Un siglo después del famoso viaje a Oriente de Marco Polo, otro europeo, Ruy González de Clavijo, se aventuró en una misión diplomática que le llevó desde Castilla hasta el corazón de Asia Central dejándonos como el veneciano, un testimonio único escrito en primera persona, que nos sumerge en el fascinante en un mundo fascinante entre Oriente y Occidente  a principios del siglo XV. 

EL MUNDO OCCIDENTAL Y ORIENTAL A FINALES DEL SIGLO XIV

A finales del siglo XIV, Europa vivía tiempos convulsos:  Por un lado, Francia e Inglaterra aún estaban enzarzadas en la Guerra de los Cien Años iniciada en 1337, por otro lado, aún se dejaban notar los efectos de las continuas epidemias de Peste Negra  de 1348 en el total de la población europea, que poco a poco comenzaba a recuperarse de un desastre epidemiológico que se llevó más de 25 millones de vidas en el Viejo Continente.  Sin embargo, un tercer y nuevo acontecimiento convulsionó a toda la Cristiandad en 1378: El Cisma de Occidente. Este Cisma supuso una gran crisis religiosa y política que llevó a una lucha de poderes por el liderazgo de la Iglesia Católica que se prolongó hasta 1417[1]

Mientras tanto, en la Península Ibérica, dos religiones monoteístas se enfrentaban entre sí: Por un lado, el islam representado por el Reino Nazarí de Granada, que cada vez perdía más territorios frente a Cristiandad representada por cuatro reinos (Portugal, Aragón, Navarra y Castilla) enfrentados entre sí por la hegemonía peninsular.  

Hacia la segunda mitad del siglo XIV, la Corona de Aragón había expandido sus dominios al Mediterráneo Oriental con la ocupación de zonas de la actual Grecia formando el Ducado de Atenas y Neopatría mientras que Castilla en su política expansionista por toda la Península acabó enfrentándose con Portugal, siendo el rey Juan I de Castilla derrotado en la Batalla de Aljubarrota (1385), que supuso la independencia total de Portugal hasta el siglo XVI.

Por su parte, en Oriente, el Imperio Bizantino así como algunos estados como Génova o Venecia, perdían terreno ante el imparable avance de los turcos otomanos quienes derrotaron en 1396 en Nicópolis a una coalición de húngaros, valacos, genoveses, venecianos y franceses.

Por su parte, los mamelucos estaban en pleno apogeo ocupando tras sus conquistas extensas zonas de Oriente Medio, la Gran Siria, Egipto y la Península Arábiga (incluyendo las ciudades santas del Islam de Meca y Medin).

TAMERLAN

Mientras tanto, en Asia Central, surgió hacia 1370 la figura de Timur Lang -más conocido como Tamerlán, un estratega de origen turcomano nacido en 1337 en Kesh, hijo de Taragiai de la tribu de los barlas, que pertenecía a la nobleza turca al servicio de los khanatos mongoles.  Con el paso del tiempo y tras la muerte de su padre, demostró una gran valentía como soldado enfrentándose no sólo a miembros de su propio clan sino al de otros clanes mongoles e incluso se enfrentó con el hijo del Khan mongol   Tugluk Temur.  En una de sus batallas, Timur fue herido en el brazo y la pierna derechos, quedando cojo de la pierna y perdiendo la movilidad del brazo.  A causa de su cojera fue llamado Timur-i-Leng en persa, Timur el Cojo, de donde derivaría el nombre de Tamerlán con el que fue conocido en Oriente. 

Poco a poco, Tamerlán fue derrotando a los ejércitos del Khan mongol Tugluk Temur y en especial, a los de su hijo Ilyas Khoŷa a quien venció en una importante batalla en Samarcanda en 1363.  Gracias a esta victoria, el guerrero turcomano comenzó a conseguir la sumisión de los distintos khanatos mongoles de la llamada Horda de Oro (1366) así como de numerosos clanes turcos disponiendo de un gran ejército de aliados turco-mongoles con el que comenzó a forjar los dominios de su futuro Imperio.

En 1369, Tamerlán se autoproclamó rey de la Transoxiana y estableció en Samarcanda su capital. Conseguida asimismo la independencia del antiguo Khan mongol, Tamerlán se proclamó heredero y descendiente de Gengis Khan, reivindicando el ser restaurador de su antiguo Imperio.

