Foto de portada de Amy Bradshaw

En la Piazza Montecitorio de Roma se puede puede ver un obelisco egipcio. Para celebrar las conquistas de Galia e Hispania, Augusto encargó, con un decreto del Senado del 13 a.C., la construcción del mayor reloj del mundo a Novio Facundo. Se dedicó al Sol en el año 10 a. C., 35 años después de la reforma del calendario de Julio César.

Fue la primera dedicación solar en Roma, un tema de enormes implicaciones políticas y religiosas.

Aún existe el debate de si tal vez, en lugar de un complejo reloj, “sólo” sea una línea meridiana simple, pero la mayor de la Antigüedad, que marca la posición cambiante del sol al mediodía en el curso del año.

Para hacerlo se basaron en los trabajos de Manlio Matematico. Era una gran plaza circular en el Campo de Marte, alineado con la vía Flaminia, de manera que la sombra del gnomon caía sobre el centro del altar de mármol del Ara Pacis el 23 de septiembre, el cumpleaños de Augusto.

Es decir, tenía una función simbólica dentro de la estructura del reloj. Hay que recordar que Augusto era un fantástico experto en marketing político y con eso mostraba que había venido al mundo a traer la paz.

El pavimento era travertino y en su mitad superior se había hecho el cuadrante en bronce, del que se puede ver una pequeña sección. El gnomon o puntero era un obelisco de granito rojo de 30 m de altura traído de la ciudad egipcia de Iunu, que los griegos conocieron como Heliópolis, la ciudad del sol que se encontraba al nordeste de El Cairo y que estaba unida al Nilo por un canal. Fue un importante centro astronómico desde la II Dinastía egipcia.

Sus escuelas de astronomía fueron frecuentadas por científicos como Pitágoras o Eudoxo de Cnido, quien aprendió allí la verdadera longitud del año y mes. A sus escuelas de filosofía acudieron filósofos griegos como Platón o Solón.

El transporte de la enorme piedra tardó dos años. Hay que recordar, por ejemplo, que una de las columnas del foro romano que se encontraba en la calle Mármoles de Sevilla se transportó en época de Pedro I El Cruel, pero se rompió por la extrema dificultad de la operación.

 Imagen de André Caron

Se puso un globo de bronce sobre él para que generase una sombra bien visible. Augusto sucedió a Lépido como pontífice máximo, de manera que acumuló los mismos poderes políticos y religiosos que tuvo César, lo que le permitía corregir el calendario Juliano.

Plinio el viejo, en el año 70, se quejaba de que el reloj no marcaba bien las horas. La causa de la desviación se produjo por un terremoto que había hundido una parte del pavimento.

Domiciano lo reconstruyó porque se había vuelto inexacto con el tiempo.

El obelisco se partió en la Edad Media y quedó enterrado, pero se descubrió en 1748. Los restos del pavimento se encuentran actualmente a 8 metros de profundidad.

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