Todo el mundo ve normal que cuando nos encontramos mal, acudamos al consejo del médico, para que restaure nuestra buena salud. Cuando afrontamos un problema legal que nos quita el sueño, no dudamos en visitar el despacho de un abogado, para confiarnos a su asesoramiento jurídico. Cuando estamos depresivos o desorientados buscamos la ayuda del psicólogo, para que nos devuelva la auto confianza y nos enseñe el camino para retomar las riendas de nuestra mente. Así podríamos seguir, sucesivamente, nombrando casi todos los profesionales a los que no dudamos en consultar, para luego mantener su criterio confiadamente.

Pero a veces, cuando se trata de formarse una opinión sobre la Historia, no siempre acudimos al Historiador. Por todas partes proliferan conferencias, jornadas o charlas en las que temas históricos son tratados por profesionales no cualificados académicamente en Historia. Internet y su libertad de difusión gratuita de conocimientos e información ha venido a acentuar esta situación, haciendo proliferar blogs, redes sociales y páginas de contenido histórico o pseudo-histórico, con poco o ningún respaldo por parte de historiadores certificados.

Generalmente, pensamos en el historiador como aquel académico que tiene poca utilidad, salvo para formar a nuevos historiadores. ¿Por qué sucede esto? Unas veces por desconocimiento, otras por poca capacidad de acceso al profesional y otras porque, sencillamente, lo que vemos en el cine o leemos en internet o en las novelas históricas nos gusta tanto, que no vamos a permitir que ningún historiador aguafiestas venga a contradecir nuestras creencias.

Una sociedad madura debería fomentar las Humanidades para que el país cuente con buenos y reconocidos historiadores, sin embargo, tampoco la empresa les ofrece oportunidades suficientes, salvo en la docencia. Desafortunadamente, en España, el historiador cuenta con pocos puestos de trabajo acordes a su titulación, siendo la Historia una de las profesiones con mayor desempleo registrado.

La buena noticia es que podemos estar ante un cambio de tendencia, al estilo de lo que ocurrió con la profesión de psicólogo en la década de los 90. Cada vez más, en el entorno internacional, hay puestos de asesoramiento político ocupados por historiadores. Al menos hasta el final del mandato Obama, Estados Unidos ha contado con historiadores en la Casa Blanca para asesorar al gabinete presidencial en el proceso de toma de decisiones estratégicas. Y, siempre con datos sin contrastar, parece que los servicios de inteligencia de diversos países podrían estar demandando historiadores, para asegurar una mayor comprensión de la geopolítica internacional gracias a la experiencia del pasado.

En el proyecto La Casa del Recreador nos hemos puesto en manos de historiadores. Cada uno de los productos de la tienda cuenta con la aprobación y calificación de un historiador, que asigna la Nota de Adecuación Histórica (NAH), que acompaña a la réplica que el cliente recibe en casa. En la Nota, se califica cada elemento según su fidelidad al original histórico. La escala oscila de 1 y 5, siendo 5 la máxima historicidad reconocida. En La Casa del Recreador solo encontrarás artículos con calificaciones a partir de 3, no ofrecemos réplicas si un historiador la califica con una nota 1 o 2.

No hay réplicas 100% exactas, por lo que una calificación máxima no asegura la perfección absoluta. Esto es así porque la recreación histórica moderna debe apoyarse tanto en el conocimiento histórico como en las opciones tecnológicas actuales y los requerimientos y posibilidades económicas del recreador o coleccionista del siglo XXI. Pero nuestros clientes están plenamente satisfechos ya que van a contar siempre con el conocimiento suficiente sobre la réplica que adquieren y con una garantía de fidelidad certificada por el profesional adecuado.

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