Con frecuencia nuestros clientes nos cuentan casos en los que como recreadores históricos y, sobre todo, como clientes, se han sentido de algún modo indefensos y desprotegidos. A veces, todo queda en un susto, en débil información, en unos plazos inesperados o en un producto de calidad deficiente. Pero otras veces, nos habéis contado estremecedoras historias en las que todos los riesgos aceptados en la compra se materializan, conllevando para el recreador, pérdidas económicas, angustia psicológica y desperdicio de tiempo.
Pero en España, ningún consumidor debe correr riesgo alguno en su proceso de compra por internet y equiparse como recreador histórico no debería ser una excepción a esta regla. Por eso, habida cuenta de la confusión y desinformación que acumula un sector que cada vez crece más, nos hemos decidido a colgar este artículo en el que nuestros clientes, recreadores y coleccionistas, puedan consultar los aspectos esenciales que la normativa española actual establece para las compras a distancia.
El empresario online debe cumplir todo lo dispuesto en el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y en la Ley 34/2002, de 11 de julio, de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico, que básicamente incorpora al ordenamiento jurídico español la Directiva 2000/31/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 8 de junio, relativa al comercio electrónico en el mercado interior. Entre otras cosas, esta ley regula las obligaciones de las tiendas online en cuanto a suministro de información al consumidor, requisitos de seguridad, suficiente protección de datos y código de conducta. Además, delimita la responsabilidad del empresario frente a la Administración y el consumidor.
Pero, ¿en qué debemos fijarnos cuando entramos en una tienda online para curiosear?. Aquí os dejamos algunas claves.
- Que la tienda cuente con un sitio web propio es algo fundamental. El aspecto, rapidez y facilidad de navegación son señales de que estás en una tienda de confianza. Una adecuada versión para móviles te hablará de que esa empresa sabe lo que hace. Una Fan Page en una red social no es una tienda online, por lo tanto, desconfía de las tiendas de Facebook. Una cuenta de Facebook, Instagram o Twitter es gratuita. Una tienda online bien diseñada eleva su coste a varios miles de euros. Las redes sociales tienen una función para mantener contacto con tus seguidores, pero no pueden sustituir al sitio web propietario.
- Fíjate si el empresario ha invertido en un protocolo seguro. Si internet marca como segura una página, un candado pequeño estará dibujado en la barra de navegación a la izquierda de la dirección web. De lo contrario, tu navegador mostrará una alerta que deberías tener en cuenta a la hora de comprar. El Transport Layer Security (TLS) y el Secure Sockets Layer (SSL) son protocolos criptográficos que proporcionan comunicaciones seguras. La S de “https” en lugar de “http” marca la diferencia.
- Que exista la posibilidad de realizar el pago de tu pedido por la página es algo que te informa de que hay un banco que confía en esa empresa. Que la pasarela de pago sea de confianza (REDSYS es la más conocida en España) te aportará total seguridad a la hora de comprar. Si además, se ofrecen otros medios de pago, como Paypal, te dirá que una multinacional financiera confía en esa empresa, pues son varios los requisitos que hay que cumplir para ello. Por supuesto, nunca pagues en metálico ni a cuentas de titularidad distinta del empresario.
- La sociedad o empresario individual debe contar con el alta frente a todas las administraciones correspondientes, especialmente la Agencia Estatal de la Administración Tributaria y la Tesorería General de la Seguridad Social. Aunque genera bastante controversia, en España esto es un requisito inexcusable y que no tiene que ver con el volumen de operaciones ni con el sector. Toda actividad económica está regulada y debe permanecer registrada ante Hacienda. Ni siquiera las actividades artesanales permiten un tratamiento especial de las normativas o menores controles por parte de las distintas administraciones. Para todas las empresas son iguales las altas en registros de actividades económicas y los sometimientos a las actuaciones inspectoras. El consumidor debe conocer esto y exigirlo a la empresa que le vende.
- Tener bien público el Código de Identificación Fiscal CIF de la empresa es una clara señal que nos dará confianza. Y no debemos nunca olvidar exigir la factura de nuestra compra, donde deben expresarse los datos mercantiles y fiscales del vendedor y debe venir desglosado el IVA que hemos pagado.
- Si el empresario actúa bajo una marca o nombre comercial, debe tenerlo adecuadamente inscrito en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM). Este requisito le cuesta dinero, pero a tí te otorga seguridad y confianza de que la empresa se preocupa de su imagen pública.
- La empresa debe cumplir con lo dispuesto en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal. Es muy importante que el empresario vigile estos requisitos. De lo contrario, nuestros datos personales pueden acabar vendidos a terceros, que podrán contactar con nosotros y que nos van a mandar correos no deseados a nuestro buzón de correo electrónico. Es más, recuerda que la empresa tiene tu domicilio particular, se lo has dado para recibir tu pedido.
- Las condiciones de envío y devolución deben quedar accesibles y claras para el consumidor. Igualmente, y no menos importantes, las garantías y condiciones de cambio y devolución, que nunca deseamos tener que leer, pero que deben estar claras, por si se producen incidencias o errores en los envíos.
- Las personas físicas que están al cargo del proyecto deben quedar suficientemente identificadas, con nombre y apellidos. Si se añaden fotos de los empresarios, nos dará una garantía de que los socios ponen su reputación personal al servicio del proyecto. El domicilio social debe existir claramente identificado, pues tenemos derecho a dirigirnos por correo postal a cualquiera y un domicilio a efectos de notificaciones judiciales es algo imprescindible en España.
En el proyecto La Casa del Recreador nos esforzamos por el cumplimiento de todos los estándares legales aplicables a nuestro sector, con un estrecho contacto con la Agencia Tributaria y otras administraciones públicas. En España existen proyectos similares cuya buena reputación avala cualquier compra. Sin embargo, proliferan otros que ponen en riesgo la buena imagen del sector y redundan en perjuicio del consumidor. Apoyar a las empresas que ofrecen cumplimiento y legalidad, es un reto del consumidor español, al que todos los empresarios del sector animamos a sumase a todos los recreadores españoles.
No dudéis en consultarnos cualquier duda al respecto. Estaremos encantados de ayudaros.
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