Isabel I, para afianzar su posición en el trono, tuvo que superar las luchas internas por el poder en Castilla. Logró poner orden en las relaciones entre la Corona y las principales familias nobiliarias, lo que le permitió centralizar la autoridad y fortalecer la monarquía.

A finales del siglo XV, el reinado de los Reyes Católicos en Castilla se caracterizó por una serie de cambios y eventos cruciales que marcaron el inicio de una nueva era para la monarquía. La paz y la unificación del reino impulsaron el comercio interno. Castilla experimentó una transición económica significativa. Si bien la agricultura seguía siendo la base de la economía, se evidenciaban cambios hacia un sistema más mercantilista.

Los Reyes Católicos establecieron una monarquía autoritaria en Castilla. Centralizaron el poder en la Corona, limitando el poder de la nobleza y las Cortes. Si bien la monarquía buscaba mayor control, los concejos luchaban por defender sus privilegios y autonomía. Un ejemplo de estas tensiones se observa en el caso de Carmona, donde el concejo se opuso al nombramiento de escribanos por parte de los reyes, argumentando privilegios otorgados por monarcas anteriores.

La fortificación de ciudades y la construcción de castillos como el Alcázar de Arriba en Carmona reflejan la importancia de la defensa del territorio, tanto de las amenazas externas como de los conflictos internos, adaptando la arquitectura militar a las nuevas tecnologías bélicas, como la artillería.

El Cubete del Alcázar Real de Carmona es un ejemplo de la arquitectura militar de transición, que se desarrolló a finales del siglo XV y principios del XVI, con la incorporación de la artillería a las estrategias defensivas.

El Alcázar de Arriba, donde se encuentra el Cubete, está situado en la parte más alta del alcor de Carmona, en el extremo este de la ciudad. Se trata de una construcción de gran tamaño, que ocupa una superficie de 15.000 m². En la actualidad, el Alcázar se encuentra parcialmente destruido por la construcción de un Parador Nacional en su zona sur, y el resto del edificio se encuentra en un estado de abandono.

Durante el siglo XV se realizaron una serie de obras en el Alcázar de Arriba, incluyendo la construcción de una "camisa", un foso y el Cubete. La construcción de la camisa y el foso son ejemplos típicos de las mejoras defensivas que se llevaban a cabo en los castillos medievales para hacer frente a la artillería. Originalmente, pudo haber existido una torre en el ángulo donde ahora se encuentra el Cubete.

Las fuentes documentales del siglo XV mencionan la presencia de artilleros en Carmona, lo que sugiere que el Alcázar pudo ser remodelado para hacer más efectivo el uso de las piezas de artillería. Es posible que la construcción del Cubete formase parte de esta remodelación, aunque no se puede afirmar con certeza.

El Cubete, junto con otros elementos defensivos como matacanes y troneras, demuestra la importancia que adquirió la artillería en la Baja Edad Media. Estas nuevas tecnologías bélicas obligaron a modificar las estrategias defensivas y a adaptar las fortificaciones existentes.

Es un magnífico ejemplo de la adaptación de la arquitectura militar a las nuevas tecnologías bélicas. Su construcción y diseño estratégico revelan la importancia de la artillería en la defensa de las fortalezas durante el periodo de transición de la Edad Media a la Edad Moderna.

Su diseño innovador y su ubicación estratégica lo convierten en una pieza clave para comprender la evolución de las fortificaciones en la Península Ibérica en este período de cambio.

El Cubete del Alcázar de Arriba de Carmona está situado en la esquina noroeste del recinto exterior del Alcázar de Arriba en Carmona. Es una estructura singular, construida por orden de los Reyes Católicos entre 1478 y 1505, un período en el que la artillería ya estaba presente en el contexto militar de los reinos cristianos de Andalucía.

La apertura del foso, y posiblemente la construcción del Cubete, se realizaron cuando los Reyes Católicos reforzaron el sistema defensivo. Esas obras se realizaron simultáneamente a la transformación de muchas saeteras en troneras de orbe y palo.

Su nombre, "Cubete", hace referencia a su forma, que se asemeja a un gran cubo almenado, integrado en la muralla urbana.

Este Cubete fue diseñado por el ingeniero militar Francisco Ramírez de Madrid, conocido por su trabajo en fortificaciones y quien también era secretario de los Reyes Católicos.

El Cubete se concibió como una avanzadilla defensiva en la zona noroeste del Alcázar de Arriba, con el objetivo de protegerlo de posibles ataques internos, particularmente del alcaide del Alcázar de Abajo.

Una característica notable del Cubete es su conexión con el recinto amurallado principal a través de una escalera de espiral, lo que permitía el acceso rápido y la comunicación entre ambas estructuras.

Esta torre actual está construida en mampostería y cantería, lo que contrasta con las fábricas de tapial de las estructuras circundantes, y alberga una pequeña habitación en su interior.

El Cubete presenta una planta ovoide en forma de herradura, abierta por la gola. Esta característica arquitectónica impedía que, en caso de ser ocupado por asaltantes, el Cubete pudiera usarse como una posición de ataque a la fortaleza.Esta característica se implementó para evitar que, en caso de ser tomado por asaltantes, pudiera ser utilizado como posición de ataque contra la propia fortaleza.

El Cubete se encuentra separado del recinto exterior por un foso excavado en la roca, que corre a lo largo de las murallas norte y oeste, pensado como un elemento defensivo adicional. Este foso se encuentra separado del foso principal que rodea la muralla por dos muros construidos con la misma roca tallada, y su coronamiento permite el acceso a las poternas que conducen al interior del Cubete. La parte del foso junto al Cubete es semicircular, excavado en la roca y actualmente en gran parte colmatado. Se especula que la apertura de este foso pudo haber coincidido con la construcción del Cubete.

Los dos fosos se comunican a través de dos poternas que permiten el acceso al interior del Cubete. Existe evidencia de una comunicación subterránea entre el Cubete y la fortaleza principal a través de un pozo, ahora cegado. Este pozo conectaba con una cavidad bajo la fortaleza, que podría haber sido un antiguo silo o cisterna, y permitía llegar al fondo del foso.

Se especula que en el fondo del foso pudo haber existido una estructura a modo de caponera para cruzarlo con protección. Esta caponera llevaría a otro hueco vertical que permitiría subir al patio interior del Cubete.

En su diseño original, el Cubete pudo haber contado con una torre en el ángulo, que posteriormente fue reemplazada por la torre actual, enrasada con las cortinas norte y oeste.

En una acuarela de David Roberts, se puede apreciar una vista del Alcázar Real de Carmona desde el oeste, donde se puede observar el Cubete artillero.

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