Daga 1480-1550

La daga era el arma más básica de todo soldado y era su último recurso de supervivencia. Desde la Edad Media, los combatientes gustaban de llevar armas personales de último recurso, suficientemente pequeñas que pudieran ocultar en alguna parte especial de su cuerpo, habitualmente la caña de una bota. En el Renacimiento, con la evolución de las técnicas de combate de escuadrones de piqueros, en los que los Tercios fueron maestros, la figurar del rodelero español que se escurría entre las picas enemigas para atacar directamente a los piqueros enemigos se convirtió en una imagen terrible en el campo de batalla. Con el transcurso de los años, el rodelero se equipaba a veces lo suficientemente ligero como para atacar a los piqueros desde el suelo gracias a dagas cortas como esta. Las encamisadas y las luchas en trincheras e incluso en túneles de minado de murallas, recomendaban al soldado llevar siempre a mano una daga de bota, que podía suponer la diferencia entre la vida y la muerte en caso de tener un encuentro inesperado.

Las dagas como esta, de hoja corta, no eran útiles para ser usadas con la mano izquierda junto a la espada y, según se fue haciendo popular en esgrima el uso de las dagas de mano izquierda, las dagas de hoja corta comenzaron a entrar en desuso en el ámbito militar, pero en el ámbito civil fueron todavía populares, tanto en uso cotidiano como en monterías.

Esta daga tiene una hoja de forma típica, forjada a mano en acero elástico. Incluye su vaina de madera recubierta de cuero. Presenta una empuñadura en madera y tanto la daga como la vaina tienen detalles en latón.

• Longitud total: aprox. 33 cm
• Longitud de la hoja: 19 cm
• Máx. ancho de la hoja: 3 cm

Peso del envío: 0.40 kg

Es un producto artesanal, pequeñas imperfecciones y diferencias entre unidades son normales. La madera es natural, puede contar con nudos y vanos, propios del realismo del noble material utilizado en la pieza.