TRAS EL SUEÑO DE ORIENTE DE ALEJANDRO MAGNO

A finales de 1797, tras vencer a los países miembros de la Primera Coalición[1], Francia inició una nueva etapa de hegemonía en Europa que se remató con la firma en el mes de octubre del Tratado de Campo Formio entre Francia  y Austria.

Por entonces gobernaba en Francia el Directorio, una junta de colegiados que cada vez era más impopular entre el pueblo debido a su corrupción interna e insurrecciones.

El único país que aún continuaba con el frente de guerra abierto era Inglaterra, que tenía numerosos intereses comerciales y coloniales en varias partes del mundo y que veía en Francia una seria amenaza para su política internacional.   Para intentar parar este avance francés, la diplomacia inglesa comenzó a realizar numerosos contactos diplomáticos buscando aliados para una nueva coalición.

Ante estos movimientos diplomáticos británicos, el Directorio planificó una invasión de Inglaterra que sería llevada a cabo por 120.000 soldados.  El general al mando de este ejército sería el joven militar Napoleón Bonaparte, quien era ya muy popular entre el ejército y el pueblo gracias a sus victorias en Italia.

Astilleros franceses de finales del siglo XVIII con navíos de línea en contrucción. Ilustración de La vie privee  des hommes. A bord des grands voiliers du siecle XVIIIe siécle.  Ed. Hachette.  Fuente foto: Las Historias del Doncel[2]

Napoleón visitó los astilleros de varios puertos galos para ver la capacidad naval francesa en ese momento y la posibilidad de construir nuevos barcos; sin embargo, enseguida se dio cuenta de que invadir Inglaterra sería una tarea muy arriesgada debido a la superioridad de la flota británica. 

Como alternativa, Bonaparte propuso invadir Egipto[3] para instaurar allí un protectorado francés que contuviese la expansión inglesa por el Mediterráneo oriental y la India y controlase el acceso desde el Mar Rojo al Índico.

Además, la explotación de los recursos económicos de Egipto compensaría las pérdidas francesas en las Indias Occidentales.

Igualmente, para Napoleón, Egipto tenía un valor gran simbólico e histórico ya que era como revivir la campaña asiática que siglos atrás había hecho su admirado héroe Alejandro Magno.  Napoleón veía en Oriente una oportunidad única para adquirir un mayor prestigio y gloria militar y personal.

Tras deliberar su nueva propuesta, el Directorio acabó aprobando la expedición, pero con un par de condiciones: 

- Que Napoleón buscase por sí mismo los fondos que necesitase para la campaña, estimados en unos 8 millones de francos y,

- que regresase a Francia tras 6 meses. 

Napoleón consiguió muy rápidamente el dinero necesario para la expedición gracias a las contribuciones monetarias extranjeras llegadas desde Holanda, Italia y Suiza de amigos y simpatizantes. 

Con este presupuesto, Napoleón organizó un ejército de 40.000 hombres repartidos en 21 unidades, 700 caballos y un millar de cañones.  Formó además un cuerpo de oficiales contando con Louis-Alexandre Berthier como su Jefe de Estado Mayor y como responsables de división tomó a su servicio a grandes generales como Jacques Menou, Jean-Baptiste Kléber, Jean Reynier, Louis-Andre Bon o Louis Desaix, entre otros.

Acompañando también a la expedición, iba también un gran grupo de civiles, unas 1000 personas de las que 167 eran exploradores, científicos e intelectuales (conocidos como ‘los sabios’, les savants en francés).   Estos ‘savants’ formaban parte de la Comisión de las Ciencias y las Artes del Ejército de Oriente que estaba coordinada por el matemático Gaspard Monge.

La Comisión veía en esta expedición una gran oportunidad de llevar a los egipcios las “luces del conocimiento y el progreso” que llegaban con la Ilustración para así devolver al país del Nilo  su antiguo esplendor cultural.

