Entre el 783 y el 791 se sucedieron dos monarcas en el Reino de Asturias, Mauregato y Bermudo I, que prepararon el camino a Alfonso II el Casto, el mayor de los reyes asturianos del siglo IX. Durante sus reinados, Asturias sufrió las secuelas de las luchas dinásticas dejada por Fruela I, las nuevas herejías religiosas y el reinicio de los ataques y razzias desde Al-Ándalus.
MAUREGATO (783 - 789)
Hijo bastardo de Alfonso I y de una esclava o sierva de ignoto origen, sus orígenes han sido muy debatidos dado que su nombre que no se corresponde con ningún antropónimo de origen romano o visigodo.
Mauregato en una ilustración medieval como rey de Galicia en la obra Compendio de crónicas de reyes (hacia 1350). Fuente: Wikipedia /CC
Muchas son las teorías que apuntan a un posible origen islámico de la madre puesto que ya desde el siglo XVI hay historiadores como Ambrosio de Morales que hacen derivar el nombre propio de ‘Mauregato’ de la palabra latina ‘maurus’ (norteafricano). Sin embargo, la documentación y fuentes del reino astur no nos dicen nada al respecto.
Ante la falta de pruebas y fuentes fiables solo es posible teorizar aquí; no es descartable que la madre de Mauregato haya tenido este origen andalusí dada la presencia de población emigrada de origen mozárabe[1] o bien, de esclavos de origen musulmán[2] en el Reino de Asturias -capturados en batalla o en incursiones- dedicados a las labores del campo, la construcción o el servicio doméstico en casas nobles, palacios o monasterios.
Árbol genealógico de los primeros reyes de Asturias. Créditos Fuente[3]
Mauregato llega al trono usurpando la candidatura legítima de Alfonso II y tal vez apoyado por descendientes y partidarios de Vimara, al que obliga a exiliarse a tierras de Álava, de donde era su madre Munia.
En el plano militar y a nivel de relaciones peninsulares, continuó la larga tregua con los musulmanes que se iniciara durante el reinado de Aurelio, salvo una razzia andalusí que documenta un acta conciliar ovetense del año 821 y que parece ser una interpolación falsa posterior.
UNA HEREJIA EN EL REINO ASTUR
Durante su reinado tuvo lugar además el famoso debate religioso entre Eterio de Osma y Beato de Liébana contra los obispos Félix de Urgel y Elipando de Toledo acerca de la herejía adopcionista, una doctrina de posible raigambre arriana que aseguraba que Jesús era un ser humano que fue elevado a la categoría divina al ser fue adoptado por Dios, en su nacimiento o tras su muerte.
Según cuentan las fuentes históricas, Beato de Liébana acusó a Elipando de herejía, ignorancia y locura, y llegó a denominarle “testículo del Anticristo”[4]. El obispo toledano llegó incluso a llevar esta doctrina herética hasta el corazón del imperio carolingio donde en el 794 se reunió el Concilio de Frankfurt presidido por el mismísimo Carlomagno para condenar el adopcionismo. Finalmente, Félix de Urgel fue depuesto de su cargo y confinado hasta el final de sus días mientras que Elipando[5], aunque conservó su puesto en su sede toledana, murió en el 805 sin tener discípulo alguno que continuase sus teorías.
También se sitúa en su gobierno la leyenda del Tributo de las Cien Doncellas[6], según la cual habría pactado la paz con el emir cordobés a cambio de entregar cien doncellas cristianas a Córdoba.
EL HIMNO DE MAUREGATO
Un testimonio historiográfico de sumo interés es el himno “O Dei Verbum Patris ore proditum”, también conocido como Himno de Mauregato, un cántico de la liturgia mozárabe en el que por primera vez se menciona a Santiago como patrón de Hispania[7]:
LATIN O vere digne sanctior Apostole |
CASTELLANO[8] ¡Oh apóstol santísimo y digno de alabanza, cabeza refulgente y dorada de España,
|
En cuanto a la autoría, la hipótesis de que fue Beato de Liébana quien la compuso es la más aceptada y la han apoyado estudiosos como Sánchez Albornoz, Pérez de Urbel y más recientemente el medievalista gallego Fernando López Alsina. Sin embargo, también hay muchos expertos que la rechazan y prefieren considerarla como “obra anónima” por ahora.
AÑOS FINALES, MUERTE Y LEGADO DE MAUREGATO
Sobre otros hechos de su vida personal las fuentes poco más aportan, pero según un manuscrito del Archivo de la catedral de Oviedo fechado en el 863, habría casado con una tal Creusa y tenido un hijo llamado Hermenegildo.
Mauregato falleció “de muerte natural”, según reseñan las crónicas asturianas, sin especificar el lugar exacto de su enterramiento, aunque en una interpolación posterior se afirma que fue en Santianes de Pravia.
También, el historiador y canónigo ovetense del siglo XVI Tirso de Avilés y Hevia, confirma la localidad de Pravia como lugar de su sepultura y recoge incluso lo escrito en su lápida: "Hic iacet in Pravia / qui pravus fuit" ("Aquí yace en Pravia quien fue depravado").
