El Reino de Asturias fue la primera entidad cristiana independiente en la Península Ibérica tras el fin del reino visigodo y la conquista de Hispania por parte de los musulmanes. En este artículo recogeremos la historia del reino astur desde Pelayo hasta Alfonso I.
PELAYO, EL PRIMER REY
Tras la derrota de los musulmanes en Covadonga[1] en el año 722, Pelayo se erige como nuevo señor de lo que hoy la zona centro del actual Principado de Asturias. Como ya explicamos en otros anteriores artículos, no se sabe si Pelayo fue un líder de origen astur o visigodo. De hecho, hay distintas versiones sobre su origen en las Crónicas cristianas más tempranas: La Crónica Albeldense indica que Pelayo era hijo de Favila, un dux o gobernador del rey Witiza, mientras que la Crónica Rotense hace de él un espatario (miembro del séquito real) de Witiza y, luego, de Rodrigo, el último rey visigodo.
Sea quien fuere, tras la derrota de la Batalla de Guadalete (711), Pelayo debió formar parte del grupo de nobles que se refugió en el Norte al amparo de las montañas.
En lo que sí parecen estar de acuerdo los historiadores modernos es que fue un noble cuyo liderazgo y carisma llegó como una gran ayuda en un momento crítico para aquella zona cuando los pactos de sumisión acordados inicialmente con los musulmanes fueron incumplidos por pare del nuevo gobernador de Al-Ándalus ʿAnbasa, quien subió de manera exorbitada los impuestos, cometiendo una serie de abusos además que incluyó la discriminación y la captura injustificada de rehenes[2].
Don Pelayo en Covadonga. Cuadro historicista de Luis de Madrazo. Museo del Prado. Fuente: Wikipedia /CC
Esta situación trajo el malestar a las comunidades locales, que se declararon en rebeldía y proclamaron “prínceps” (príncipe) a Pelayo convirtiéndole en el primer regente del futuro Reino de Asturias.
Según Roger Collins, ya como prínceps, Pelayo habría liderado desde el 718 una serie de insurrecciones aglutinando no solo a los locales de la zona central de la actual Asturias sino también a clanes astures y grupos de refugiados de origen visigodo que se culminarían en el 722 con la ya mencionada victoria en la Batalla de Covadonga.
Tras Covadonga parece que Pelayo recuperó algunas poblaciones y que incluso habría llegado hasta Gijón (la antigua Gigia romana), liberándola de los musulmanes.
Según la Crónica Albeldense, los dominios de Pelayo comprendían esta zona y quizás algunas extensiones de la zona oriental del actual Principado.
En este tiempo, se casó con Gaudiosa[3] con quien tuvo dos hijos: Ermesinda y Alfonso. Gracias a la crónica de Al-Maqqarī sabemos que Pelayo reinó por espacio de 19 años y estableció su corte en Cangas de Onís, a los pies de los Picos de Europa ya que necesitaba de un enclave seguro e inaccesible para los musulmanes.
Iglesia de Santa Eulalia de Abamia (Asturias) donde reposaron inicialmente los restos de Pelayo y su mujer, antes de ser trasladados a Covadonga, donde reposan en la actualidad. Fuente: Wikipedia /CC
El prínceps astur estableció además alianzas políticas con otros núcleos cristianos del Norte. Este fue el caso del dux Pedro de Cantabria, a quien Pelayo concedió la mano de su hija Ermesinda para que se casara con el hijo de Pedro, Alfonso.
En el año 737[4], Pelayo falleció en Cangas de Onís, siendo sepultado en la Iglesia de Santa Eulalia de Abamia, donde años atrás fuera enterrada su esposa Gaudiosa.
Dejó dos hijos: Ermesinda y Fávila, que le sucedió en el trono.
FAVILA
Nacido posiblemente en Cangas de Onís. Sin embargo, las fuentes no nos dicen mucho sobre su edad o vida salvo que reinó durante unos dos años y medio, y que no sucedió nada relevante[5] hasta su muerte en el año 739, cuando nos cuenta la Crónica Rotense que Fávila, yendo de cacería, fue agredido y muerto por un oso, aunque también se cree que pudo ser asesinado tal como había ocurrido con ciertos monarcas de la Hispania visigoda.
Altorrelieve con una historia identificada con Favila. Su esposa Froiloba le despide antes de ir a cazar. Iglesia de San Pedro de Villanueva (.XII), Asturias, edificada en sobre un posible recinto prerrománico de época de Alfonso I y quizás de Fávila. (Fuente: Wikipedia/CC)
Nos cuenta la Crónica Rotense que Fávila fundó la Iglesia de la Santa Cruz de Cangas de Onís, un templo que parece que tuvo una planta hispanovisigoda y que conservaba una interesantísima lápida fundacional de la que se conservan calcos y transcripciones dado que la iglesia fue totalmente destruida en la Guerra Civil.