PARTIDA DE LA EXPEDICIÓN

Para transportar a los miembros civiles y militares del ejército y a sus auxiliares con sus bastimentos y animales, se organizó en el puerto de Tolón una gran flota naval formada por 16.000 marineros, 13 buques de línea, 13 fragatas y más de 250 navíos de carga de todo tipo.  Se la denominó como ‘L’Arnée d’Orient’ (La Armada de Oriente).

Sin embargo, ninguno de los expedicionarios sabía que iban a Egipto sino a otra  campaña ya que inicialmente se preparó todo en secreto para evitar cualquier filtración  de información o espionaje que beneficiase a los ingleses.  Se hizo correr el rumor que irían a Irlanda o a Sicilia.[4]

El 18 de mayo de 1798, la armada zarpó rumbo a Egipto. 

Sin embargo, el almirante Nelson supo por algún medio de la partida de la flota napoleónica y comenzó a patrullar el Mediterráneo occidental con su flota a la búsqueda de la armada francesa.

Sin embargo, el 21 de mayo, a la altura de Cerdeña y para fortuna de la escuadra francesa, un temporal causó daños en gran parte de los buques ingleses y Nelson se vio obligado a buscar refugio en la isla italiana y reparar allí sus barcos mientras que los navíos franceses seguían su periplo mediterráneo sin novedad, protegidos por una niebla.

LA TOMA DE MALTA

La flota de Napoleón continuó navegando por el Mediterráneo y cruzada Sicilia, se encaminó hacia Malta, gobernada entonces por los Caballeros de la Orden Hospitalaria. Era el 10 de junio.

Los franceses solicitaron poder avituallarse y fondear sus navíos en Malta, petición que les fue denegada. Napoleón consideró esto una provocación y ordenó el ataque a la capital, La Valetta. 

Aunque la capital y varias poblaciones gozaban de buenas fortificaciones y la isla había sido famosa por haber resistido varios asedios[5], el ejército de Napoleón tomó fácilmente la ciudad en parte por el apoyo de la población local y, por otro lado, porque la mayoría de los caballeros de la Orden de Malta eran franceses y se negaron a luchar contra sus compatriotas.

Tras hacerse con el control del gobierno maltés y saquear el Tesoro de la Orden, Napoleón se dedicó a reformar la administración local y tomó medidas como la abolición de la Inquisición y la esclavitud, la eliminación del régimen señorial, la liberación de los cautivos musulmanes y dio concesiones especiales a los judíos malteses[6].

El 19 de junio, tras dejar un destacamento, la flota napoleónica puso rumbo hacia Alejandría de Egipto.

SE INICIA LA CAMPAÑA DE EGIPTO

Mientras tanto, Nelson tuvo noticias de la toma de Malta por los franceses y puso rumbo hacia el Mediterráneo oriental para interceptar a la armada de Napoleón. 

Sin embargo, los franceses llegaron sin contratiempos a Alejandría el 1 de Julio. Napoleón ordenó que la flota quedase fondeada en la bahía de Abukir[7].

Mapa del Delta del Nilo donde podemos ver a la izquierda la Bahía de Abukir y Alejandría y al sur, El Cairo. Fuente foto:  Enlace[8]

En ese momento, Egipto era una vilayet o provincia más del Imperio Otomano, encerrada sobre mí misma y sumida en un caos político a causa de las disensiones internas y los abusos de los mamelucos colaboracionistas de los turcos.

Napoleón aprovechó el descontento del pueblo egipcio con los mamelucos, para presentarse como el nuevo libertador del país. 

Días antes, algunos agentes de Napoleón hablaron con comunidades coptas cristianas y jeques árabes para ganarse sus apoyos y para difundir una imagen de Napoleón como creyente en Dios, muy tolerante con las creencias musulmanas y un vencedor nato sobre el Papado y a la Orden de Malta.