Desde Asia Central, Tamerlán prosiguió imparable entre 1379 y 1392 sus conquistas llegando hasta Persia, Afganistán, Azerbaiyán, Georgia, Armenia y Mesopotamia en una serie de campañas que destacaron por su gran violencia y grandes números de víctimas[2].

En 1393, llegó con su ejército hasta las fronteras del Imperio Mameluco donde conquistó y arrasó Alepo, Damasco y especialmente, Bagdad, en donde masacró a cientos de personas.

Años después, en 1398, Tamerlán llegó hasta la India conquistando y saqueando Delhi y finalmente, en 1402 conquistó zonas de Asia Menor, arrebatándoles de nuevo territorios al Imperio Otomano.

Para 1403, Tamerlán era dueño y señor de un extensísimo imperio que iba desde Oriente Medio hasta la India abarcando grandes zonas de Asia Central y Persia.

El Imperio de Tamerlán en su máxima expansión hacia 1405 junto al año de varios de sus principales campañas.  Fuente: Wikipedia

LA PRIMERA EMBAJADA A TAMERLÁN DE 1402

En 1402, conocedor Enrique III  de Castilla de las grandes hazañas de Tamerlán (llamado en las crónicas castellanas Tamorlán), decidió mandar una embajada ante este estratega y rey turcomano para entablar una alianza contra los Otomanos ya que la Cristiandad tras la derrota de Nicópolis se veía amenazada en el Mediterráneo Oriental. 

Así, Enrique III mandó una primera embajada a Oriente formada por los caballeros Payo Gómez de Sotomayor y Hernán Sánchez de Palazuelos para conocer mejor al conquistador turcomano y obtener de él su compromiso para una futura alianza entre los dos reinos.

Esta embajada partió en 1402 y llegó al año siguiente a Oriente. Ese año, ambos caballeros, vestidos con armaduras regaladas por el propio Tamerlán, presenciaron la Batalla de Ankara en la que los timúridas derrotaron a los otomanos de Bayazid I[3], quien fue posteriormente hecho prisionero y ejecutado por orden de Tamerlán.

Finalmente, ya acabada la contienda, los dos embajadores fueron recibidos por Tamerlán, quien les entregó una carta para Enrique III, y  les pidió que llevasen con ellos a  su consejero y embajador mongol -Mohamad Alcagí- y a  tres princesas cristianas grecohúngaras[4], recién rescatadas del harén de Bayazid I.  Tamerlán además les entregó regalos para llevar a la corte de Enrique III[5].

DE CASTILLA A SAMARCANDA: LA SEGUNDA EMBAJADA A TAMERLÁN.

Ante el éxito de la primera misión diplomática, Enrique III ordenó organizar una segunda embajada a Oriente esta vez encabezada por su camarero mayor Ruy González de Clavijo quien en esta época debía ya estar en su edad madura[6].

Retrato de Ruy González de Clavijo en un grabado historicista del siglo XIX. Fuente: Wikipeida CC

Junto a Clavijo, el rey ordenó que le acompañara también un total de 12 emisarios encontrándose entre ellos el Guarda del Rey Gómez de Salazar, el clérigo y teólogo Alonso Páez de Santa María[7], quien posiblemente haría de intérprete de la misión y el embajador mongol Mahomad Alcagi[8].  Por fuentes indirectas del siglo XV, también sabemos de la participación de otros integrantes como Alfonso Fernández de Mesa.   Del resto de la comitiva no sabemos sus nombres ni cargos, pero el medievalista López Estrada cree que irían algunos escribanos de la corte[9] y posiblemente criados o gentes de otros oficios.

La comitiva llevaba además una gran cantidad de suntuosos presentes para Tamerlán entre los que se encontraban telas escarlatas, objetos de plata y unos halcones gerifaltes que necesitan un cuidado especial por lo que posiblemente en la comitiva les acompañarían cetreros para cuidar de estas aves.

El 21 de mayo de 1403, la embajada partió desde el Puerto de Santa María, cruzó el Estrecho de Gibraltar y puso rumbo al Mediterráneo haciendo escala en Málaga, Ibiza y Mallorca. 