La transcripción de la lápida está fechada en octubre del 737 considerada un documento único para el conocimiento de los orígenes de la monarquía asturiana y dice así:
“(…) Haciendo gala de mostrar en figura la señal de la cruz salvadora, agrade a Cristo este edificio colocado bajo la protección de la cruz, que su siervo Favila fundó con fe viva, junto con Froiluba su esposa y las prendas queridas de los hijos de ambos: reciban, oh Cristo, por ello tu gracia repleta de dones tuyos, y tras el paso de esta vida favorécelos con tu generosa misericordia (…)” [6]
Gracias a esta inscripción conocemos el nombre de su esposa, Froiluba, y la confirmación de que tuvieron descendencia, pero los hijos eran muy pequeños al momento de morir Fávila[7] y por eso no pudieron optar a un puesto de sucesión en la monarquía asturiana.
Por último, el cronista del siglo XVI Ambrosio de Morales nos da testimonio que la mencionada iglesia de la Santa Cruz fue, además, el lugar donde fueron sepultados el segundo rey asturiano y su mujer.
Imagen creada mediante IA a modo ilustrativo del ataque de un oso al rey Favila
ALFONSO I
Con Fávila muerto, se escogió entonces como heredero para ocupar el trono a Alfonso I, hijo de Pedro, dux de Cantabria, que estaba casado con Ermensinda, hermana del difunto monarca.
Proclamado como nuevo rey por la nobleza, Alfonso I aprovechó a su favor el caos que existía en Al-Ándalus a causa de la rebelión de los bereberes contra la élite árabe, los conflictos en Septimania con los francos y la posterior guerra entre clanes tribales que puso en crisis permanente al Emirato Dependiente[8].
Alfonso I de Asturias comenzó una campaña de razzias destinadas a expandir las fronteras de su reino anexionándose temporalmente a costa de los andalusíes las actuales Galicia y Norte de Portugal, así como partes de las provincias de León, Zamora, Soria, Ávila, Tierra de Campos, Burgos, la actual Rioja (Cenicero) y el valle del Nervión.
Se prefirieron hacer razzias y no establecer fortificaciones estables más al sur y al este porque el reino asturiano carecía de grandes medios humanos y materiales.
Sin embargo, por su parte, estos ataques por sorpresa tan al sur permitieron a Alfonso llevarse consigo a miles de mozárabes procedentes de la Meseta Central para habitar y reorganizar sus nuevos dominios de la Cornisa Cantábrica a través de un nuevo tipo de poblamiento mediante la roturación de tierras.
Así mismo, algunos autores como Alexandre Herculano, Sánchez Albornoz[9], Gonzalo Martínez Díez[10] o Julio Valdeón creen que, al llevarse a grandes cantidades de pobladores de la Meseta Central, Alfonso I estableció además el llamado ‘Desierto del Duero’, una zona estratégica vacía de población y núcleos urbanos que hacía de contención frente a Al-Ándalus e impediría que los ejércitos musulmanes se abastecieran en sus campañas hacia el Norte.
Sin embargo, esta teoría está hoy puesta en entredicho por otros autores como Menéndez Pidal o Eduardo Manzano pues también hay testimonios arqueológicos y documentales que afirman la continuidad demográfica en aquellas zonas además de las fuentes andalusíes que nos hablan de constantes ataques sufridos por el Reino de Asturias por parte de los musulmanes como la Batalla de Lutos (794) o el asedio y saqueo de León en el año 845.
El Reino de Asturias hacia el año 750. Fuente foto: Wikipedia / CC
Las crónicas nos mencionan además que Alfonso I de Asturias fundó una capilla dedicada a Santa María, San Juan Bautista y San Andrés en Covadonga que posiblemente estaba hecha en madera y que entregó a los benedictinos.
Tras su muerte por causas naturales en el 757 en Cangas de Onís, fue sepultado allí junto con su mujer Emersinda, la cual le dio tres hijos: Fruela (722-768), Vimarano (m. en 765) y Aldosinda. Fuera del matrimonio tuvo un cuarto hijo, Mauregato, habido con una sirvienta.
A la muerte de Alfonso I, los límites del reino de Asturias se habían ampliado quedando dividido ahora el reino en siete distritos que quedaban al mando de un “conde” (comes). Según la Crónica de Alfonso III, las nuevas siete “provincias” creadas eran: Primorias (Piloña), Liebana (Liébana), Trasmera (zona de Cantabria), Supporta (zona de Vizcaya), Carranza, Bardulia (norte de Burgos y parte de Álava) y la costa de Galicia.
BIBLIOGRAFIA
BARBERO, Abilio; VIGIL Pascual, Marcelo (1974). Sobre los orígenes sociales de la Reconquista. Barcelona: Ariel
FERNÁNDEZ CONDE, Francisco Javier (2002). “Cristianización y simbología del poder en la época de la monarquía asturiana” en La época de la Monarquía Asturiana: actas del simposio celebrado en Covadonga (8-10 octubre de 2001). Real Instituto de Estudios Asturianos. pp. 263-294.