Napoleón supervisando el desembarco de tropas en las playas de Marabut el 1 de Julio de 1798. Autor: Edouard Pingret  Fuente: Wikipedia.

Napoleón ordenó a sus tropas desembarcar en la playa de Marabut, a 13 km de Alejandría y mandó a sus generales Kleber y Bon atacar al día siguiente la ciudad egipcia que en pocas horas fue tomada. Napoleón ordenó dejar como guarnición en ella a unos 2000 hombres.

Después, Bonaparte ordenó al general Kleber ocupar la zona del Delta y tras una semana en Alejandría, puso rumbo hacia El Cairo por tierra con el grueso de sus tropas. 

Sin embargo, la travesía fue durísima. 

Se trataba de cruzar una zona desértica en pleno mes de Julio, bajo un Sol abrasador y alejados del Nilo. No había fuentes de agua porque esta había sido envenenada por los beduinos. Esto provocó según cuentan algunas fuentes francesas que los soldados se suicidasen, otros intentasen amotinarse y hubo quien hasta desertó, pero Napoleón con su carisma consiguió de nuevo devolver la moral a sus tropas.

Entretanto, los barcos de menor calado zarparon de Abukir y subieron por los canales del Delta del Nilo para dar cobertura de alimentos, bastimentos y artillería a los soldados que comandaba Napoleón por tierra.

Durante el viaje por tierra hasta El Cairo los soldados napoleónicos sufrieron los ataques por sorpresa de algunas unidades mamelucas que fueron rápidamente rechazados. 

Sin embargo, la mayor amenaza venía de mar adentro: La flota de Nelson; de ahí que Napoleón intentase hacer en Egipto una campaña-relámpago y estar preparado a tiempo para cuando llegasen los británicos.

LA BATALLA DE LAS PIRÁMIDES

El 10 de Julio, las tropas francesas llegaron a orillas del Nilo con lo que al haber agua y aprovisionamientos la moral del ejército subió. 

   

A izquierda, el bey mameluco y comandante mameluco Murad Bey, y a derecha, el también bey Ibrahim bey. Ambos cogobernaban Egipto asistiendo al pachá de la provincia designado por el Imperio Otomano. Murad era el encargado de la parte militar y encabezaba el ejército mameluco, mientras que Ibrahim llevaba los temas administrativos de la vilayet otomana. Fuente fotos:  Wikipedia /CC

En un lugar cercano llamado Shubra Khit se enfrentaron con un ejército mameluco comandado por Murad Bey al que derrotaron. 

Entonces Murad se retiró a la ciudad de Embabeh de donde volvió con 6.000 jinetes mamelucos y 54.000 campesinos (fellāhīn) reclutados a modo de milicias que sobrepasaba a los 20.000 soldados que acompañaban a Napoleón.

Pese a esta superioridad numérica, Napoleón siguió adelante.  Formó a sus hombres en 5 unidades con forma de cuadrado y cañones situados en cada esquina.  Y viendo las pirámides a los lejos, pronunció en una arenga una de las frases más populares de la Historia:

¡Soldados cumplid con vuestro deber! ¡Desde esos monumentos, cuarenta siglos de historia os contemplan![9]"

Los dos ejércitos se encontraron cara a cara en batalla. Sin embargo, el armamento francés (artillería y mosquetes) basado en la pólvora superó en eficacia y capacidad mortífera al del ejército mameluco que aún usaba un armamento defensivo de origen medieval basado en el uso de armaduras, cotas de malla y escudos y armas como los arcos, las lanzas o las cimitarras.

Uno a uno, los franceses rechazaron los asaltos de la caballería mameluca que fue definitivamente derrotada gracias a una eficaz carga de caballería comandada por el general Desaix que consiguió dispersar las fuerzas mamelucas y obligó a Murad Bey a huir con miles de sus hombres y retirarse a Siria.

