1. ÉPOCA DE MAHOMA Y LOS CUATRO PRIMEROS CALIFAS ORTODOXOS

Tras comenzar las primeras predicaciones del Islam, en el 622, el Profeta Mahoma (Muhammad en la historiografía árabe) y sus seguidores deben huir desde La Meca, y se refugian en Yatrib / Medina. Es la llamada emigración o Hégira, con la cual se inicia el cómputo del año islámico y la entrada del Islam en la Historia del mundo con su propia identidad y era. 

En Medina, Mahoma no sólo es el Profeta de una nueva religión revelada en el libro sagrado del Corán, sino también el modelo de hombre piadoso y sabio en el que todo fiel musulmán debe reflejarse.  

El Corán, además, no sólo regula las creencias del fiel musulmán sino también un estilo de vida en el que se incluyen:

-          Elementos de derecho familiar y costumbres,

-          Alimentación,

-          Higiene,

-          Indumentaria.

Es en el caso de esta última donde nos centraremos.

En el Corán, las alusiones a la indumentaria especifican solamente cómo deben ir las mujeres del Profeta Mahoma, indicando que deben ir vestidas modestamente y de modo recatado: “Y di a las mujeres creyentes que recaten su mirada y protejan sus partes privadas, y no muestren su belleza y sus adornos, excepto lo que sea visible de ellos, y coloquen sus velos sobre sus pechos, y no muestren su belleza y sus ornamentos más que a sus maridos, o a sus padres, o a los padres de sus maridos o a sus hijos (…)  (Azora 24 – Aleya 32)

También en el Corán se alude a la seda pero se prefiere que sea usada más por las mujeres ya que la seda según la tradición islámica es una tela noble reservada a vestir a las almas benditas que entran en el paraíso.

Según algunos estudiosos islámicos, la vestimenta del Profeta es la tradicional tribal árabe masculina de camisa interior (qamís), la aljuba (túnica básica o yubba), tocado, manto y posiblemente zaragüelles (sirwál) que crea tendencia, como decimos ahora, y marca lo que será las bases de lo que será  la típica indumentaria islámica. 

Las telas más usadas son el lino, la lana y el algodón, aunque la seda especialmente la amarilla no es rechazada del todo por el Profeta del Islam.

El Profeta prefiere idealmente estas telas sin teñir y en su color blanco natural crudo ya que según un hadithDios ama las ropas blancas, pues blanco es el Paraíso’. Un modo de vestir que será siglos después imitado por los místicos sufíes más austeros y también en Al-Ándalus.

Sin embargo, no es cierto del todo que vistiese sólo de blanco ya que según la doctora Patricia Lesley también usó colores en algunas prendas, gracias a las cuales podemos conocer la indumentaria masculina del siglo VII d.C. en Arabia:

-       Qamís (Camisa interior) con mangas y cuello redondo hecha en algodón o lino.

-       Thawb  /Tailasán Manto de varios tamaños usados para la cabeza o envolver los hombros

-       Burd /Izar – Manto largo envolvente a modo de capa, como la de color verde que Mahoma da a Alí.

-       Sirwal (Zaragüelles) llegado por contacto con pueblos orientales (persas)

-       Sandalias na’al de cuero de camello

-       Yubba (aljuba) – Solían ser de color natural blanco, pero usó también una de color negro

-      Imama -  hecha con una banda en lino o algodón (de color azafrán o rojo usado en la Batalla de Dhu Tuwa). Otra tradición dice que Mahoma le dio su turbante a Alí, por lo que serviría para dar autoridad.

-      Ihram – Vestimenta blanca sencilla para realizar la Peregrinación a La Meca compuesta de una capa envolvente y una tela enrollada alrededor de la cintura.

Según, la doctora Lesley Baker, siguiendo una tradición, cuando el Profeta del Islam muere es enterrado con una camisa sencilla limpia y amortajado con el ihrám, costumbre que seguirán los musulmanes de siglos posteriores incluyendo los musulmanes andalusíes, nazaríes, mudéjares  y moriscos de toda la Península Ibérica.