BERMUDO I (789 – 791)
Bermudo (o Vermudo) fue hermano del rey Aurelio, hijo de Fruela de Cantabria y sobrino del rey Alfonso I. Nació alrededor del año 754 y, desde joven, fue destinado por su padre a la carrera eclesiástica, por lo que fue conocido como "el Diácono”.
A la muerte de Mauregato, Bermudo fue elegido rey por los nobles en 789 para sucederlo.
Sin embargo, la elección de Bermudo fue algo fuera de lo común ya que su condición de clérigo le impedía acceder a la monarquía, según establecían las antiguas leyes hispanovisigodas, aunque habría excepciones como en este caso, que estarían justificadas por la necesidad de buscar un candidato de consenso y unificador entre las facciones cortesanas que habían repercutido en el alejamiento del futuro Alfonso II de la corte.
Bermudo I de Asturias, llamado ‘el Diácono’, en un cuadro historicista de Isidoro Lozano puntado en 1852. (Fuente: Wikipedia CC )
Otra particularidad del reinado de Bermudo I fue que coincidió con el fin de esa especie de tregua con Al-Ándalus y su reinado supuso el inicio de las incursiones musulmanas en Álava y Galicia. A pesar de oponer resistencia, Bermudo fue derrotado varias veces por las tropas andalusíes de Hishām I tal como ocurrió con la batalla del río Burbia (791)[9], en El Bierzo.
El río Burbia a su paso por Villafranca del Bierzo, hoy tramo del Camino de Santiago. Fuente: Pinterest
LA ABDICACIÓN EN ALFONSO II
Según la Crónica Albendense, esta batalla habría sido el punto de inflexión por el cual Bermudo I habría decidido abdicar en Alfonso II tras casi tres años de reinado. Otras crónicas asturianas como la Crónica de Alfonso III el Magno en su versión rotense hablan como motivo de la renuncia su condición de diácono.
Detrás de esta abdicación es posible que estuviesen tres factores, a saber:
- La nueva amenaza musulmana,
- El deseo de poner fin a una situación de crisis política previa,
- La necesidad de un mejor liderazgo representado en un caudillo más joven y experimentado en las tácticas militares.
Alfonso II era el candidato perfecto que reunía estos requisitos. Fue así como su sobrino le sucedió en el trono[10].
SUS ÚLTIMOS AÑOS, MUERTE Y LEGADO
Tras la abdicación, Bermudo I regresó a su estatus de clérigo y tal como nos cuenta la Crónica de Alfonso III (Versión Sebastianense), vivió en la corte de su sucesor Alfonso II “con mucho afecto”.
Sobre qué fue de él tras su renuncia, la crónica arriba citada nos dice que “terminó sus días en paz”, donde falleció de muerte natural años después en el 797., Asimismo, las distintas crónicas nos recuerdan a Bermudo como un hombre “clemente y piadoso” (Crónica Albeldense) y un “varón magnánimo” (Crónica de Alfonso III- Versión Sebastianense).
Parece ser que en los años de su reinado se casó con Ozenda (o Nunilona, según qué autores) con quien tuvo un hijo, Ramiro[11] según la obra De Rebus Hispaniae de Jiménez de Rada. También algunas fuentes afirman que tuvo otros hijos llamados Cristina, García o incluso un tal Pedro Theón, pero no es seguro.
Sobre su lugar de enterramiento hay varias conjeturas. Una teoría es la que da la Primera Crónica General, la cual afirma que fue sepultado en la capilla del Rey Casto de la catedral de Oviedo y otra, la que aporta Ambrosio de Morales, cronista del siglo XVI, que defiende que Bermudo I fue enterrado primeramente en la ermita de Ciella para luego ser trasladado, en tiempos de Alfonso X de Castilla, al monasterio de San Juan de Corias, en Cangas de Narcea.
Por último, como curiosidad, señalar que Bermudo I es considerado el ascendiente más remoto, directo y transmitido de generación en generación del linaje real del que procede el Felipe VI, el actual rey de España[12].
BIBLIOGRAFIA
BESGA MARROQUÍN, J., Orígenes hispano-godos del reino de Asturias, Oviedo, Real Instituto de Estudios Asturianos, 2000.
DIAZ Y DIAZ, M. C. (1976): Los Himnos en honor a Santiago en De Isidoro al siglo XI, Barcelona, págs. 235-288.
DIAZ Y DIAZ, M.C. (2001): Asturias en el siglo VIII. La cultura literaria, Oviedo, Sueve, 2001.
IGLESIA APARICIO, Javier. “El himno de Mauregato” en el Blog El Condado de Castilla. Enlace: El Himno de Mauregato
GARCÍA-MERCADAL y GARCÍA-LOIGORRY, Fernando (1995). Los Títulos y la Heráldica de Los Reyes de España. Ed. Bosch.
