La alta calidad a precios justos ha sido siempre la base de cualquier éxito empresarial que se analice en la Historia. El modelo de economía libre basada en la iniciativa empresarial tiene éxito porque premia los buenos proyectos con la confianza del mercado. Y este lenguaje está compuesto de muchas palabras. Entre ellas se declinan algunas como cumplimiento legal, honestidad, entusiasmo y pasión por el trabajo, además de otras como inspirar confianza a largo plazo o demostrar compromiso con los objetivos del cliente.

Y siempre funciona. Como nos ha funcionado a nosotros en la musealización del Castillo de Alcadudete, en la que un cliente satisfecho con el trabajo realizado prosigue de forma entusiasta con un proyecto de gran repercusión social a largo plazo. De este modo, hemos tenido el honor de ser adjudicatarios del contrato oficialmente llamado de Provisión de elementos ornamentales y maniquís hiperrealistas artísticos recreacionales para la musealización histórica y científica por estancias del Castillo de Alcaudete.

Lo que es ya la segunda parte de la musealización de este singular castillo está compuesta a su vez de varias estancias o salas que, por la duración y magnitud del proyecto, se han dividido en tres fases de instalación.

La primera fase supone incrementar la mayor sala con las que cuenta el castillo, las caballerizas. Actualmente, estos establos ya cuentan con una figura hiperrealista de un hermano calatravo montado, dispuesto a salir de patrulla, completamente armado. Ahora se trata de plasmar un poco más de la vida cotidiana de este espacio, utilizado no solo para el mantenimiento y guarda de caballos, sino también como establos para animales de granja, trabajo y cría. Por lo tanto, tras este nuevo trabajo el visitante se encontrará con un fraile novicio en ropa y calzado de faena, en actitud de sesteo, durmiendo a mediodía (o cuando pueda). Justo al lado, un burro cargando con serón con leña. Más allá veremos a un nuevo caballo completo, mientras es tratado por el herrero, que estará martilleando los clavos de la herradura en una de las patas del caballo. Pero un poco más adelante nos encontraremos con unos rediles en los que veremos cerdos y cabras. Los abrevaderos con agua artificial y el suelo con paja (también artificial) completarán la escena. Un conjunto que otorgará al visitante una imagen de lo que podía ser la vida cotidiana de un castillo calatravo en pleno funcionamiento.

En el aljibe, la mujer que ya se instaló en la primera fase tendrá ahora la compañía de dos niños. La entrada de habitantes de la villa a las zonas autorizadas del castillo sería actividad común, teniendo la puerta principal un tráfico diario de mujeres, a las que acompañarían niños que aún no alcanzaran la edad de dedicarse a las labores agrícolas. Una escena que conectará con los visitantes más pequeños, generalmente grupos escolares, que se podrán identificar con estos pequeños que los mirarán desde el siglo XIII.

La segunda dase de instalación incluye una sala nueva para nosotros, la despensa. Aquí se instalará una tarima elevada que permitirá observar cómo uno de los habitantes del castillo sube por una escalera para llevar a las cocinas las legumbres, chacinas y otras provisiones que se guardaban al frescor de esta cámara casi cerrada. Esta despensa está situada en la base de la Torre del Homenaje, en cuya sala alta, denominada de Audiencias instalaremos un nuevo hermano calatravo que reciba a los visitantes, acompañado por un perro, animales de compañía comunes en la Edad Media. Será de raza mastín español, con la boca abierta, jadeando y mirando hacia la puerta. La presencia de perros está muy documentada en la Edad Media y era costumbre tener en los castillos perros guardeses que acompañaban a los frailes. Esta figura añadirá mucho realismo y cotidianeidad a la escena, causando además la admiración de los más pequeños.

Por último, la tercera fase acometerá la ingente tarea de dotar de vida al refectorio del castillo, una sala que sobrecoge por su amplitud y majestuosidad y cuya imagen preside la cabecera de este post. Aquí pasará a contemplarse una de las escenas más concurridas de todas, con todos los frailes guerreros sentados a la mesa, consumiendo las comidas propias de la época, mientras el hermano lector, instruye el momento con pasajes de la regla, las Santas Escrituras o las vidas de santos.

Alcaudete, Jaén. Un Castillo que multiplicará sus visitantes y atractivos turísticos a través de la difusión de nuetra historia común.

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