Las mujeres de los primeros tiempos del Islam visten:

-       Sedas de colores (sobre todo amarillo y rojo)

-       Ellas pueden usar joyas de oro (como hace Aysha)

-       Túnicas /aljubas teñidas y sin teñir holgadas y tejido grueso, que podían llegar hasta el tobillo.

-       Zaragüelles (se recomiendan los largos hasta los tobillos)

-       Los mantos y calzado son similares al de los hombres.

2. EXPANSIÓN DEL ISLAM E INFLUENCIAS EXTRANJERAS: OMEYAS Y ABBASÍES

Estas indumentarias continuaron más o menos inalteradas tras la muerte de Mahoma, el periodo de los Cuatro Califas Ortodoxos y los primeros Califas Omeyas.

2.1) LOS OMEYAS

Sin embargo, las conquistas del Islam hacia Occidente y Oriente más allá de Arabia y Mesopotamia hace que el Islam tome contacto con otras culturas como:

-       Bizancio

-       Imperio Sasánida

-       Sogdianos de Asia Central

-       Hindúes (del Sind, hoy Pakistán)

-       Coptos

-       Bereberes

-       Hispanos (con una cultura romano-visigoda previa)

Especialmente, los contactos con BIZANCIO y los persas SASÁNIDAS influyen en las costumbres y en una nueva cultura islámica que pierde sus rasgos nómadas, tribales y de austeridad adoptando unas novedades que cambian lo que había sido hasta ahora la indumentaria y costumbres sociales protoislámicas:

-       Los árabes se sedentarizan y arraigan, estableciendo su capital en Damasco.

-       Adopción de costumbres y herencia cultural de otros pueblos.

-       En el palacio del califa se adopta un protocolo palaciego y de autoridad real.

-     Se dice que aparece por esta época el harén, herencia del gineceo bizantino y aparecen los primeros tipos de velo islámico que tapan la cara de las mujeres

-       Se instaura un tipo de peinado con raya en medio y cabellos largos posiblemente de origen sasánida

-      A mayor cantidad de tela, y mejor rica, mayor prestigio social y aristocrático de ahí que muchas prendas antes estrechas comiencen a alargar bocamangas o incorporar ese acampanado propio de las túnicas orientales.

Ilustración 1.  Moneda del Califa Omeya 'Abd al-Malik.  Vemos como adopta el peinado con raya en medio y barba al estilo sasánida.  Las vestimentas se ensanchan y reciben influencia persa (aljuba) sobre la que se enrolla un posible manto.  Conserva algunos rasgos de su origen árabe como el llevar la espada de posible tradición persa en un tahalí.

Estas innovaciones afectan también a la indumentaria que comienza a usarse como elemento de distinción social y código visible de autoridad distinguiendo entre aristocracia de gobernantes y linajes árabes (jassa) y una mayoría de gobernados, el pueblo común o amma.

Un califa omeya, Walid II (muerto en 743) comienza a usar prendas de lujo, en concreto unas aljubas de seda amarilla, por lo que los juristas y hombres religiosos le criticarán por llevar una vida disoluta antimusulmana.

2.2) LOS ABASÍES

Con los abasíes instaurados desde el 750, la capital se traslada ahora a Bagdad. Aparecen novedades textiles y de vestimenta que asimilarán los abasíes y se ‘exportarán’ a al-Ándalus desde donde llegarán como influencias a los reinos cristianos ibéricos:

  •       la JIL’A,  una aljuba de lujo, antecesora de la aljuba de gala que se verá en Al-Andalus y los reinos cristianos del Norte.
  •       El tiraz, una banda epigráfica y/o con estampados que se da como regalo de autoridad y reconocimiento hecha en tafetán u otra tela rica.  De origen posible oriental (persa o bizantino).
  •       Sedas lujosas que llegan desde la cercana Bizancio o la lejana India y China a través de la Ruta de la Seda. Aunque se prohíbe la representación figurada, muchas de estas sedas llevan estampados de animales y personajes dentro de roleos.
  •       Se incorporan nuevas prendas como la qalansuwa, bonete cónico que podía ser alto o corto o el turbante de colores anudado de muchas maneras.
  •       Uso de colores que se asocian a la realeza como el amarillo por influencia copta y el púrpura o rojo, por influencia bizantina.

