Actualmente, jugar a las cartas se ha convertido en uno de los pasatiempos diarios más importantes y extendidos del mundo. Sin embargo, detrás de una baraja de naipes hay un recorrido de más de mil años de historia que comenzó en algún lugar de la lejana Asia y que os contaremos a continuación en el presente artículo.
EL POSIBLE ORIGEN ASIÁTICO
Mucho se ha discutido sobre el origen geográfico de los naipes.
Parece que existen ya antecedentes en China en las llamadas cartas Ma-Diao con las que jugaba la princesa Tong-Changm de la Dinastía Tang (siglo IX). Posteriormente, se hicieron adaptaciones de otras cartas a partir del juego del dominó chino y de la simbología del papel-moneda.
Otro lugar, la India, también se tiene como lugar de origen de los naipes. Aquí había un juego de cartas figuradas, la de los Diez Avatares ( "Dasavatara") que recoge en 10 palos las encarnaciones de la deidad hindú Vishnú.
Posteriormente, estas cartas chinas o indias (o una mezcla de ambas influencias) llegaron a través de la Ruta de la Seda a la zona de Persia (actual Irán) donde fueron reelaboradas llamándose Ganjifa, que a su vez darían nombre al mazo en árabe, Kanjifah[1]
LA LLEGADA A EUROPA DE LOS NAIPES Y SU POSIBLE INFLUENCIA ISLÁMICA
La llegada a la Europa cristiana fue más tardía, quizás a finales del siglo XIII o a principios del siglo XIV, probablemente desde Egipto o el Oriente Medio islámico, que a su vez las asimiló de estas cartas persas[2]..
Según algunos historiadores, los naipes habrían llegado a Europa a través de dos vías: los puertos musulmanes de la Península Ibérica y del Mediterráneo Oriental donde era frecuente ver mercaderes italianos e ibéricos mercadeando con colegas musulmanes, o bien, a través de los puertos de Tierra Santa y Egipto, con su trasiego continuo de mercaderes, marineros y peregrinos durante las Cruzadas.
El mar Mediterráneo en una representación del Atlas Catalán de Abraham Cresques. Año 1375. Gracias a mapas como este los navegantes y mercaderes comercializaban por todo el Mediterráneo.
En nuestro caso, creemos que ambos orígenes geográficos son válidos, e incluso, que pudo haber puntos de contacto entre estas zonas, aunque fueran distantes, ya que lugares como Egipto por ejemplo comercializaba a través de las rutas marítimas del Mediterráneo con la España musulmana e Italia llevando en las embarcaciones no sólo personas y mercancías sino ideas, modas y cómo no, juegos.
No es casual, además, que el primer testimonio de unos naipes orientales que conservamos, sea de origen mameluco egipcio[3].
LA ETIMOLOGÍA DE LA PALABRA ‘NAIPE’
En cuanto al origen de la palabra ‘naipe’ usada para designar estas cartas, se cree que provendría del árabe “nā’ib” (figura, representante)[4], que a su vez evolucionaría en la palabra italiana “naibi” y en la española “naipe”, usándose desde el primer momento para designar la versión islámica “mameluca” de los cuatro palos de la baraja y las figuras de la corte (teniente, virrey y emir). Esta procedencia islámica y la denominación ‘naibi’ como procedente del árabe quedarían demostradas por la Crónica de Viterbo donde se dice textualmente: "Anno 1379. Fu recato in Viterbo il gioco delle carte, che in Saracino parlare si chiama Nayb" (Año 1379. Llegó a Viterbo el juego de las cartas, que en lengua sarracena (árabe, nota nuestr) se llama Nayb)[5].
Los “nayb” mencionados en la Crónica de Viterbo y los “naibi” que veremos en otras partes de la Italia peninsular serían las primeras cartas de jugar que vemos en esta época con cuatro palos que equivaldrían a la moderna baraja española. Se trata de las clásicas cartas que tienen los palos enumerados del 1 a 10 más las cartas de la corte (sota, caballo y rey y, a veces, reinas).