Desde las Islas Baleares llegaron hasta Gaeta y Roma en la península italiana desde prosiguieron a través del Estrecho de Messina el viaje hasta Grecia y sus islas visitando Rodas, Quiós, y Constantinopla, donde fueron recibidos por el Emperador bizantino y su familia.

De Constantinopla partieron hasta Pera, donde les sorprendió el invierno y allí esperaron a que hiciese mejor tiempo para reemprender el viaje.

Desde Pera retomaron el viaje por mar hasta Trebisonda en el Mar Negro, sede de otro Imperio escindido del de Bizancio donde fueron muy bien recibidos. Desde allí,  prosiguieron la marcha por tierra cruzando poblaciones de los actuales países de Turquía, Irak e Irán en lo que fue la etapa más dura del viaje.

Allí, en Isfahán murió uno de los compañeros de la comitiva, Gómez de Salazar, el 25 de Julio de 1404. 

Pasaron a través de ciudades persas y de Asia Central como Teherán, Tabriz, Balkh, Termez y Kesh para finalmente llegar hasta Samarcanda, en la actual Uzbekistán, que era la capital del Imperio Timúrida, el 8 de septiembre de ese mismo año.

Ruta del Viaje de Ruy González de Clavijo desde Castilla a Asia Central.  Fuente: Pinterest

Allí en Samarcanda, la llegada de Clavijo y sus compañeros coincidió con la organización por parte de Tamerlán de un gran kurultái o asamblea de clanes mongoles, donde se pretendía elegir a un nuevo khan que sucediese a Muhammad Khan ibn Soyurghatmish, fallecido en 1402. A este evento asistieron, además de los embajadores castellanos, las legaciones de otros países como China, India o Tartaria.

Por aquellas mismas fechas, Tamerlán ya estaba casi en los 70 años y gravemente enfermo, pero esto no fue obstáculo para darles una espléndida acogida en la que definió como ‘hijo mío’ al monarca castellano Enrique III y les agradeció los suntuosos regalos que trajeron desde Castilla para él.

Los embajadores castellanos permanecieron un total de dos meses y medio en la corte timúrida de Samarcanda donde visitaron la ciudad y sus alrededores e hicieron viajes por los alrededores. De esta estancia en la ciudad, González de Clavijo nos da minuciosos detalles en su libro Embajada a Tamorlán describiéndonos  las calles, los suntuosos edificios de azulejos, los cultivos, las fastuosas fiestas de la corte timúrida o las luchas de elefantes que va presenciando.

Sin embargo, en ese mismo otoño de 1404, Tamerlán decidió preparar una gran campaña militar contra China y ordenó a los embajadores y otros cortesanos salir fuera de Samarcanda a fin de mantener ocultos los preparativos.   Por este motivo, el 21 de noviembre de 1404, la comitiva castellana abandonó precipitadamente la capital timúrida y se vio obligada a emprender el viaje de vuelta a España provistos de salvoconductos y acompañados por un chacatí (un caballero tártaro).

La comitiva de embajadores tomó en su vuelta, la misma ruta que en el viaje de ida pero esta vez por Bujara.

Mientras tanto, Tamerlán había ya preparado su ejército y emprendió su marcha a China. Pero el invierno le sorprendió, debiendo refugiarse en Otrar[10] (actual Kazajstán) donde acampó con sus tropas. Sin embargo, el anciano estratega enfermó repentinamente y falleció el 17 de febrero de 1405, dejando inconclusa su expedición a China. 

Su cuerpo fue enterrado en el Mausoleo de Gur-e Amir bajo una lápida con la siguiente inscripción: “Si yo me levantase de mi tumba, el mundo entero temblaría”.[11]

La muerte de Tamerlán trajo un periodo de crisis política y vacío del poder con revueltas y guerras en varias regiones de sus antiguos dominios que pilló de lleno a la embajada castellana en medio de su viaje de vuelta, el cual estuvo plagado de incidentes, entre ellos, varios robos o los seis meses que les mantuvo en prisión un hijo de Tamerlán en Tabriz (Irán).