BATALLA DE LAS PIRAMIDES (21-Julio-1798).  Vemos a los franceses en formación de cuadro con los cañones en cada esquina avanzar contra los mamelucos. Autor: Louis- François Lejeune. Fuente foto: Wikipedia

Las bajas fueron de 5000  (entre fallecidos, heridos y prisioneros de guerra) en el bando mameluco y de 300 (40 de ellos fallecidos), en las filas francesas.

Esta victoria supuso el fin de 700 años de dominio mameluco y otomano y abrió el camino a El Cairo a Napoleón, quien el 24 de Julio entró en la ciudad.

NAPOLEÓN EN EL CAIRO

Instalado en el Palacio de Muhammad Bey[10], Napoleón intentó  obtener los apoyos y las simpatías del pueblo cairota musulmán, vistiendo al estilo árabe y mostrando un gran respeto por el islam con su conocimiento del Corán. Incluso parece que hizo una conversión oficial (aunque fingida) a la fe musulmana tomando el nombre de Alí Bonaparte.

Bonaparte comenzó a hacer realidad sus políticas con una serie de medidas sociales y administrativas innovadoras tales como la recogida de animales callejeros, la limpieza de calles, la recogida de basuras, y obras para hacer unas calles más anchas e iluminadas al estilo europeo.  También organizó un  nuevo sistema de impuestos.

Creó un diwán u órgano de gobierno local con jeques locales y fundó allí  el Instituto de Egipto con los sabios y científicos que le acompañaban a la expedición.  Se cuenta que, además, instaló allí la primera imprenta con caracteres en árabe conocida en el país.

Pese a la buena intención por ayudar a los egipcios con estas medidas, el pueblo común no veía con buenos ojos la presencia francesa en Egipto.  Para ellos, eran unos dominadores más, pero infieles. Un rechazo social antifrancés que fue yendo cada vez a más, ya que el muftí de la Mezquita Mayor de El Cairo había declarado la Ŷihād contra ellos en una fatwa.[11]

Asegurados el Bajo Egipto y la zona del Delta,  Napoleón quiso ahora asegurar sus dominios en la zona del Alto Egipto donde los depuestos beys Murad e Ibrahim habían organizado una resistencia de tipo guerrillero.

Napoleón envió allí para combatirles a su general Desaix, quién los derrotó sucesivamente en El Lahūn (7 de octubre de 1798) y, al año siguiente, en Samhūd (22 de enero de 1799) y Abnūd (8 de marzo de 1799).

LA BATALLA DEL NILO

Mientras tanto, el peor de los temores de Napoleón se hizo realidad: Nelson había llegado a aguas egipcias e interceptó a la flota napoleónica fondeada en Abukir a la que atacó con su artillería naval.

Comenzaba así la Batalla del Nilo donde 11 de los 13 navíos de línea franceses fueron capturados o destruidos, y se produjo la explosión del buque insignia francés L'Orient, en la que murió el almirante Brueys y 1000 marineros franceses.   La victoria inglesa fue total y dejó a Napoleón sin la posibilidad de recibir más ayudas y bastimentos.

La explosión del buque insignia L'Orient durante la Batalla del Nilo. Autor:  George Arnald  (1827).  Fuente foto: Wikipedia.

En total, murieron por el bando francés 1700 marinos y soldados, 600 resultaron heridos y 3000 fueron hechos prisioneros. Por la parte inglesa, hubo 218 fallecidos y 600 heridos.

Tras su victoria, Nelson puso rumbo con toda su flota a Nápoles.

LA REBELIÓN ANTIFRANCESA DE EL CAIRO

Pese al revés sufrido en esta derrota naval, Napoleón había conseguido el control total de Egipto. 

Napoleón visitando el cementerio de los mamelucos en El Cairo.  Autor: JL Gerome.  Fuente foto: Wikipedia /CC

Fue en esta época donde los científicos que acompañaron a Napoleón comenzaron a hacer su exploración del pasado histórico de Egipto. Otros, investigaron sobre el terreno la fauna y flora del Nilo y las gentes que lo habitaban.