Naipes de origen otomano del siglo XV del Museo de Topkapi. De izquierda a derecha: Oros, copas y espadas y bastos (aquí palos de polo). La tipología de este mazo se verá de nuevo en el siglo XVI y siguientes en las barajas otomanas y en Europa, en especial las vinculadas al Tarot de Marsella, uno de los puertos más importantes del Mediterráneo occidental a donde debieron llegar en tiempos en los que Francisco I mantuvo relaciones con los Otomanos (Fuente: Wikipedia /CC)
LOS NAIPES EN LAS FUENTES MEDIEVALES FRANCESAS, ITALIANAS Y ESPAÑOLAS
Las primeras menciones históricas de estas cartas las tenemos a partir de la segunda mitad del siglo XIII y principios del siguiente. En concreto, en la Italia del norte, en la zona que comprendía las regiones de Venecia, Ferrara y Bolonia, algunas fuentes italianas nos mencionan una especie de cartulinas pintadas con figuras alegóricas que evocaban las creencias espirituales y religiosas de la época y que se usaban para divertir a los niños[6].
Para la Península Ibérica, la mención más antigua de los naipes la tenemos en Cataluña cuando en 1310 el Consejo de Ciento (en catalán, Consell de Cent) prohibía en Barcelona práctica de los juegos de cartas, lo que indica que estos juegos se practicaban a nivel popular desde décadas atrás.
Posteriormente, en Castilla, en 1332, Alfonso IX de Castilla prohíbe a los Caballeros de la Orden de la Banda jugar con ellos[7].
En Francia, en 1337, en las Constituciones de la Abadía de San Víctor, en Marsella, se menciona —prohibiéndolo a los frailes— un juego que llaman “páginas” que podría referirse a los naipes.
Pese a estas prohibiciones, los juegos de naipes se fueron popularizando entre todas las capas sociales habiendo versiones de naipes más populares hechas en simple papel y otras mejor diseñadas y pintadas realizadas de manera profesional por ilustradores de miniaturas que habrían usado las clases más pudientes y que con el tiempo acabarían creando un nuevo gremio, el de los naiperos, de quienes ya tenemos noticias en Cataluña y sur de Francia. Uno de los primeros conocidos es Rodrigo Borges, habitante de Perpiñán, que se presenta como "pintor y naipero" y que estuvo activo hacia 1380[8].
De Cataluña son también las primeras menciones de estos naipes para un uso lúdico y particular en distintos inventarios de Barcelona bajo el nombre de "jioch de nayps (o 'nahyps') moreschs" (“juegos de naipes moriscos”), lo que concuerda con la referencia que nos daba la Crónica de Viterbo (1379) de que los naipes árabes o sarracenos acababan de ser importados a Italia[9].
Del año siguiente, tenemos la mención de las 44 cartas de las que era propietario el mercader barcelonés Nicolau Sermona. En un inventario de bienes y en unas actas de albacea se enumera "unum ludum de nayps qui sunt quadraginta quatour pecie" ("un juego de naipes (naips) de 44 piezas")[10]. Da la casualidad, además, que este mercader comercializaba a menudo con Oriente Medio y Egipto[11].
Dentro de los primeros testimonios materiales que conservamos, tenemos la llamada “Baraja Morisca”, hecha en papel a principios del siglo XV (hacia 1425 aprox.) y muy posiblemente confeccionadas en Cataluña[12]. Son naipes realizados “a la morisca”, con un diseño basado en ciertas influencias musulmanas, aunque ya occidentalizadas. Esta baraja, además, tiene la particularidad de tener ya figuras de la corte personificadas en un paje, caballero y rey, vestidas al estilo cristiano y nazarí granadino, toscamente dibujadas y pintadas a dedo y donde vemos un antecedente de los palos tradicionales de la actual baraja española. En la parte de la distribución de los palos y en especial, en el diseño de los bastos (basados en los palos de polo) vemos una fuerte influencia de las cartas mamelucas.
Cartas surtidas de espadas y bastos de la llamada "Baraja Morisca", de principios del siglo XV, posiblemente hecha en Cataluña o Sevilla, y depositada en el Museo Fournier de Naipes de Álava. Podemos ver cómo los bastos son casi idénticos a los bastos (palos de jugar al polo) de la baraja mameluca y se entremezcla en las figuras motivos cristianos y nazaríes, como cabezas con turbantes, adargas, turbantes y jinetas granadinas. Fuente de la foto: Baraja Gótica editada por Fournier.
Otras barajas ya posteriores, del siglo XV y con un diseño muy parecido a las ya aludidas cartas mamelucas (mamlῡk) egipcias, las tenemos en unos ejemplares conservados en el Arxiu Històric del Instituto Municipal de Historia de Barcelona.