PALACIOS ROYÁN, José y DEL CERRO CALDERÓN, Gonzalo (2002). Obras de Elipando de Toledo: Texto, traducción y notas. Diputación de Toledo. Toledo
PETERSON, David (2020). “Historical explanations of North African Genetic Traces in North-Western Iberia en Al-Qantara XLI 2, 2020, pp.409-434
RUIZ DE LA PEÑA SOLAR, J.I. (2001). La monarquía asturiana, Oviedo, Ed. Nobel.
SÁNCHEZ ALBORNOZ, Claudio (1985). Orígenes de la nación española. El reino de Asturias. Sarpe (Biblioteca de la Historia). IV. Madrid.
[1] Recordemos que en el Reino de Asturias existían siervos de proveniencia no sólo local o esclava (por cautiverio), sino también formada por personas de origen mozárabe andalusí llegadas desde el Sur. En un momento dado quizás por los abusos de sus señores, los impuestos o las condiciones de vida, se sublevaron en tiempos del rey Aurelio. La represión entonces fue muy dura y estos rebeldes fueron de nuevo devueltos a su estado de servidumbre.
[2] No olvidemos que también hay una zona de León, la Maragatería, de la que recientes estudios genéticos han puesto en relación el ADN de sus habitantes con los del Norte de África. Hay alguna teoría que afirma que el topónimo Maragatería derivaría del propio rey Mauregato, mientras que otras lo asocian a ‘maurus captus’, ‘moro cautivado’ lo cual cuadraría con ese testimonio de Ibn al-Athīr que afirma que, tras la guerra entre bereberes y árabes del 750, en vez de huir al Sur, unas familias berberiscas se quedaron y se convirtieron al cristianismo para no tener que pagar ciertos impuestos. Sobre estos estudios de ADN que enlazan a los maragatos con las poblaciones magrebíes, véase: PETERSON, David (2020). “Historical explanations of North African Genetic Traces in North-Western Iberia”; en Al-Qantara XLI 2, 2020, pp.409-434
[3] Fuente del enlace: Fruela I rey de Asturias
[4] Véase: PALACIOS ROYÁN, José y DEL CERRO CALDERÓN, Gonzalo (2002). Obras de Elipando de Toledo: Texto, traducción y notas. Diputación de Toledo. Toledo
[5] Se dice también que murió en la Jornada del Foso del Alcázar de Toledo en el 797, pero no hay pruebas siendo más probable que lo hiciese 5 años después.
[6] El Tributo de las Cien Doncellas fue un supuesto tributo que, según la leyenda, el rey Mauregato de Asturias habría acordado pagar al emir de Córdoba, Abderramán I, en el año 783. Este tributo consistía en entregar cien doncellas vírgenes y otros tantos bienes en especie anualmente como símbolo de sometimiento y reconocimiento de la supremacía del emirato. La leyenda dice que Mauregato accedió a este tributo para asegurar su posición en el trono, pero fue asesinado en 788 por nobles asturianos en venganza por este acto, lo cual como hemos visto no se ajusta a la realidad histórica.
[7] DIAZ Y DIAZ, M. C. (1976): Los Himnos en honor a Santiago en De Isidoro al siglo XI, Barcelona, págs. 235-288.
[8]Traducción castellana de Miguel C. Vivancos Gómez, OSB, Prior de Montserrat. Citado en: “El himno de Mauregato” en el Blog El Condado de Castilla. Enlace: El Himno de Mauregato [Consultado el 6/12/2024]
[9] Numerosos cronistas árabes (Ibn Idhārī, Ibn al-Athîr, Al Nauwayrī, Ibn Jaldūn) hablan de la movilización de tropas en el año 791 para una campaña encabezada por Hishām I contra el Reino de Asturias. Fueron, en realidad, dos ataques, ya que uno se dirigió contra Álava y el otro contra Galicia. El dirigido a la zona occidental del reino asturiano lo describe Ibn al-Athīr de la siguiente manera: “En el mismo año (9 de mayo de 791 a 27 de abril de 792), Hishām envió también un ejército mandado por Yūsuf ibn Bujt a Galicia, donde el rey Vermudo el Grande sostuvo una encarnizada batalla, en la que fue vencido y perdió mucha gente”. Esta batalla podría ser la del río Burbia que por cierto callan fuentes más oficiales como la crónica de Alfonso III el Magno.
[10] Las crónicas asturianas y en especial la de Alfonso III el Magno, callan sobre este aspecto. No sabemos si la renuncia fue forzada o voluntaria, si hubo o no otra revuelta y las circunstancias en las que llegó desde Álava hasta Asturias el futuro heredero al trono.
[11] También otras crónicas como la de según Ambrosio de Morales (s.XVI) e incluso autores como Enrique Flórez indican que tuvo dos hijas: Cristina y Thisena.
[12] GARCIA-MERCADAL y GARCIA-LOIGORRY, Fernando (1995). Los Títulos y la Heráldica de Los Reyes de España. Ed. Bosch. p. 60.
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