También diseñaron proyectos de ingeniería para hacer nuevas infraestructuras como el futuro Canal de los Faraones[12].

Sin embargo, los Otomanos comenzaron a reorganizarse y se aliaron con Inglaterra declarando la guerra a Francia y fomentaron una propaganda antifrancesa que caló hondo entre los egipcios musulmanes, quienes comenzaron a rechazar la presencia de los ‘infieles’ napoleónicos en el país y a secundar la fatua emitida por el muftí de El Cairo. 

Hubo una serie de graves disturbios con víctimas que fueron severamente reprimidos.  Sin embargo, los disturbios fueron a más y se convirtieron en una gran revuelta popular que costó la vida a 300 franceses. 

Napoleón entonces ordenó reprimir la sublevación disparando su artillería contra la Mezquita de Al-Azhar[13] en donde se habían refugiado una gran cantidad de sublevados. Solo, tras una feroz resistencia, los rebeldes se rindieron.

Como castigo ejemplar, Napoleón ordenó la ejecución sumaria de algunos supuestos cabecillas de la revuelta, subió los impuestos a los cairotas y suprimió el gobierno local (diwán) que fue reemplazado por una comisión militar.

Esto hizo que aumentase el odio popular de los musulmanes egipcios no sólo contra los franceses sino contra sus aliados cristianos locales coptos y ortodoxos.

LA CAMPAÑA DE SIRIA

Pese a estas revueltas en Egipto, Napoleón aún conservaba el grueso de sus tropas.  Viendo que los Otomanos podían reorganizarse en Siria y marcar sobre Egipto, decidió adelantarse a éstos e invadir el territorio que comprende las actuales Israel, Palestina y Siria.

Sin embargo, la campaña no resultó como esperaba, y aunque Napoleón ganó la Batalla del Monte Tabor, se encontró, sin embargo, con una fuerte resistencia en varias ciudades palestinas, especialmente en Acre, de donde tuvo que retirarse tras un asedio fallido de 62 días. 

Además de la tenaz resistencia musulmana, los soldados franceses tuvieron que enfrentarse al clima extremo, el hambre,  la sed  y la enfermedad en las travesías por el desierto a un gran coste humano:  Más de 5000 soldados galos perdieron la vida, desertaron o fueron hechos prisioneros.

SEGUNDA BATALLA DE ABUKIR

Mientras sucedían estas cosas en Egipto, en Europa se formó contra Francia una Segunda Coalición auspiciada por Inglaterra.  A esta coalición, se adhirieron: el Imperio Otomano, el Reino de las Dos Sicilias, Portugal, Rusia, los Estados Pontificios y el Sacro Imperio Romano-Germánico.

Inglaterra y el Imperio Otomano, ahora aliados, decidieron actuar conjuntamente: Nelson volvió por mar a Egipto para atacar las exiguas defensas y lo que quedaba de la flota napoleónica de Abukir. Por su parte, el Imperio Otomano, envió a la cabeza de Mustafá Pachá un contingente de 15.000 hombres que aniquilaron a los soldados del general Mamont y al ejército de socorro de 300 hombres que Napoleón envió en su auxilio. 

Abukir fue finalmente tomada por la coalición militar anglo-turca.

Aislado y con pocas posibilidades de avanzar, Napoleón ordenó reagrupar en las cercanías de Abukir a las tropas francesas diseminadas por Egipto.  Su propósito era de reconquistar la zona de esta bahía para así tener una cabeza de puente que le permitiese efectuar la repatriación de sus tropas, pues consideraba que su papel en Egipto ya había terminado.

Tras una dura y encarnizada lucha contra los mamelucos y otomanos, los franceses consiguieron retomar Abukir pero a un alto coste de vidas.

