Ilustración de portada: Fresco de Aldobrandini, con escena de boda. Descubierto en la iglesia de San Giuliano L'Ospitaliero en Roma. Museos Vaticanos.

Todo está listo, la fecha es propicia y queda aguardar a que los auspicios del día siguiente sean favorables. La novia se prepara para su boda. En este importante rito va a pasar oficialmente de niña a mujer. Pero no lo hace sola. En su casa, rodeada por las mujeres de su familia, se dispone a pasar su última noche como soltera.

El altar de los Lares está listo. Allí depositará sus queridos juguetes de infancia, dedicados a Diana, junto con su bulla, que la ha  protegido desde que nació. Su vestimenta es aún la de una joven soltera, con su túnica corta ceñida a la cintura y la sobre túnica sin mangas. (1)

En este rito cambiará también su ropa como signo de madurez, pasando a llevar la stola que la representará como matrona romana, el cíngulo con el nudo de Hércules que deberá deshacer su marido la noche siguiente y la palla que cubrirá su cabeza como símbolo de la puditicia romana. En esta noche especial, su stola será blanca, ribeteada con una cenefa púrpura. Su cabello se peinará y recogerá en una redecilla de color anaranjado (reticulum luteum), a la espera de ser peinado con las seis trenzas al día siguiente.

Muñeca de marfil, siglos III-IV d.C. Museo Arqueológico de Tarragona

Junto a ella encontramos a tres matronas que la ayudan en estos ritos. Una de ellas es su madre que, como es de esperar, lleva una de sus mejores ropas : su blanca subucula, una preciosa stola ajustada por un patagium (cíngulo) bajo el pecho y la palla para asistir a los ritos religiosos que tienen lugar esa noche. Las joyas le dan más vistosidad a su atuendo, con sus llamativos pendientes y collar a juego, sus pulseras y anillos. Sus pies están calzados por hermosos calcei.

También la acompaña otra matrona, su tía, que ha venido para participar de esta noche. Su vestimenta es similar a la de la madre de la novia: subucula, stola ajustada por un cíngulo y palla, acompañado todo por sus joyas y sus bellos calcei.

La última matrona es la hermana de la novia, casada desde no hace mucho, y que participa como invitada a este rito por primera vez tras el suyo propio. Su atuendo es más llamativo, más propio de una mujer joven recién casada, siguiendo las modas de Oriente, tan en boga desde que el emperador Adriano llegó al poder. Su subucula, stola y palla tienen vivos colores, y sus joyas muestran un estilo diferente e innovador. 

Pero no solo las matronas acompañada a la novia, pues sus esclavas más cercanas también están con ella. Para ella son parte de su familia, ya que llevan con ella desde que era niña.

En primer lugar está su nutrix, su nodriza, que era tan joven como ella cuando la tomó en sus brazos por primera vez. Su ropa es la propia de su rango, ya que no lleva ni subucula ni palla, aunque su túnica es mejor que la de algunas mujeres de la plebe, ya que en la casa se la tiene en gran estima. Su color no es llamativo ni su tela lujosa, pero sí está en buen estado. Sus pies están calzados por unas antiguas carbatinae que le regalaron sus amos y lleva unos pendientes regalo de la novia. El cíngulo cruzado sobre el pecho la identifica por su oficio de nodriza.

En segundo lugar encontramos a su pedagoga, esclava griega comprada por su madre para la educación de sus hijas, ya que, además de la educación básica que debía darse a toda joven romana, esta familia pretendía una formación artística y cultural más amplia para las dos jóvenes. En referencia a su lugar de origen, la familia le ha permitido seguir usando el chiton típico griego, que combina con unas carbatinas y un collar que le regaló la hermana mayor en las Saturnales.

Matrona y jóvenes, Baños del Foro, Herculano. Museo Arqueológico de Nápoles

La tercera esclava es la ornatrix de la familia, dedicada al cuidado personal de las damas de la casa, a su limpieza, peinado, maquillaje y vestido. Se la considera uno de los miembros más destacados de entre los esclavos de la casa, ya que no solo los representa, sino que acompaña a la domina y sus hijas cuando salen a la calle. Su túnica es nueva, de un bonito color, y se calza también con carbatinas, llevando un adorno regalo de su domina.

Otra de las esclavas es la sarcinatrix, que realiza la ropa en la casa. De sus manos provienen la mayoría de los vestidos que portan las damas, además de los arreglos y ajustes y, por tanto, también vinculada a la novia. Su túnica es menos vistosa y tiene algunos años más, a pesar de ser ella misma la que las realiza, ya que, al no salir de la casa a menudo, no necesita representar la dignidad y posición de sus amos. 

También está presente la cocinera, coquus, la que le prepara sus pastelillos de miel favoritos. En esta ocasión se ha aderezado con esmero, limpiando las manchas de hollín y grasa que suelen adornar su túnica, que ahora luce limpia como nueva. Sus viejas carbatinas también están relucientes, y aquellos pendientes que una vez le regalaron las chicas completan su atuendo.

La última de las esclavas que podemos ver es la obstetrix, la matrona, llegada para desearle un próspero futuro a la novia y apoyarla en este rito de paso. Le desea que los dioses le concedan muchos hijos y que ella pueda servirle en los partos. Ha venido con la tía de la novia, cuya nuera espera un hijo, por lo que la madre de la novia se la ha prestado a su familia. Su atuendo no se diferencia en mucho del que llevan el resto de las esclavas. 

Los ritos han terminado, la novia ha entregado sus juguetes y sus símbolos de infancia, se ha cambiado y lleva la ropa apropiada. Ahora debe dormir para descansar, pues mañana le espera un día lleno de emociones. 

“Oh, novia, tú que rebosas prometedor amor,
Oh novia, la más bella de la de Pafos, acércate al lecho, acércate al lugar donde el
matrimonio se consuma,
Oh gentil novia, placer de tu esposo, la noche te lleva
Tú no te resistes; tú honras a la diosa del matrimonio Hera en su trono de plata.”

(Himerio, Epitalamio a Severo)

A difference of opinion, L. Alma Tadema, 1896, Colección Privada

Notas

1. Hay evidencias de que las mujeres jóvenes usaban un tipo de túnica diferente a la de sus mayores. Aunque algunas chicas se muestran con túnicas ceñidas bajo el busto, una lápida de la época republicana en Chatsworth, nos muestra a una chica al lado de su madre en la que lleva la túnica ceñida a la cintura, y una estatua de una joven que permanece de pie al lado de una mujer, probablemente su madre, en la que observamos que lleva un vestido en forma de tubo hasta el muslo, ceñido a la cintura y cubierto por una túnica sin mangas. Esta sobre túnica puede ser el vestido de lino llamado supparum que Festo nos sugiere que sólo lo usaban las chicas. En un sarcófago del Louvre vemos unas niñas jugando que llevan el mismo tipo de vestido. La ventaja de esta ropa era que podía ser alargada a medida que la niña crecía por el resto de tela que sobraba.

Rosario Pérez García

Doctora en Historia


Bibliografía


• Croom, A.T., (2000), Roman clothing and fashion.
• Fernández, P.A., (1999), La casa romana.
• Lázaro, R., (2006), Talassio.
• Marcos Casquero, M.A., (2006), Peculiaridades nupciales romanas y su proyección medieval.
• Serrano Cueto, A., (2011), Las lágrimas de la nova nupta en la tradición del epitalamio latino

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