de una infancia feliz, rodeado del cariño de sus padres, de los legionarios y del pueblo que adoraba a su familia. Tras el fallecimiento de Germánico su vida se transformó en un ejercicio de supervivencia en el que se vio obligado a tratar de pasar inadvertido ante aquellos que lo observaban con sospecha deseosos de despertar la desconfianza de Tiberio y Sejano, causantes de la muerte de sus dos hermanos mayores y de su madre. ¿Pudo tener todo esto una influencia determinante en la formación de la personalidad del Calígula adulto? ¿Fue realmente Calígula el loco cruel y depravado que nos cuentan las fuentes? Probablemente no, el pueblo siempre estuvo a su favor y lloró su asesinato tras cuatro años de gobierno. La mayor parte de los historiadores modernos piensan que no fue realmente el monstruo que nos dibujan las fuentes, aunque sí que se comportó como un joven arrogante y soberbio, demasiado engreído en su dignidad imperial e inexperto y falto de preparación para la difícil tarea de gobernar el gigantesco y complejo Imperio de Roma. Incapaz de controlar su ira, acabó volviéndose impredecible y peligroso para aquellos que lo rodeaban y eso acabó costándole la vida, aunque esa es ya otra historia.

 

Bibliografía

Suetonio.-- Vida de los doce césares.

Dión Casio.-- Historia Romana.

Filón de Alejandría.--Legatio ad Gaium

Flavio Josefo.-- Antigüedades Judías

Winterling, A.-- Caligola dietro la folia.-- Edit Laterza, 2006

Auguet, R.-- Caligula ou le pouvoir à vingt ans.-- Paris 1984; Editori Riuniti, Roma 1984.

Dando-Collins, S.-- Calígula el emperador loco de Roma.-- Madrid: La Esfera de los Libros, 2021

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