MAÍLLO SALGADO, Felipe (2002). “El reino de Asturias desde la perspectiva de las fuentes árabes” en La Época de la monarquía asturiana: actas del Simposio celebrado en Covadonga (8-10 octubre de 2001). Oviedo: La época de la Monarquía asturiana, VVAA. Real Instituto de Estudios Asturianos; pp. 229-250.
MARTINEZ DIEZ, Gonzalo (2005). El Condado de Castilla (711-1038): la historia frente a la leyenda. Tomo I. Valladolid.
MENENDEZ BUEYES, Luis Ramón (1995). «Transformaciones y evolución en la Asturias Transmontana: De la Romanización al Reino de Asturias». Férvedes (Lugo: Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Villalba. Servicio de Publicacions) (2): pp. 176-179
SANCHEZ ALBORNOZ, Claudio (1985). Orígenes de la nación española. El reino de Asturias. Sarpe (Biblioteca de la Historia). IV. Madrid.
VILLAGRA, Mabel (2023). “La Batalla de Covadonga: Una contienda entre el mito y la Realidad”. Blog de La Casa del Recreador. Disponible en LA BATALLA DE COVADONGA: UNA CONTIENDA ENTRE EL MITO Y LA REALIDAD (lacasadelrecreador.com)
VILLAGRA, Mabel (2024). “El Emirato Dependiente: Del Nacimiento de Al-Ándalus a la llegada de ʿAbd al-Rahmān I”. Blog de La Casa del Recreador. Enlace disponible en el blog de esta casa: EL EMIRATO DEPENDIENTE: DEL NACIMIENTO DE AL-ANDALUS (718) A LA LLEGADA DE ʿABD AL-RAHMĀN I (756) (lacasadelrecreador.com)
[1] Recordemos que la historiografía moderna discute en la actualidad el lugar tradicional donde se halla Covadonga y que actualmente es un lugar también de peregrinación. Posiblemente como ya hemos contado en varios artículos de este Blog, la verdadera escaramuza -que no batalla- tuvo lugar en algún lugar indeterminado al oeste de Asturias en las proximidades del puerto de Pajares, La Carisa o La Mesa donde había un sistema de fortificaciones de empalizadas y fosos llamadas ‘clausurae’.
VEASE en este mismo Blog: VILLAGRA, Mabel (2023). “La Batalla de Covadonga: Una contienda entre el mito y la realidad”. Blog de La Casa del Recreador. Disponible en: LA BATALLA DE COVADONGA: UNA CONTIENDA ENTRE EL MITO Y LA REALIDAD (lacasadelrecreador.com)
[2] Sobre este tema, una tradición afirma que Pelayo fue a Córdoba para negociar o para rescatar a su hermana que fue capturada por Munuza para hacerla su esposa y que esto habría sido uno de los detonantes de la rebelión que llevó a la posterior Batalla de Covadonga.
[3] Nombre que un historiador, Ambrosio de Morales, le da a la hora de escribir su Crónica pero que no aparece en la epigrafía y en las crónicas más tempranas (época de Alfonso III)
[4] Es la fecha que marca la tradición y que se recoge en la propia lápida funeraria de la Cueva Santa de Covadonga. Como puede observarse, Al-Maqqarī al afirmar que reinó 19 años nos da una fecha desde Covadonga al último año de reinado que se va hasta el 741, fecha que si coincide en el tiempo con la muerte del hijo de Pelayo.
[5] Posiblemente Fávila gozó en esos dos años de una relativa paz con sus vecinos andalusíes ya que los musulmanes estaban concentrando sus esfuerzos en combatir a los francos y conservar la Septimania francesa que quedó en una situación delicada tras la derrota de Poitiers (732) por Carlos Martel.
[6] IGLESIA APARICIO, Javier. “Fafila o Favila, rey de Asturias” en la Web Historia del Condado de Castilla (Disponible en el enlace: Favila o Fafila, rey de Asturias (737-739) (condadodecastilla.es)) [Consultado el 25/02/2024]
[7] Posiblemente, en nuestra opinión, los hijos de Favila no pudieron reinar, no sólo porque eran huérfanos de muy corta edad, sino porque se trataría de dos niñas y por tanto, no hubo un sucesor masculino que pudiese continuar y legitimar el linaje.
[8] Véase VILLAGRA, Mabel (2024). “El Emirato Dependiente: Del Nacimiento de Al-Ándalus a la llegada de ʿAbd al-Rahmān I”. Blog de La Casa del Recreador. Enlace disponible en el blog de esta casa: EL EMIRATO DEPENDIENTE: DEL NACIMIENTO DE AL-ANDALUS (718) A LA LLEGADA DE ʿABD AL-RAHMĀN I (756) (lacasadelrecreador.com)
[9] SANCHEZ ALBORNOZ, Claudio (1985). Orígenes de la nación española. El reino de Asturias. Sarpe (Biblioteca de la Historia). IV.; pp. 122-126
[10] MARTINEZ DIEZ, Gonzalo (2005). El Condado de Castilla (711-1038): la historia frente a la leyenda. Tomo I. Valladolid. p. 70
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