Se establece un rígido protocolo palaciego que sigue manteniendo las vestimentas de honor y el tiráz (banda de honor).

Continúa la evolución de la moda que incorpora además elementos de otros pueblos como los persas, los bereberes y los turcos convertidos al islam.

Ilustración 2.  Fragmento de las Maqamát de al-Harirí (siglo XIII) que nos dan un testimonio de la indumentaria usada en época abbasí tardía.  Vemos el uso de prendas de colores: aljubas y turbantes de seda y tejidos nobles que llevan mangas anchas. Uno de ellos, lleva el tiráz.  Esta es una época donde se asimilan además modas foráneas, como es el caso del personaje de la derecha que lleva un sombrero cónico vuelto a la turca o tártara.

3)    DE AL-ANDALUS A LA ESPAÑA MUDÉJAR Y MORISCA

En Occidente, en lo que es la antigua Hispania visigoda, ahora llamada Al-Ándalus, Abderrahmán I instaura el emirato independiente omeya. 

Se produce un proceso de arabización y orientalización que incorpora al ropero hispanomusulmán estas modas abasíes y omeyas previas añadiendo elementos se entremezclan con la moda local de origen romano-visigodo (sayas cortas, trubucos, rastrojeras) y la de los bereberes, que incorporan elementos como el turbante abultado, mantos como el alquicel o el burnus.

Al-Ándalus destaca por ser una tierra productora de tejidos de seda, algodón, lino y paños de lana. 

En la Córdoba emiral y califal, vemos el uso del tiráz y de prendas orientales como la aljuba o bonetes (qalansuwa) que llegan como modas por influjo estético abbasí.

Frente al Islam aparece la resistencia de los reinos cristianos del Norte que avanzan hacia el sur. La indumentaria y las telas de lujo andalusíes se exportan a la España cristiana.

Tiempo después, el califato andalusí omeya se disgrega dando paso a los reinos de taifas, las invasiones norteafricanas almorávide, almohade y benimerín que dejan su impronta en forma de prendas como el turbante o el albornoz que se popularizan entre todas las clases sociales junto a indumentarias básicas como los zaragüelles, el qamís, la alcandora, la aljuba o los bonetes.  

Salvo periodos de austeridad en la indumentaria en época almorávide (fines siglo XI) y almohade (s.XIII), los aristócratas, gobernantes y emires taifas se decantan por ricas prendas hechas en brocado, satén o seda o mezcla de seda con lino o lana.  Zonas como Almería, Málaga y Granada se convierten en exportadora de telas de lujo a Oriente y Occidente.  En esta época tenemos un fenómeno de influencias mutuas(el tasabbuh) donde las modas musulmanas son adoptadas por los reyes cristianos peninsulares y viceversa, tenemos a musulmanes vistiendo a la cristiana. 

Ilustración 3. Miniatura de las Cantigas de Alfonso X el Sabio donde vemos a un musulmán y cristiano tocando un laúd.  El musulmán viste una aljuba con tiraz y encima como tercera capa un pellote a la cristiana.

Con el paso de los siglos, la Reconquista avanza hasta los límites del Reino Nazarí de Granada que acabará por ser tomada en 1492. 

Mientras tanto, en las zonas conquistadas por los cristianos, quedan bolsas de población musulmana: Son los mudéjares que a cambio de un tributo a los reyes cristianos conservan su fe islámica y costumbres.