Mausoleo de Gur-e-Amir, en Samarcanda (Uzbekistán), donde se encuentra la tumba de Tamerlán (Fuente: Pinterest)

Finalmente, los viajeros castellanos llegaron por fin a  Trebisonda poniendo fin a su viaje por tierra.  Desde allí realizaron el viaje de vuelta por mar hasta Sanlúcar de Barrameda. Fue allí donde la comitiva recibió con tristeza la noticia de la muerte de Tamerlán. 

El 24 de marzo de marzo de 1406, Enrique III recibió en Alcalá de Henares a los embajadores recién llegados de Oriente.  Es muy posible que, en esta visita, el rey castellano le encargase a Clavijo la escritura de lo que sería su libro de viajes, La Embajada a Tamorlán.

Sin embargo, el rey enfermó repentinamente y el 24 de diciembre de 1406, otorgaba testamento en Toledo delegando la regencia del reino y la tutela de su hijo, el futuro Juan II, en Fernando de Antequera.  Clavijo fue uno de los testigos principales en dicho acto testamentario, asistiéndole en todo momento hasta que el rey murió al día siguiente, durante la jornada de Navidad.

Tras la muerte del rey,  Ruy González de Clavijo, ya anciano, pasó sus últimos años de vida repartidos entre su nuevo cargo de Chambelán en la corte y la ciudad de Madrid, en donde residió en una casa cercana a la actual Plaza de la Paja.

Seis años más tarde de la muerte de Enrique III, fallecía en Madrid Ruy González de Clavijo el 4 de abril de 1412[12]. El noble fue enterrado en la Capilla Mayor del Convento de San Francisco el Grande en un túmulo de alabastro finamente labrado que contenía la siguiente inscripción funeraria en sus bordes: “Aquí yace el honrado caballero Rui González de Clavijo, que Dios perdone, camarero del Rey Don Enrique, de buena memoria, e del rey D Juan su fixo, al qual el Dicho Señor Rey ovo enviado por su embaxador al Tamorlan, et finó dos de abril año del Señor de M. CCCC. XII Años”. [13]

 

EL RELATO DEL VIAJE

Fruto de este viaje y de las experiencias vividas,  Ruy López de Clavijo decide en 1406 escribir un relato de viajes que llamó Embajada a Tamorlán que es considerado uno de los libros de viajes más importantes del mundo medieval junto al Libro de las Maravillas del veneciano Marco Polo.

El propósito de escribir este relato lo explica Clavijo de este modo:

“...é porque la dicha embajada es muy ardua, y á lueñes [lejanas, nota nuestra] tierras, es necesario y complidero de poner en escrito todos los lugares é tierras por do los dichos Embajadores fueron, é cosas que les ende acaescieron, porque non cayan en el olvido, y mejor y más cumplidamente se puedan contar e saber.[14]

Se trata de un relato escrito por el propio Clavijo donde se nos describe con todo lujo de detalles la vida cotidiana, pueblos y costumbres de los pueblos asiáticos, la flora y  fauna locales, las ciudades que el embajador visitó en su periplo, tales como Roma, Constantinopla, Teherán, Tabriz o Samarcanda.   Resulta llamativo cómo compara algunos lugares con sitios en España que él conoce como Madrid o Sevilla, buscando estimular la imaginación del lector con los equivalentes ibéricos a las maravillas orientales que va observando.

Para compilar esta obra y dar legitimidad a lo en ella, nuestro autor pregunta a todo aquel con el que se cruza en su camino, sea un patrón de barco, peregrinos o monjes.  Son personas que de otro modo habrían quedado anónimas y olvidades que, gracias al relato de González de Clavijo vuelven a la vida a través de sus líneas.

Le dedica por último una especial atención a Tamerlán y su corte, constituyendo en sí una excelente fuente de primera mano para conocer la vida de este conquistador y estratega turcomano y su época.  Para Clavijo, es importante hablar de los monarcas y el gobierno de sus reinos y las guerras a las que deben de hacer frente los diversos estados. Por ello, esta obra constituye también una especie de testimonio histórico y un tratado sobre la diplomacia bajomedieval.

Por ello, podemos considerar a este manuscrito como una obra historiográfica y verídica a la hora de documentar las fechas y lugares que nos describe.  Sin embargo, en algunos pasajes, Clavijo no duda en embellecer su obra con detalles exóticos y de tipo legendario tomados quizás de otros libros de viajes que leyó.