Fotomontaje del 7 de Copas de una carta mameluca frente a un naipe catalán del Arxiú Històric de Barcelona. Como puede verse su distribución y diseño son muy similares. Fuente foto: EL PAIS[13]
A lo largo del siglo XV, la técnica de elaboración de naipes se fue profesionalizando apareciendo distintos tipos de naipes y estilos donde convivieron estas cartas populares “a la morisca” con palos similares a la actual baraja española junto a sofisticadas ediciones de lujo (como las de Visconti o Estenses o la alemana de Stuttgart) hechas bajo encargo por artistas (normalmente, pintores de miniaturas).
Estos innovadores estilos de naipes incorporaron nuevas figuras alegóricas, mitológicas o astrológicas a los cuatro palos básicos y las cartas de la corte, derivando en barajas que serían conocidas como las “minchiate” y los “tarocchi” [14] y que se jugarían en ambientes aristocráticos.[15]
De estas cartas pintadas se pasó a las realizadas mediante xilografías, planchas de madera tallada que contenían las figuras que se deseaban reproducir que se entintaban y se estampaban sobre papel[16]. A partir de la segunda mitad del siglo XV gracias a la imprenta y a la incorporación de figuras y letras móviles, aumentó la producción de naipes con mejores diseños y los juegos de cartas se hicieron aún más populares entre todas las clases sociales.
Muestra de estos nuevos diseños impresos y xelografiados, es la llamada “Baraja de Vich”, de finales del siglo XV, encontrada como refuerzo dentro de las encuadernaciones de un ejemplar de El Llibre de les Dones. Se trata de una hoja que fue impresa en 1495 por el alemán Johann Rosembach, quien trabajó en Cataluña entre 1490 y 1530 aproximadamente. Esta baraja muestra una evolución en el diseño de las cartas que van pasando del estilo y las técnicas “a la morisca” hacia una nueva estética más europea[17], con unas figuras más elaboradas llevando trajes renacentistas de corte español y unos palos de factura más realistas que difieren de los más esquematizados de origen mameluco-mediterráneo. Este nuevo diseño, más figurativo y detallado, será el que comencemos a ver en las barajas de los siglos XVI en adelante.
Baraja del "Llibre de les dones" (circa 1495). Podemos observar unos bastos más parecidos a los usados en la baraja española e italiana y un diseño de los palos más europeos que les diferenciarán de las barajas mamelucas y 'moriscas'. Otro dato interesante es la vestimenta de estilo español de las figuras, con verdugado y peinadas en la cabeza con el tranzado.
LOS NAIPES EN OTRAS PARTES DE LA EUROPA MEDIEVAL
Por último, como curiosidad, señalar que en Europa estas cartas con palos dibujados “a la morisca” tuvieron inicialmente el mismo diseño de la baraja española o italiana con sus bastos, oros, copas y espadas. Sin embargo, con el tiempo fueron evolucionando a símbolos más esquemáticos de animales (como, por ejemplo, la “Baraja de Stuttgart” (1430), vegetales o motivos geométricos.
Jugadores de cartas, hombres y mujeres, donde se muestra una baraja de tipo alemán ya evolucionada con figuras de la corte (quizás una sota), hojas y corazones. Xilografía con acuarela alemana de 1472. Obra del Maestro Ingold. Das Buch, Impreso en Augsburgo por Günther Zeiner, Deutsches Spielkarten Museum, Landesmuseum Württemberg, Leinfelden-Echterdingen (Alemania)
En Alemania, estos nuevos palos acabaron con el paso del tiempo por convertirse definitivamente en hojas, oros, bellotas y corazones y en el norte de Francia, se transformaron en los famosos palos de picas, tréboles, rombos y corazones que vemos en las cartas del póker moderno, mientras que, en la zona de la Provenza, por influencia mediterránea, se conservó la tradicional baraja de cuatro palos de base ítalo-española y mameluca.
Los palos de la actual baraja española con sus equivalentes actuales de la baraja alemana y francesa. De la francesa derivaría la baraja inglesa y más modernamente, en los EEUU surgirían otras barajas de póker basadas en las traídas por colonos franceses a principios del siglo XIX. Fuente: Wikipedia /CC Adaptación y traducción al español de la autora del artículo)
BIBLIOGRAFÍA
ABU-DEEB, Kamal; DUMMETT, Michael (1973). Some Remarks on Mamluk Playing Cards. En Journal of the Warburg and Courtauld Institutes, The Warburg Institute, Vol. 36, (1973), pp. 106-128
MAYER, Leo Aryeh (1971). Mamluk Playing Cards. Ettinghausen & Kurz (Eds). Leiden, Netherlands: E.J. Brill.
PRATESI, Franco (2016), Giochi di carte nella Repubblica Fiorentina, Roma, Aracne.