Mapa del recorrido de las campañas de Napoleón, desde su llegada a Egipto, las campañas de Egipto y Siria y el retorno a Francia en su retirada.  En verde, las rutas realizadas por los ingleses (mar) y los otomanos (tierra):  Fuente Arre Caballo!

LA RETIRADA DE NAPOLEÓN Y EL 18 BRUMARIO

Sin embargo, pese a que Abukir era de nuevo francesa  y pasaron unos meses de relativa tranquilidad, la situación era cada vez más insostenible para Napoleón y sus hombres.

Desde hacía meses no llegaban nuevos refuerzos ni aprovisionamientos a causa del bloqueo naval británico en el Mediterráneo.  Para poner peor las cosas, Napoleón recibió noticias de las derrotas francesas en Europa y de la crisis política que atravesaba Francia.

Presionado por ambas circunstancias, el general corso decidió marchar de Egipto con un selecto grupo de sus generales y prohombres más importantes y volver a su patria.

Pero había que hacerlo con discreción y en secreto y Napoleón ideó para ello un plan: Fingió que se iba a explorar la costa egipcia, pero en realidad lo que hizo fue embarcar secretamente en una fragata con la que abandonó Egipto.

Tras sortear con fortuna a los barcos ingleses, rusos y otomanos que patrullaban el Mediterráneo, la fragata gala llegó a Francia en octubre de 1799. 

Ya en territorio galo, Napoleón organizó los preparativos de lo que sería el famoso golpe de estado del 18 de Brumario que acabó con el régimen del Directorio y lo encumbró en el poder.

LA RENDICIÓN FRANCESA

Mientras tanto, días después de su marcha, las tropas francesas que aún estaban en Egipto recibieron la noticia de la partida de Napoleón. Muchos hablaron de la deserción de su general, e incluso se llegó a decir que la marcha de su general había sido acordada con los ingleses.

Kleber estaba furioso porque Napoleón le había engañado tanto él como al resto de los altos mandos; se tuvo que enterar por carta de su nombramiento como comandante en jefe de las tropas francesas en Egipto y de las instrucciones que le había dejado Napoleón para que resistiese hasta enero de 1800. En la misiva, además, Napoleón le comentaba que, si pasada esa fecha no habían llegado nuevos aprovisionamientos y refuerzos, estaba autorizado a rendirse ante los ingleses y otomanos.

Igualmente, Napoleón le había dejado una auténtica “patata caliente”: un país inestable y en conflicto, que podía sufrir una invasión turca o británica y, sobre todo, un ejército reducido a sólo ya unos 10.000 hombres[14], muy mermado por las enfermedades (cólera y peste), que carecía de pertrechos, armas y municiones.

Para empeorar las cosas, una nueva revuelta popular echó a los franceses de El Cairo. Sin embargo, Kleber logró recomponerse y derrotó a los otomanos en Heliópolis, pudiendo reconquistar de nuevo El Cairo, en donde llevó a cabo una feroz represión. 

Sin embargo, poco le duró a Kleber recuperar el control de la situación ya que fue asesinado por un joven fanático sirio (junio de 1800).

Asesinato de Kleber por el joven sirio. Autor:  Antoine-Jean Gros (1820). Fuente foto: Wikipedia /CC

Le sustituyó el general Menou quien quiso independizar Egipto de los Otomanos convirtiendo el país en un protectorado francés pero ni los otomanos ni los ingleses se lo permitieron.

EL FIN DE LA PRESENCIA NAPOLEÓNICA EN EGIPTO

En marzo de 1801, un ejército otomano-inglés[15] comandado por Abercromby llegó hasta Abukir donde desembarcó y derrotó a los franceses cerca de Alejandría. 

Los franceses ya nada podían hacer. El Cairo cayó en manos inglesas y los británicos se apropiaron de la documentación, bienes y hallazgos científicos franceses, entre ellos, la famosa piedra de Rosetta.

