El casco romano de los últimos siglos de la República

Era el denominado “Montefortino”, que se mantuvo en servicio hasta bien entrado el s. I d.C. Este casco romano se fabricó principalmente en bronce aunque también en hierro (in ferro, según la crónica del hallazgo de la necrópolis de Montefortino, Italia) y la calota tenía forma de media naranja, con amplias carrilleras y una protuberancia superior para el penacho. Su característica esencial era la sencillez de elaboración y su facilidad para la producción en serie. Este hecho es importante ante el gran incremento que experimentó el ejército romano durante la República media, cuando los enfrenamientos con Cartago y en Oriente supusieron el salto imperial de Roma, con la consiguiente necesidad de equipar rápidamente a un creciente número de tropas. El Montefortino, no obstante, era superado en calidad por los cascos romanos de tipo gálico, de ahí que fuera sustituido de forma progresiva a comienzos del Imperio.

Desde el gobierno de Augusto (27 a.C.-14 d.C.), el ejército romano empleó tres tipos de casco: el tipo Buggenum, el Haguenau y el modelo Weisenau. El primero de ellos se caracterizaba por un cuerpo de perfil ojival y una protuberancia hueca en la parte superior; presentaba un pequeño cubrenuca en ángulo más pronunciado que los cascos romanos“Montefortino” precedentes. Los hallazgos de este tipo de casco romano muestran que se encontraba en uso hacia el cambio de era. El tipo “Buggenum” parece que fue creado poco antes de la muerte de César (44 a.C.), perpetuando el perfil del tradicional casco republicano Montefortino. La cronología de empleo del tipo Buggenum se limita a los años 50 a.C.-10 d.C. A lo largo del s. I d.C. fueron dos las corrientes que más influyeron en la elaboración de cascos para las legiones, la de origen galo y la italiana. Los orígenes de la corriente de yelmos “Gálicos Imperiales” estarían situados a finales del reinado de Augusto; no obstante, estos modelos sólo conocen una expansión importante a partir de mediados del s. I d.C. Lo primero que cabría destacar de estos cascos de influencia celta es su elaboración completamente en hierro y que su diseño derivaría de los yelmos galos del tipo “Agen/Port” con los que el ejército romano entró en contacto por primera vez a partir de época de César.

Montefortino

Réplica de casco de tipo Montefortino

El tipo o categoría Coolus

Fue el primer diseño galo adoptado por las legiones a comienzos del Imperio. Este tipo de casco, realizado en bronce o hierro, también se caracterizaba por su sencilla ejecución y, al igual que el casco romano Montefortino, poseía una protuberancia superior para la fijación de una cimera. Las representaciones artísticas de este tipo de casco se concentran principalmente en el período comprendido entre fines del reinado de Augusto y comienzos de la época Flavia. Pero el ejército no tardó en poner en servicio un nuevo modelo de casco mejor adaptado a sus necesidades, el tipo Haguenau, fabricado en una sola pieza, con un amplio cubrenuca perpendicular y un sólido refuerzo frontal fijado en los temporales; las carrilleras de estos cascos romanos en forma de grandes placas redondeadas en la base y proyectadas hacia delante contribuían a una buena protección de la cara del soldado.

Coolus

Réplica de casco Coolus tipo D

 

El tipo Weisenau

Apareció también a comienzos del principado y era el heredero directo del tipo Agen/Port. Estaba fabricado exclusivamente en hierro (con algunas excepciones, sin duda tardías, en bronce) y se distingue por la construcción de casquete y cubrenuca en una sola pieza, así como por la existencia de un hueco para las orejas, generalmente reforzado por una banda ribeteada. En la parte frontal presenta “cejas” y un masivo refuerzo, como en el tipo Haguenau, fijado a los temporales. Algunos cascos romanos de esta serie particularmente cuidados llevan elementos decorativos en latón, cobre rojo, plata o esmalte. En ocasiones se ha atestiguado un sistema de fijación de cimera mediante estribo central movible. Tanto el tipo Haguenau como el Weisenau debieron aparecer en el mismo período, como consecuencia de una reforma militar, pero mientras que el tipo Haguenau entró en desuso a fines del s. I d.C., el casco romano modelo Weisenau se mantuvo durante los siglos II y III, viendo probablemente muy extendido su empleo. A comienzos del s. II d.C. al tipo Weisenau se le incorporaron dos refuerzos externos que se cruzan en la parte superior de la calota.

casco romano

Los cascos romanos elaborados en Italia, llamados itálicos imperiales

Tienen una factura muy similar a los del tipo que acabamos de analizar. Amplias carrilleras y cubrenuca protegían perfectamente la cara y cuello del soldado, a lo que habría que añadir el refuerzo frontal, que se convierte en característica de todos los cascos romanos desde finales del principado de Augusto. Cabe destacar dentro de este grupo el casco procedente de Hebrón (Israel), elaborado en hierro y datado en la primera mitad del s. II, que presenta como novedad unos refuerzos cruzados sobre la parte superior similares a los que pueden observarse en los cascos representados en la Columna de Trajano. Ambas tendencias se acabaron fundiendo a comienzos del s. II, cuando comenzó también a apreciarse un mayor grado de estandarización. Los últimos tipos de los cascos modelo “imperial” se mantuvieron en dotación en las legiones hasta comienzos del s. III d.C., como muestran algunas piezas conservadas entre las que destaca el casco romano de la XXX Ulpia procedente de Niedermörmter, que se muestra en la imagen siguiente.

casco romano

Durante el s. III comenzó a difundirse un modelo de casco romano que, caracterizado por su pragmatismo, sencillez y bajo coste de producción se mantuvo en uso en Europa durante toda la Antigüedad Tardía: nos estamos refiriendo al “Spangenhelm”. Estos cascos romanos destacan por su construcción en segmentos, generalmente cuatro (o seis), unidos entre sí, lo que facilitaba su producción en serie. Contaban con carrilleras articuladas y podían o no tener cubrenuca, que no se proyectaba hacia atrás, sino que caía directamente sobre el cogote (a veces, esta función la cubría una pieza de malla añadida a la parte trasera del casco). Durante el s. III la infantería también empleó cascos muy similares a los de la caballería, como los cascos romanos de tipo “Niederbieber” y “Heddernhelm” (ss. II-III), que prolongan en el tiempo la evolución del tipo Weisenau. Los refuerzos, cuando existen, adquieren una eficacia incrementada por su posición en diagonal. Algunos de ellos se fabricaron en bronce, pero la mayor parte asocian un casquete en hierro a elementos añadidos en bronce. En la imagen un Spangenhelm con cota de malla.

spangelhelm

Junto al Spangenhelm, los modelos de casco romano más extendidos entre las tropas romanas de los ss. IV y V fueron los del tipo “Intercisa”, mucho más sencillos y estandarizados, pero perfectamente funcionales y adaptados a su misión de protección. Estaban elaborados en dos secciones que se unían longitudinalmente por la parte superior; contaban con sencillas carrilleras y un cubrenuca redondeado que caía sobre el cogote del soldado. Disponía de aberturas a la altura de las orejas, pero sin ningún tipo de protuberancia como en los modelos altoimperiales. La parte frontal podía contar con una decoración en forma de ojos y, a veces, se les incorporaban también motivos geométricos en forma de cruz, pero estos detalles no menoscababan en absoluto su austera y sobria apariencia. En la imagen inferior, un intercisa con cresta.

intercisa
  • abr 14, 2020 Jorge

    Muy interesante, gracias por este articulo. Un saludo desde Cadiz.

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