Sin embargo, algunos mudéjares de los territorios conquistados por cristianos emigran desde Granada al Norte, otros marchan a África y otros, con menos poder adquisitivo, se quedan en sus zonas de origen.

Mientras tanto, se producen algunas influencias mutuas entre las culturas cristiana y musulmana. Esto se ejemplifica también en la indumentaria hispánica medieval, donde vemos cristianos vestirse a la morisca y musulmanes mudéjares que vestirán con prendas cristianas superpuestas o incluso totalmente como cristianos viejos, con algún elemento orientalizante.

Sin embargo, a partir de 1502, se obliga a los musulmanes mudéjares a convertirse al cristianismo comenzando por los de Granada y Castilla (y Teruel por su cercanía a Castilla), en 1512 los de Navarra y en 1525, bajo Carlos V, los mudéjares de la Corona de Aragón. 

Los ahora conversos de moro al cristianismo serán llamados desde entonces ‘moriscos’ y desde entonces deberán abandonar sus indumentarias, vestir a la cristiana como nueva señal identificatoria de su conversión, aunque habrá excepciones como el Reino de Granada donde se conservó especialmente entre las moriscas que continuaron vistiendo indumentarias islámicas como la marlota o la almalafa. 

Ilustración 4.  Moriscas del Reino de Granada con los elementos de sus indumentarias tradicionales:   Velo (almalafa), túnica marlota, trabaq o vendas en las piernas y escarpines.  Hasta 1567, las moriscas granadinas conservaron sus trajes tradicionales de origen islámico nazarí.  A partir de 1570 tuvieron que vestir como las cristianas viejas, desapareciendo toda indumentaria tradicional morisca anterior.

Sin embargo, la prohibición en 1567 de vestir estas prendas además de limitaciones a su identidad cultural, étnica y social los llevó a sublevarse en las Alpujarras en una guerra contra la autoridad de Felipe II durante casi tres años, hasta que en 1570 con la reducción de los últimos moriscos se eliminaba también cualquier signo de identidad cultural, afectando a las indumentarias tradicionales granadinas, que acabaron por desaparecer definitivamente tras esa fecha, a partir de la cual el morisco se convierte cada vez más en un elemento extraño en una España donde se supone había una unión religiosa, especialmente tras el Concilio de Trento.

Socialmente, no son considerados como iguales por los cristianos viejos y son motivo de sospecha por su colaboracionismo con los otomanos y los piratas berberiscos. 

Esta brecha étnico-social se haría más grande años después rematándose en su posterior expulsión en 1609 bajo Felipe III.

Pero esta es ya otra historia.

BIBLIOGRAFÍA

Baker, Patricia L. Islamic Textiles. London: British Museum Press, 1995.

Baker, Patricia L.  A history of islamic court dress in the Middle East.  SOASUniversity of London 1985

Cortés, J (Ed).  El Corán. Editorial Herder. 1992

Irigoyen García, J. Moros vestidos como Moros.  Edicions Bellaterra. 2018.

Kühnel, Ernst . “Abbasid Silks of the Ninth Century.” 

Mayer, L.A. “Some remarks on the dress of the Abbasid Caliphs in Egypt.” Islamic Culture, No. 17, pp. 36-38. 1943.

Menendez Pidal, G. La España del siglo XIII: leída en imágenes. Real Academia de la Historia, 1986 

Serrano-Niza, Dolores.  “Fuentes para el estudio de la indumentaria andalusí”. Revista de Filología de la Universidad de La Laguna, nº 14, 1995, págs. 217-224

Stillman, Yedida Kalfon. Arab Dress: A Short History: From the Dawn of Islam to Modern Times. Norman A. Stillman (ed.). Boston: Brill, 2000.

Villagra Romero, Maria Isabel – Coe, Celia (ilustradora). La indumentaria en vísperas de la Guerra de las Alpujarras.  Diputación de Almería. 2018.

Dejar un comentario

Iniciar sesión


Categorías

arrow_upward