Retrato del último General en Jefe de los soldados napoleónicos en Egipto,  el barón Jean-Francois de  Menou (1750-1810). De él se cuenta que se casó con una rica mujer egipcia, tras lo cual se convirtió al islam y adoptó el nombre de Abdallah.  Fuente foto: Wikipedia /CC

En noviembre de 1801, otro ejército otomano-inglés desembarcó y comenzó a asediar la ciudad de Alejandría que aún estaba en poder galo. 

Ante la nueva situación, Menou, viéndose en clara desventaja militar, capituló ante los ingleses y acabó por rendir la ciudad poniendo fin de este modo a la ocupación napoleónica de Egipto. 

Tiempo después, los supervivientes de L’Armée d’Orient eran repatriados a su país.

Finalmente, con la firma del Tratado de Paz de París del 9 de octubre de 1802[16] cesaron las hostilidades. Por este tratado, Francia reconocía al Imperio Otomano su dominio en las islas jónicas y Egipto, que volvieron a ser turcas y Turquía sellaba la paz con Francia.

CONSECUENCIAS DE LA CAMPAÑA DE EGIPTO

Aunque la campaña militar resultó en un completo desastre para el ejército de Napoleón, a largo plazo se hicieron sentir sus efectos de una manera positiva en el ámbito cultural y científico.

Los tres idiomas presentes en la Piedra de Roseta. Fuente:  Web Traducir es Descubrir [17]

La presencia en Egipto de los 167 “savants” puso en contacto al país árabe con el saber científico que llegaba de Europa mientras que las nuevas metodologías científicas que se aplicaron en el conocimiento del país impulsaron la aparición de una nueva ciencia: la egiptología, en especial, gracias al redescubrimiento de la Piedra de Rosetta que permitió descifrar los hasta entonces incompresibles jeroglíficos egipcios y ahondar en todo lo relativo a la civilización de los faraones.   Todo este nuevo saber sería recogido en una obra llamada La Description de l'Égipte, publicada en 20 tomos entre 1809 y 1822, que se convirtió en la máxima referencia de la egiptología durante décadas.

Portada del libro enciclopédico La Description de L'Egypte, obra mandada compilar por tomos por Napoleón que supuso el nacimiento de la Egiptología.  Fuente foto: Wikipedia.

Por último, se hicieron obras de infraestructura e ingeniería que permitieron el estudio de las posibilidades del país como zona geoestratégica para las rutas comerciales.  Se sopesó la creación de un canal en Suez, pero la derrota de la campaña militar impidió la materialización de esos proyectos que sí verían la luz décadas más tarde gracias a otro francés, Ferdinand de Lesseps.

BIBLIOGRAFIA

CHANDLER, David (2015). Las campañas de Napoleón. Un emperador en el campo de batalla de Tolón a Waterloo (1796-1815). La Esfera de los Libros.

DEL REY, Miguel (2022)Napoleón en Oriente. Las campañas de Egipto y Siria. La Esfera de los Libros.

MIKABERIDZE Alexander (2022). Las Guerras Napoleónicas. Una historia global (Versión integral). Desperta Ferro Ediciones.

SANCHEZ ARREISEIGOR, Juan José. “Napoleón y su fallida conquista de Egipto” en National Geographic Historia. Enlace: Napoleón y su fallida conquista de Egipto (nationalgeographic.com.es) [Consultado el 27/8/2023]

SOLE, Robert (2001): La expedición Bonaparte. El nacimiento de la egiptología. Barcelona, Edhasa.

STRATHERN, Paul (2009).  Napoleón en Egipto: El ensayo sobre la campaña napoleónica de Egipto. Planeta.

VV.AA. (2019). Napoleón en Egipto.  Revista Desperta Ferro Historia Moderna (49). Agosto 2019. Madrid.

