El zapato medieval

Los zapatos hasta finales del siglo XV solo harán referencia al calzado masculino. A partir de entonces también englobará al zapato medieval femenino.  

No tenemos datos sobre cómo eran los zapatos en la Alta Edad Media, ni que nombre tenía esta prenda de cuero, pero posiblemente fuera muy similar al calceus: calzado romano parecido a un mocasín, que se ataba al tobillo y a la pierna por medio de tiras de cuero.

Veamos ahora cuándo surge el término zapatos y cuál fue su significado.

En el siglo XIII aparece en varios escritos y pragmáticas, pero indican un calzado genérico. Algunos ejemplos:

«sobr'ellas unos çapatos que a grant huebra son», Cantar del Mío Cid.

Obispo semeiaua/ en toda su fechura / en mitra y en çapatos”, libro de Alexandre, 1240-45.

Et el çapatero que ferpare el çapato aya esta pena sobre dicha del Alfayat” premática de Sevilla, 1252 

Parece ser que el término proviene de la palabra turca zabata, que era el cuero del buey curtido o adobado que se usaba para hacer calzados. Y que de él se originó el término zapata, documentado en el siglo XI y que perduró hasta principios del siglo XVI, y que será calzado femenino. 

«I gonnellam et II paria caligarum et de zapatas», 1093

Sin embargo, también se encuentra en el siglo XIII el término zapatón que según la investigadora Cianca Aguilar puede hacer alusión a lo tosco de su forma, al zapato de la armadura o puede estar relacionado con un calzado con forma de bota.

 «zapatones aut avarcas», documento notarial.

No vamos a atener al significado que le da la DRAE:

 «Calzado que no pasa del tobillo, con la parte inferior de suela y lo demás de piel, fieltro, paño u otro tejido, más o menos escotado por el empeine»

Evolución del zapato medieval

En la época visigoda, siglo VI-IX, la escasísima iconografía nos muestra un tipo de prenda bien ajustada al pie, según el perfil del mismo, ahusado en la puntera y cubriendo el tobillo.

Podemos ver algún que otro zapato medieval en el fresco del siglo VI de Santa María de Tarrasa, Barcelona (ver imagen de cabecera).

En los siglos del X al XI el aspecto del calzado sigue siendo más o menos abotinado. Hay documentados zapatos de cuero cubiertos con seda bordadas, piedras preciosas, perlas e incluso teñidos. El cordobán, por ejemplo, podía ser blanco o negro.

En los Beatos o Códices tenemos abundantes imágenes, en los que se observa también calzado a la moda cordobesa, es decir, con las puntas hacia arriba.

Durante el románico, siglo XII, el calzado más caro era de piel de alta calidad y fina, que se sigue fabricando de guadamecí y de badana curtida, y que podía ir repujado. Por supuesto, se podía complementar con telas, como el cendal, y se decoraban con tiras de cuero. El color solía ser el del curtido natural, pero los había negros, blancos, rojos, bermejos, marfil... A finales de siglo, en la iconografía, se pueden ver zapatos medievales con orejas, farpados (con flecos o tiras). También se observan adornos en la parte central, sobre el empine y/o los laterales, que bien pueden ser viras o tiras de piel, badana o vaqueta, o pasamanería bordada en oro. Los hay cerrados y abotinados, con o sin lazada.

ZAPATO MEDIEVAL

Figura 1: Segundo tercio del siglo XII. Baldaquí de Ripoll, Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona (detalle)

En el siglo XIII, los zapatos de cuero podían ser de carnero (cordobán, badana), cabra, vaca, caballo, perro, pero también los había de terciopelo, seda, acero o forrado el cuero con tela.

En este siglo hay una variedad importante de zapatos medievales:

  1. Escotados en pico en su cara interna, escotadura que se podía cerrar con cordones.
  2. Fenestrados: abiertos en el empeine, que se cerraban con una tira por medio de una hebilla o de un botón.
  3. Calados a modo de rejilla, viéndose a través de los agujeros las calzas.
  4. Punta prolongada y torcida hacia arriba. Ya en el siglo XI tenemos noticias de este zapato medieval con la punta con forma de escorpión, Ordericus Vitalis, en 1089,escribe:

«Insolitus inde mos in occiduum orbem processit [...]. Unde sutures, in calceamentis, quasi caudas scorpionum, quas vulgo pigacias appellant, faciunt»

En las Cantigas de Santa María y en el Libro de los juegos de Alfonso X el Sabio podemos ver abundantes imágenes de zapatos medievales. En el Museo Arqueológico Nacional de Madrid se conserva una zapata de doña Inés Téllez Girón (1274), con la punta redondeada, con dientes de crestería en el talón y restos de decoración en el empeine.

En el siglo XIV se siguen llevando los zapatos calados, y ahora también se escota a los dos lados. A finales de siglo llega la moda internacional de los zapatos terminados en puntas muy largas y ligeramente cóncava: las conocidas polainas, aunque no alcanzaran las exageraciones de otro países como Francia; estarán de moda hasta inicios del siglo XV. También se usan mucho los zapatos cerrados y abrochados con una trabilla en un lado desde el tercer cuarto del siglo XIV hasta ya mediado del siglo siguiente. Se cree que fue en el siglo XIV cuando se empiezan a coser suelas extra.

«Los çapatos redondos e bien sobresolados», Libro del Buen Amor, Arcipreste de Hita.

En el siglo XV los textos citan zapatos medievales cerrados, abiertos, abotinados (muy ajustado que cubre el tobillo), con “lengüezuela” o lengüeta (puerta en el empeine, con dos piezas laterales para abrirlo o cerrarlo con cuerdas), con borlas, etc.

«En los pies [...], quando gapatos de cuerda con puntas mucho luengas, con galochas o sin ellas; quando gapatos romos con alcorques o sin ellos, ya blancos y de uenado, ya de diuersos colores con puertas o syn puertas, con cayreles de aro 212 o de seda labrados, ya de muchos lazos ya de vn lazo, ya abiertos ya cerrados», Hernando de Talavera.

Y hacia los años 50 regresa el calzado medieval puntiagudo, alcanzando su máxima exageración en los años 70. A finales de esta década la punta pasa a ser roma. En los años 90 se pone de moda la punta cuadrada de origen centroeuropeo.

 ZAPATO MEDIEVAL

Figura 2: H.1495. La flagelación, Alonso de Sedano, Museo catedralicio de Burgos (detalle)

Bibliografía:

  • Astor Landete, Marisa: Indumentaria e Imagen - Valencia en los siglos XIV y XV, Valencia, 1999.
  • Bernis Madrazo, Carmen: Indumentaria medieval española. Instituto Diego Velázquez, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, 1956.
  • Cianca Aguilar, Elena: El campo léxico "calzado" en español. Tesis. 1996.
  • Gonzalo Menéndez Pidal: La España del siglo XIII: leída en imágenes. 1986.
  • Herrero García, Miguel: Oficios populares en la sociedad de Lope de Vega. Madrid, Castalia, 1977.
  • Kremer, Dieter: (R)espigando en la documentación altomedieval de león Lletres Asturianes 104, 2011.
  • Menéndez Pidal, Gonzalo: La España del siglo XIII: leída en imágenes. Real Academia de la Historia, 1987.
  • Sigüenza Pelarda, Cristina: La moda en el vestir en la pintura gótica aragonesa. Institución “Fernando El Católico”, Excma. Diputación de Zaragoza, 2000.
  • Memorias de la Real Academia de la Historia, (XXXVIII, [2 ...], Volumen 4. 1805

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