SANCHEZ HIDALGO, Emilio (2020). “Seis siglos entre sotas, caballos y reyes: La historia de los naipes” (20-1-2020). Verne /EL PAIS. Disponible en el enlace: Seis siglos entre sotas, caballos y reyes: la historia de los naipes | Verne EL PAÍS (elpais.com)
VILLAGRA ROMERO, María Isabel (2016). “Breve Historia de los Naipes” en Blog Historia y Arabismo. Disponible en: BREVE HISTORIA DE LOS NAIPES (historiayarabismo.wixsite.com)
WINTLE, Simon (1996, act. 2023). “Early references to Playing Card”. Disponible en el enlace The word of playing cards.
[1] Con esta denominación se designa en Kuwait por ejemplo a la baraja francesa.
[2] Algunos autores que siguen esta teoría islámica creen que su origen no estaría en Persia, sino en Egipto antes del siglo XIV, con las llamadas cartas mamelucas (mamlῡk). A partir del siglo XIV, estas cartas se habrían hecho populares, adaptadas a cada país, por todo el Mediterráneo.
[3]Véanse:BU-DEEB, Kamal; DUMMETT, Michael (1973). Some Remarks on Mamluk Playing Cards. En Journal of the Warburg and Courtauld Institutes, The Warburg Institute, Vol. 36, (1973), pp. 106-128y también, MAYER, Leo Ary (1971). Mamluk Playing Cards. Brill Academic Pub. Leiden.
[4] En árabe moderno, nā’ib actualmente designa también al diputado de un parlamento. La denominación en árabe de una baraja es janfiya que no tiene nada que ver con nā’ib que quizás era más fácil de pronunciar que la palafra janfiya. Posiblemente esta palabra árabe pasó al acerbo del llamado ‘sabir’ o lengua franca del Mediterráneo, lo que explicaría su rápida expansión desde 1370 en Italia y España. Sobre el sabir, véase en este Blog: EL SABIR, LA LENGUA DE LAS DOS ORILLAS DEL MEDITERRANEO (lacasadelrecreador.com)
[5]WINTLE, Simon (1996, act. 2023). “Early references to Playing Card” en The word of playing cards.También, en el último tercio del siglo XIV, vemos cómo estas cartas se extendieron a lugares tan lejanos como Flandes, Alemania o Francia llevadas seguramente por peregrinos y profesionales itinerantes tales como marineros, mercaderes, soldados o artistas.
[6] PRATESI, Franco (2016), Giochi di carte nella Repubblica Fiorentina, Roma, Aracne.
[7] Lo que nos muestra que no era sólo un juego de clases populares, sino que había llegado como pasatiempo a las capas altas de la sociedad.
[8] VILLAGRA ROMERO, María Isabel (2016). “Breve Historia de los Naipes” en Blog Historia y Arabismo. Disponible en: BREVE HISTORIA DE LOS NAIPES (historiayarabismo.wixsite.com) [Consultado el 23/1/2024]
[9] WINTLE, Simon (1996, act. 2023). “Early references to Playing Card” en The word of playing cards.
[10] Esta disposición de 44 cartas no es común ya que las más conocidas eran las barajas de 52 cartas. Posiblemente estas cartas fuera naipes con los cuatro palos enumerados del 1 al 8 (32) más tres cartas de la corte (sota, caballo, rey)(12) adaptadas a algún tipo de juego en concreto.
[11] WINTLE, Simon (1996, act. 2023). “Early references to Playing Card” en The word of playing cards.
[12] Otras fuentes dicen que fueron hechas en Sevilla y retrotraen su datación incluso a finales del siglo XIV o el primer tercio del XV. También, hay algún autor que niega su origen hispánico y afirma que son italianas.
[13] Enlace foto: Seis siglos entre sotas, caballos y reyes: la historia de los naipes | Verne EL PAÍS (elpais.com)
[14] Que veremos en otro artículo.
[15] Posteriormente, en el siglo XVI también comenzaron a jugarse a nivel popular, perdiendo su estatus de juegos de cartas sólo para aristócratas.
[16] La primera xilografía conocida es una estampa religiosa conocida como la Madonna del Fuoco, hoy en la Catedral de Forlí (Italia), datada en 1425. Posiblemente, los naiperos que realizaron las primeras planchas xilográficas de naipes eran artistas formados en xilografía religiosa.
[17] Mientras en Italia y España tenemos estos estilos orientalizantes y “a la morisca” en el norte de Europa
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