[1] La Primera Coalición (1792-1797) fue una alianza de las principales monarquías europeas contra la Revolución francesa a la que veían como una amenaza para sus sistemas políticos nacionales. Los países coaligados hicieron numerosas campañas bélicas contra intereses franceses que se extendieron por Europa Occidental y el Caribe, convirtiéndola en una guerra a gran escala.  Una de estas campañas fue el ataque anglo-español al Puerto de Tolón en 1793 consiguió dañar o hundir gran parte de la flota francesa allí fondeada.  Fue la primera de las siete coaliciones internacionales contra la Francia revolucionaria y después, napoleónica.  España formó parte de esta coalición pero solo hasta 1796.

[2] Las historias de Doncel: Navíos de línea del siglo XVIII (jadonceld.blogspot.com)

[3] Una idea que ya estaba en la mente de los representantes del Directorio desde al menos 1760 y que defendía entre otros ,Talleyrand, ministro de Asuntos Exteriores.

[4] Los Borbones-Dos Sicilias que la gobernaban eran por entonces aliados de Inglaterra.

[5] Como el duro y violento asedio de los otomanos de 1565 que acabó en un fracaso para la Sublime Puerta.

[6] Que incluyeron concesiones de licencias comerciales especiales y la construcción de una sinagoga.

[7] En árabe Abū Qīr.  Seguimos la transcripción de Abukir que es la más conocida.  Actualmente es una ciudad distante 20 km de Alejandría que aún conserva un interesante patrimonio arqueológico egipcio, helenístico y romano.

[8] Mapa Del Delta Del Río Nilo En La Parte Superior De Egipto Ilustración del Vector - Ilustración de correspondencia, dicho: 168101094 (dreamstime.com)

[9] SANCHEZ ARREISEIGOR, Juan José. “Napoleón y su fallida conquista de Egipto” en National Geographic Historia. Enlace: Napoleón y su fallida conquista de Egipto (nationalgeographic.com.es) [Consultado el 27/8/2023]

[10] Su nombre completo era Muhammad Bey (1735–1775) y fue también conocido por el pueblo con el apodo de  Abū Ḏahab ("padre de oro”), por su generosidad y riqueza. Muhammad fue un emir mameluco y regente del Egipto otomano que precedió a Murad e Ibrahim. Destacó por sus campañas militares en Palestina y Siria y conquistó en Arabia para el Imperio Otomano los dos lugares sagrados del islam, Meca y Medina.

[11] Un edicto de tipo religioso-jurídico islámico de obligado cumplimiento para cualquier musulmán. En este caso los musulmanes egipcios estaban obligados a rechazar e incluso recurriendo a la muerte a los franceses de Napoleón, a los que consideraban infieles.  La fatwa aún en día se ha seguido usando, como la que emitió Jomeini en Irán contra Salman Rushdie por su obra Los Versículos Satánicos.

[12] El que sería futuro Canal de Suez.

[13] Sede de un complejo de edificios que también acoge una Universidad islámica muy conocida desde la Edad Media.

[14] Recordemos que, al llegar a Egipto, eran unos 40.000 efectivos de infantería y caballería, más los 16.000 marinos que integraban la flota naval.   Habían fallecido 2 de cada 3 hombres de la Grande Armée no sólo en combates sino también en emboscadas, reyertas y por enfermedad (de cólera, pero sobre todo de peste)

[15] Los ingleses participaron junto con los otomanos en calidad de aliados dentro de la Segunda Coalición contra Francia.  Esta Segunda Coalición duró hasta 1802, tras la firma del Tratado de Paz de Amiéns  que puso fin a las hostilidades entre Francia e Inglaterra.  Meses después, en octubre se firmaría el mencionado Tratado de París con el Imperio Otomano.

[16] “El Ascenso de Bonaparte” en Enlace: 1801 - 1803 (uv.es) [Consultado el 27/08/2023]

[17] Enlace: Traducir es descubrir: Image (wordpress.com)

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