Según Francisco López Estrada, el relato de Clavijo se conserva en varios manuscritos: en la Biblioteca Nacional de Madrid, en la British Library de Londres, y otros, en la Biblioteca Real de Palacio (incompleto) y en la Nacional de Madrid.20 La edición más antigua es la de Sevilla de 1582 y la siguiente, la de Madrid de 1783, cuyo enlace ponemos en la Bibliografía del presente artículo.

Manuscrito original de la obra de Ruy González de Clavijo, Embajada a Tamorlán, datado a principios del siglo XV. Fuente: Wikipedia C.C.

EL LEGADO DE UNA EMBAJADA: UNA CIUDAD UZBEKA LLAMADA MADRID

Durante una de sus visitas a uno de los barrios de Samarcanda, Tamerlán parece que llamó Motrit (la adaptación a la pronunciación uzbeka de Madrid) ese barrio en honor a la ciudad de proveniencia de Ruy González de Clavijo.

Cartel  con el nombre de la calle Ruy González de Clavijo en Samarcanda (Uzbekistán)

En 2004 se firmó un acuerdo de hermanamiento entre Madrid y Samarcanda y desde entonces una de las calles principales de esta ciudad uzbeka recibe el nombre de Ruy González de Clavijo, la cual curiosamente está cerca del arriba mencionado Mausoleo Gur-e-Amir que acoge los restos de Tamerlán y su familia.

BIBLIOGRAFIA

BEGUELIN – ARGIMÓN, Victoria (2004). “Lo maravilloso en tres relatos de viajeros castellanos del siglo XV” en Biblioteca Digital Universal. Enlace: (47) LO MARAVILLOSO EN TRES RELATOS DE VIAJEROS CASTELLANOS DEL SIGLO XV | Victoria Béguelin-Argimón - Academia.edu  [Consultado en 26/08/2023]

CARBÓ, Laura (2020). “El libro de viaje de la Embajada a Tamorlán. La construcción metodológica de una historia oficial” en Hispania‑Espanna‑Españas: Diálogos y dinámicas históricas en el mundo hispánico / Ezequiel Borgognoni ... [et. al.] ; dirigido por Ezequiel Borgognoni y Manuel Rivero Rodríguez; editor literario Reynaldo Díaz País ‑ 1 ed ‑ C.A.B.A, Fundación para la Historia de España

MONTOJO JIMENEZ, Carlos (2004), La Diplomacia castellana bajo Enrique III: estudio preliminar de la embajada de Ruy González de Clavijo a la corte de Tamerlán Madrid: Escuela Diplomática, 2004.

GONZÁLEZ DE CLAVIJO, Ruy (Ed. 1781). Embajada a Tamorlán. Enlace en: bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/catalogo_imagenes/grupo.do?path=10068805  [Consultado en 26/08/2023]

GONZÁLEZ DE CLAVIJO, Ruy. Viaje a Samarkanda: relación de la embajada de Ruy González de Clavijo; coordinador científico: Rafael López Guzmán. Granada: El Legado Andalusí, 2009.

LOPEZ ESTRADA, Francisco (1984). “Procedimientos narrativos en la Embajada a Tamerlán”, en El Crotalón, 1 (1984), págs. 129 y ss.

LOPEZ ESTRADA, Francisco (2005). “Ruy González de Clavijo. La embajada a Tamorlán. Relato de viaje a Samarcanda y regreso” en Arbor CLXXX, 711-712 (Marzo-Abril 2005), 515-535 pp. Enlace en: Ruy González de Clavijo. La embajada a Tamorlán. Relato del viaje hasta Samarcanda y regreso (1403-1406) (core.ac.uk)[Consultado el 27(08/2023]

LOPEZ ESTRADA, Francisco (2007), "Fray Alonso Páez de Santa María, el otro embajador de Enrique III al Gran Tamorlán (1403-1406)", en Homenaje al profesor Klaus Wagner: geh hin und lerne, coord. por Piedad Bolaños Donoso, Aurora Domínguez Guzmán, Mercedes de los Reyes Peña, Vol. 2, 2007, págs. 709-7

El Marco Polo madrileño: Ruy González de Clavijo | Revista Madrid Histórico (revistamadridhistorico.es)

Ruy González de Clavijo, el 'Marco Polo madrileño' que visitó al Gran Tamerlán (blastingnews.com)

La Samarcanda que vio Clavijo (abc.es)

[1] Entre ellos, Benedicto XIII, el famoso Papa Luna.

[2] Se dice por ejemplo que, en la campaña de Persia, tras derrotar al rey de Ispahán, mando matar a más de 70.000 personas.

[3] Bayaceto, entre los cristianos.

[4] Los embajadores llegaron en marzo de 1403 a Segovia, donde Angelina de Grecia, una de las esclavas liberadas, nieta del rey de Hungría, se casó con Contreras, corregidor de la ciudad y acabó siendo dama de la corte de Enrique III.

Los otros embajadores, Sotomayor y Palazuelos, se casaron, asimismo, con las otras dos esclavas, Catalina y María.

[5] Como un Ángel San Miguel regalado por Mahomad Alcagi a Hernán Sánchez que éste entregó en donación en la iglesia de Palazuelos de la Vega (Guadalajara). Véase CARBÓ, Laura (2020). “El libro de viaje de la Embajada a Tamorlán. La construcción metodológica de una historia oficial” en Hispania‑Espanna‑Españas: Diálogos y dinámicas históricas en el mundo hispánico / Ezequiel Borgognoni ... [et. al.] ; dirigido por Ezequiel Borgognoni y Manuel Rivero Rodríguez; editor literario Reynaldo Díaz País ‑ 1 ed ‑ C.A.B.A, Fundación para la Historia de España, p. 133

[6] Nada sabemos acerca del nacimiento y juventud de Ruy González de Clavijo.  Parece que provenía del entorno de una familia noble de origen toledano radicada en Madrid.  A causa de no saber estos datos, también nos es incluso desconocida la edad que tenía Clavijo cuando emprendió el viaje a Oriente como embajador.

[7] Véase: LOPEZ ESTRADA, Francisco (2007), "Fray Alonso Páez de Santa María, el otro embajador de Enrique III al Gran Tamorlán (1403-1406)", en Homenaje al profesor Klaus Wagner: geh hin und lerne, coord. por Piedad Bolaños Donoso, Aurora Domínguez Guzmán, Mercedes de los Reyes Peña, Vol. 2, 2007, págs. 709-7

[8] Alcagi hace referencia a la nisba en árabe Al-Kāshī, que alude a la ciudad de Kesh, en Transoxania, de donde era natural también Tamerlán.  Muhammad al-Kāshī era además uno de los consejeros del propio Tamerlán.

[9] LOPEZ ESTRADA, Francisco (2005). “Ruy González de Clavijo. La embajada a Tamorlán. Relato de viaje a Samarcanda y regreso” en Arbor CLXXX, 711-712 (Marzo-Abril 2005), p. 519  Enlace en: Ruy González de Clavijo. La embajada a Tamorlán. Relato del viaje hasta Samarcanda y regreso (1403-1406) (core.ac.uk) [Consultado el 26/08/2023]

[10] Conocida también como Farab, era una conocida ciudad de la Ruta de la Seda.

 Hoy ya no existe como ciudad, quedando de ella tan solo unas ruinas que son muy visitadas por los turistas y arqueólogos.

[11] SANCHEZ, Juan Pablo (2012). “Samarcanda. La legendaria capital del Imperio de Tamerlán” en Historia National Geographic (Barcelona) (120): p.73

[12] En la actualidad esta casa se halla englobada probablemente en la llamada Casa de los Vargas.

[13] LOPEZ ESTRADA, Francisco (2005). “Ruy González de Clavijo. La embajada a Tamorlán. Relato de viaje a Samarcanda y regreso” en Arbor CLXXX, 711-712 (Marzo-Abril 2005), p. 532  Enlace en: Ruy González de Clavijo. La embajada a Tamorlán. Relato del viaje hasta Samarcanda y regreso (1403-1406) (core.ac.uk) [Consultado el 26/08/2023]

[14] CLAVIJO, Vida y Hazañas...op. cit., p. 27

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